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Slim, con la mayor fortuna del planeta, mantiene su vida sin ostentaciones

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México – El empresario mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo según la revista Forbes, con 69,000 millones de dólares, no se marea con la riqueza y mantiene el mismo ritmo de vida, sin ostentación y con la mayor austeridad, de acuerdo a declaraciones de personas cercanas a él.
 

«Slim vive en la misma casa desde hace más de tres décadas, viste el mismo tipo de ropa, consume alimentos de sus restaurantes Sanborns, dice los mismos chistes y conserva su apego a su familia», explicó una de las fuentes consultadas, que prefirió mantener en reserva su identidad.

De acuerdo con Forbes, en la última década Slim ingresó al círculo de los hombres más ricos del plantea y en 2005 escaló al cuarto lugar entre los multimillonarios del mundo, y desde 2010 Slim se mantiene en el primer puesto, tal como lo confirmó hoy mismo la revista.

El mismo empresario insiste en minimizar la importancia de su fortuna, y asegura que su vida no ha cambiado en la última década. Aunque ha dejado a sus hijos el control de sus empresas, se mantiene activo en numerosas actividades sociales y filantrópicas.

Una fuente aseguró a Efe que Slim es enemigo de la ostentación y la extravagancia, es informal, trabaja en mangas de camisa y es la antítesis de los magnates que posan para las revistas de la alta sociedad.

«Yo no soy rico, soy sabroso», bromea cuando hacen comentarios sobre su fortuna, según otra fuente. Tiene gustos sencillos, como los dulces de Morelia, los antojitos mexicanos y las paletas de sabores.

«Nunca lleva joyas ostentosas ni objetos de lujo», a veces usa un reloj Cartier de las versiones más sencillas y paga sus compras con cheques personales, asegura su biógrafo principal, José Martínez.

El empresario es el principal accionista de la telefónica América Móvil, que controla Telmex y opera en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Uruguay.

Al cierre de 2011, la telefónica de Slim contaba con 299 millones de clientes, de ellos 241 suscriptores de celulares, 29,4 millones de líneas fijas, 15 millones de accesos a banda ancha y 13,4 millones de suscriptores de televisión.

El año pasado, la compañía de telecomunicaciones registró ingresos totales por unos 52.374 millones de dólares, cifra que supuso un aumento del 8,7 % respecto al año anterior.

Además de operar en el sector de telecomunicaciones, Slim se hizo con el Grupo Financiero Inbursa, que opera un banco, una casa de bolsa, una administradora de fondos de retiro y una aseguradora, entre otras filiales.

Asimismo, Slim mantiene el control de sus empresas principalmente a través del Grupo Carso, uno de los conglomerados más importantes de México, que incluyen al Grupo Condumex, la empresa PC Constructores, Swecomex (que fabrica plataformas petroleras) y la compañía Carso Infraestructura y Construcción.

Además, cuenta con un sector comercial que opera la cadena Sanborns, así como cadenas de tiendas y de hoteles.

En sus numerosas entrevistas con los medios, el magnate mexicano siempre ha insistido en que la principal responsabilidad de los empresarios con la sociedad es crear riqueza y generar fuentes de trabajo para impulsar el desarrollo de la economía del país.

En los últimos doce años Slim ha dejado el control de sus empresas a sus hijos, yernos y sobrinos, y él se ha centrado en sus actividades filantrópicas.

Ha insistido en que los pobres necesitan trabajo y no caridad o limosnas para superar la pobreza, y que en lugar de dejarles dinero a sus seis hijos, es mejor dejarles empresas para que las operen y creen riqueza.

Slim, quien nació en 1940 en una familia de inmigrantes libaneses, se casó con Soumaya Domit en 1966, fallecida en 1999, y la pareja tuvo seis hijos (Carlos, Marco Antonio, Patricio, Soumaya, Vanessa y Johanna), los cuales le han dado un total de 19 nietos, lo cual es para él el valor más importante.

Entre sus aficiones está el béisbol, disfruta del turismo ecológico, del Mar de Cortés, y del arte, tanto que uno de los principales museos de esta capital, con 66.000 obras, lo creó su fundación y recibió el nombre de su difunta esposa, el Museo Soumaya.

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