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Sin TPS… ¿Y ahora qué?

Por: Ricardo Puerta

Tegucigalpa.- En días pasados hubo un hecho que captó titulares, casi a diario, más en medios de comunicación nacionales que internacionales, digno de ser comentado. Me refiero a la cancelación para los hondureños del Temporary Permit Status o Permiso Temporal de Trabajo, más conocido por TPS, por sus siglas en inglés,

Un decreto presidencial de Donald Trump anunció el 4 de mayo, 2018—que 60 días después, terminaría el Estatus de Protección Temporal (TPS) que amparaba hasta esa fecha a más de 56,000 hondureños –inscritos. Con este anticipo, el 5 de agosto del 2018 puede considerarse de hecho, en la fecha final de vigencia del actual TPS en los Estados Unidos

Después de hacer una evaluación, la Ministra de Seguridad Nacional de ese país, Kirstjen M. Nielsen, aseguró en un comunicado oficial que las condiciones en Honduras, tras el paso del huracán Mitch en 1998, “habían mejorado notablemente». Y añadió: «El DHS tomó la decisión –de terminar el TPS– tras una revisión hecha sobre las condiciones ambientales relacionadas con el desastre en las que se basó la designación inicial de Honduras para el TPS en 1999”, con motivo del paso del Huracán Mitch, el cual,   un año antes había causado miles de millones de dólares en pérdidas de infraestructura y en la base productiva de esta nación centroamericana. 

Lo que no dice el comunicado de la Ministra del DHS es que Honduras era un país sub-desarrollado antes del Huracán Mitch, y que tal fenómeno natural más bien puso al descubierto las carencias generalizadas y agregadas que sufrían –y aún sufren– la mayoría de los hondureños en empleo, vivienda, salud, educación, infraestructura, transporte y seguridad. 

Ese mismo día, el viernes 4 de mayo, la Primera Dama de Honduras lamentó la “decisión traumática” tomada por el Gobierno de los Estados Unidos. Y se solidarizó “con todos nuestros compatriotas que hoy se ven afectados por esta decisión”. 

Según informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en un memorando 60 días después, los afectados tendrán hasta el 5 de enero del año 2020 (18 meses), a partir del 5 de agosto, del 2018, para regularizar su condición migratoria o tendrán que irse de los Estados Unidos, si no quieren ser deportados. Aunque, las deportaciones masivas desde Estados Unidos de connacionales emigrados a países como Honduras, perjudica a ambos países. Como bien han señalado congresistas norteamericanos de ambos partidos, tal acción “podría desestabilizar la región o desencadenar una nueva oleada de inmigración ilegal hacia los mismos Estados Unidos”.

La historia del TPStiene su historia para los hondureños. Empezó hace 2 décadas, cuando se abrió por primera vez el TPS para este grupo nacional en 1999. En ese año se inscribieron en el TPS 86 mil hondureños que ya se encontraban en los Estados Unidos, en condición migratoria “irregular”.

Hasta el 5 de agosto de este año, ha habido 13 reinscripciones –4 de 12 meses y 9 de 18 meses, donde en cada una los beneficiarios fueron sometidos a rigurosos chequeos. A la fecha mencionada han llegado re-inscrito 44 mil hondureños. El resto, en relación al total inicial de 86 mil, perdió el beneficio por distintas razones –delinquir, muerte, jubilación, regreso voluntario, etc. o legalizó su permanencia en el país del Norte por otras vías legales.

Los hondureños que por más de 20 años se mantuvieron inscritos en el TPS poseen un documento legal estadounidense, que les permite solicitar una licencia de conducir, optar por un empleo y andar libremente por el territorio estadounidense, sin riesgo a ser deportado.

Los hondureños que aprovecharon la última reinscripción que abrió el sistema consular hondureño en Estados Unidos –bien sea directamente en persona o indirectamente usando medios digitales,  y que se cerró el 5 de agosto pasado—si continúan limpios de antecedentes penales, probablemente tengan un trato especial de la Cancillería hondureña y de la Embajada de Honduras en Washington, para resolver ante las autoridades inmigratorias de Estados Unidos –en forma permanente–  su condición migratoria hasta el  5 de enero del 2020, y en particular su permiso de trabajo.

Perfil socio-económico de los Tepesianos hondureños

Según el Diario El Heraldo (5 de noviembre de 2017) los Tepesianos hondureños que se encontraban hasta esa fecha  en Estados Unidos/EE.UU,  estaban distribuidos en 43,000 hogares, que a su vez contaban con 53 mil descendientes de los Tepesianos, población que de nacimiento es ciudadana norteamericana, la cual  “se vuelve una de las principales preocupaciones al ser cancelado el programa del TPS, pues como efecto podría ser separados de sus progenitores o enviados a Honduras, un país que no conocen”.

En 8 de cada 10 hogares de Tepesianos hondureños hay uno o más empleados, activos en uno de estos 6 sectores de la economía norteamericana: construcción –el más frecuente–seguido por guarderías infantiles, servicio doméstico, sectores de paisajismo, restaurantes-comida y hospitales. En la mencionada población es frecuente encontrar que un asalariado trabaja por día o parcialmente, en más de un empleo.

El 63% del total de los Tepesianos hondureños (35,777) lleva en Estados Unidos más de 20 años. Cotiza al Seguro Social o Social Security, paga impuestos al Internal Revenue Service/IRS y carece de antecedentes penales.

El 40% del total (22,700) tiene un seguro de salud. El 44% (25,000) habla solo inglés. 3 de cada 4 hogares de hondureños con TPS se mantienen en ingresos familiares por encima de la línea de pobreza de Estados Unidos, aunque el ingreso medio en el total de familias tepesianas ronda en unos 40,000 dólares por año, un umbral de ingresos que está por debajo de la línea de pobreza y por debajo de la media nacional del pais que es de 57,617 dólares, según cifras del 2017 de la Oficina del Censo.

18% del total, han abierto, trabajan y viven de un negocio propio. Esa tasa que supera de 2 a 3 veces, su equivalente en Honduras en la población económicamente activa/PEA. Demostrando con ello que cuando existe un contexto favorable a la micro, pequeña y mediana –personal o familiar –como en Estados Unidos–  el hondureño, se torna más empresario.

Otra diferencia significativa es el número de hogares con hipoteca en vivienda. En los 43 mil hogares de los Tepesianos en EE.UU, casi el 22% de ellos pagaba hipoteca.

Aceptando que la  “meritocrocia” es una de las “nuevas ideas” que tiene el Presidente Trump para reformar el actual sistema inmigratorio  de Estados Unidos –sin duda obsoleto desde hace más de 50 años—la Administración Trump tiene en los Tepesianos hondureños el ejemplo de una selectiva población de inmigrantes, sobre investigada, provenientes de una nación donde al menos 2/3 de la población total vive en pobreza, y por lo tanto, en su mayoría bajo en destrezas ocupacionales y nivel educativo, que cumpliendo con la Ley, por más de 20 años ha logrado en Estados Unidos avances significativos en indicadores de bienestar,   relativos al  “sueño americano”.

Tales logros han sido posibles, mientras la economía norteamericana crecía habitualmente al 2% anual, y no al casi 4% anual como crece hoy en día.  Pues en las épocas de menor crecimiento anual, en la aún pujante economía norteamericana, por falta de oferta, se quedaban sin llenar 650 mil puestos de trabajo, en su mayoría puestos de trabajo no calificados.

Tal demanda, aún mayor por haber en la economía más crecimiento anual, solo puede satisfacerse en Estados Unidos si dejan entrar por año nuevos inmigrantes. No como ha sido mayormente hasta ahora, sino a través de un sistema de migración segura, ordenada y legal, como viene trabajando en el ACNUR por los últimos 3 años, y “a través de la participación activa de todas las partes interesadas, como la sociedad civil, el sector privado, instituciones académicas, parlamentos, comunidades de la diáspora, y organizaciones de migrantes tanto en la conferencia intergubernamental como en su proceso preparatorio”

El Nuevo Pacto Mundial de la Migración definirá su protocolo en la conferencia intergubernamental que se celebrará en Marruecos el 10 y 11 de diciembre de este año.

¿Qué puede hacer un Tepesiano hasta el 5 de enero, 2020?

  • Sin duda, reinscribirse en el TPS y así tiene actualizado su permiso de trabajo –por si se lo pide un empleador o una autoridad federal norteamericana.

Sin embargo, la extensión concedida hasta el 2020 por el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos es automática. No requiere que el interesado se re-inscriba en el TPS. Con el ingrediente adicional que los Tepesianos hondureños tienen miedo que “que como ya no va a existir el TPS”, al reinscribirse en esta ocasión por petición del Gobierno de Honduras, sus nombres sean “pasen automáticamente”, a una lista de candidatos en Gobierno de Estados Unidos a deportación inmediata.

  • Si el Tepesiano tiene algún hijo o hija que ya es residente o ciudadano –nacido o naturalizado en Estados Unidos– o si tienen hijos o hijas nacidos en Estados Unidos que cumplen 21 año en o antes el 5 de enero del año 2020, ese descendiente puede de amparar legalmente a su padre, madre o ambos, para que se convierta primero en residente permanente. Una vez con esa condición por 5 años o más, puede solicitar la naturalización, si tiene 18 años o más de edad y presente en Inmigración el formulario N-400, “Solicitud de Naturalización”.
  • Si el Tepesiano tiene un descendiente –hijo o hija– activo en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Marina o Ejército– o en una de las agencias de seguridad o inteligencia del Gobierno Federal, junto a su descendiente y con el apoyo de un abogado especializado en migración –- podría averiguar qué condición de residencia permanente –ó Green Card/Tarjeta Verde– pueda llegar a obtener. Pues sabemos que con el amparo de su hijo o hija, existen casos anteriores similares, a quienes se les ha dado un trato preferencial para llegar a obtener una condición migratoria permanente.
  • Como la mayoría de los Tepesianos llevan un promedio mínimo de 10 años trabajando para un mismo empleador norteamericano, a través de tal patrono puede conseguirse una nueva visa de trabajo para que labore solo con él mismo. Y cuando llegue el 5 enero del 2020, ya tenga normalizada su condición migratoria “por otros medios legales”.  
  • Solucionar en forma permanente, su actual situación migratoria temporal. Para ello, lo inmediato puede olicitar la ayuda  legal en una de estas 3 fuentes: 1) la que brindan de gratis los Consulados de Honduras en Estaos Unidos, 2) lograr esos mismos servicios de consejería gratuita o como pro-bono –como también se llaman–  que ofrecen en cada Estado de los Estados Unidos,  los numerosos programas de abogados norteamericanos –como los activos en el American Civil Liberties o los de las iglesias, católica y resto de las cristianas,  o 3) pagar por esos servicios a  un abogado norteamericano, especializado en migración.
  • Asumiendo que antes del 5 de enero del año 2020, el Congreso de los Estados Unidos apruebe una nueva Ley reabriendo los beneficios del TPS, y basado en ella, los actuales Tepesianos en activo –o los pasivos que se salieron del amparo y siguen en Estados Unidos de “irregulares o indocumentados” sin antecedentes penales—todavía podrían explorar cómo pueden solucionar su condición actual migratoria, aunque sea de manera temporal y renovable, como lo hizo hasta ahora en el TPS.

La suposición anterior está fundamentada en cables internacionales llegados recientemente a Honduras, en donde se reporta que en una carta dirigida a Mike Pompeo –actual Secretario de Estado de los Estados Unidos, el equivalente en Honduras al Ministro de Relaciones Exteriores o Canciller de la República– un grupo bipartidista de 110 miembros del Congreso en Washington pidió –el 1ro de agosto pasado a la Administración del presidente Donald Trump–  que restablezca el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los cientos de miles de inmigrantes que viven legalmente en el país provenientes de El Salvador, Honduras y Haití.

  • Llegado el 5 de enero del 2020, por omisión o por acción, convertirse en un inmigrante irregular en Estados Unidos, y para reducir riesgos, quedarse viviendo en una ciudad santuario –si es donde ahora radica– o mudarse a una de ellas.   

Un análisis publicado por la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC, por sus siglas en inglés) y TransferWise, prioriza a las ciudades que cuenten con políticas e instituciones que representen, apoyen y que, sobre todo, protejan a los inmigrantes. Además del apoyo que brinda el gobierno local a los extranjeros, el estudio tomó en cuenta otros dos aspectos para evaluar qué tan ‘acogedoras’ son las ciudades con los inmigrantes: el costo de vida y la calidad de su educación. Para más información sobre el análisis citado, consulte https://www.univision.com/los-angeles/kmex/noticias/citylab-politica/cual-es-la-ciudad-mas-amable-con-los-inmigrantes-en-eeuu/    

Conclusión

Considero que una solución migratoria permanente para un hondureño antes favorecido por el TPS, si llega a obtenerla previo al 5 de enero, 2020 representa un reconocimiento merecido por la labor realizada por el actual Presidente de Honduras en Estados Unidos.

Fue el único Ejecutivo latinoamericano que se personó e intervino con cierto personal de su confianza en Washington para encontrarle en una solución definitiva a los posibles efectos de la terminación del TPS, que de hecho se hizo efectivo por la Administración Trump desde el 5 de agosto del 2018.

Entre el equipo del Presidente de Honduras que lo acompañó en sus labores en Washington estuvo Arturo Corrales — el negociador cinco estrellas de Honduras– y el Embajador de Honduras en Estados Unidos –que entiende y sabe cómo se hacen bien “las cosas” en ese país.

El hecho que por varios días seguidos,  activistas de la comunidad de inmigrantes hondureños, el gobierno  y en especial Cancillería, vienen públicamente insistiendo en los medios de comunicación del país –prensa, radio, televisión y cibernéticos– que los Tepesianos, sin antecedentes penales renueven su actual permiso del TPS –y que incluso–  Cancillería haya autorizado brindar servicios gratuitos de asistencia legal y técnica sobre migración y temas relacionados a los Tepesianos  en los Consulados hondureños en Estados Unidos,  tengo la corazonada, sin poseer la evidencia, que el Gobierno de Estados Unidos y el de Honduras, en negociaciones privadas y secretas ya han llegado en darle un trato especial a los hondureños que se re-inscribieron en el TPS antes del 5 de agosto,  sea por vía digital o en persona en los Consulados –a pesar de las intenciones anti-migratorias de  Trump.

De lo contrario, las expectativas que hasta el momento han levantado se convertirían en otra gran frustración contra Gobierno de Honduras, en los Tepesianos, sus familiares, y en general, la opinión pública y el electorado hondureños.

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