– Operadores de justicia piden seguridad para enfrentar al crimen organizado, a la par salen a la palestra denuncias que magistrados de la CSJ utilizan dineros de la OABI para “blindarse” sólo ellos.
– Sin rastros de los autores intelectuales de mandar a matar a Barrow, otro asesinato se suma a lista de “casos simbólicos”.
Este viernes la jueza de sentencia progreseña Mireya Mendoza Peña (43) fue enterrada en medio del repudio general; en el ambiente circulaban una serie de preguntas que en Honduras casi nunca obtienen respuesta.
Mendoza Peña, una abogada de prestigio y conocida por sus buenas costumbres, había sido amenazada y planeaba retirarse de la profesión al final de este año, pero sus victimarios se le adelantaron y la mataron en pleno centro de la ciudad de El Progreso.
Los compañeros de la malograda jueza de sentencia clamaban por justicia, aunque al final coincidían que no sabían a quien pedirle que se investigue este hecho criminal.
Al momento que se le daba el último adiós a la jueza, decenas de globos blancos se elevaban hacia el cielo como señal que urge la paz en este país centroamericano.
Colegas de la ahora occisa expresaron que el caso ha sido turnado a la Fiscalía sampedrana y que la responsabilidad ha recaído en una unidad nueva denominada “de altos crímenes”, nadie sabe cómo funciona o cuando fue creada.
El Ministerio Público, que por estos tiempos pasa una profunda crisis al grado de estar intervenido, se apresta para conocer el nombramiento de las nuevas cabezas de la institución, al tiempo que muchos fiscales se arropan bajo el manto de la indefensión.
Se dice que la próxima semana es crucial y que saldrán a luz pública los nombres de fiscales ligados con el crimen organizado y que además consumen drogas.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Jueces y Magistrados, Teodoro Bonilla, expresó que muchos de sus colegas lo llaman para decirle que renunciarán de sus cargos ante tanta indefensión que se vive en el país.
Al caso de la jueza Mireya Mendoza hay que agregarle el del “fiscal de oro”, Orlan Chávez, nunca se conocieron detalles de su muerte y tampoco sus victimarios están tras las rejas.
Mucha tarea para los distintos operadores de justicia que ni siquiera son capaces de investigar los crímenes de sus colegas, menos para pensar que habrá respuestas para los más de 55 mil homicidios de los últimos diez años.
¿Y los intelectuales de la muerte de Barrow?
Pese a que las autoridades dijeron que estaban tras los pasos de los autores intelectuales del horrendo asesinato del periodista Aníbal Barrow, casi un mes ha pasado y poco o nada se sabe al respecto.
“En los próximos días habrán capturas importantes”, expresaron las autoridades al tiempo de revelar que los autores intelectuales estaban plenamente identificados.
Muchos consideran que este caso quedará como el de Alfredo Villatoro, Julián Arístides González, Alfredo Landaverde, Orlan Chávez y otros tantos considerados como emblemáticos.
Honduras parece ser el país de estadísticas: 64 abogados asesinados en tres años de los que 11 han muerto este 2013, así como tres jueces ultimados, 20 homicidios diarios, alrededor de 3 mil muertes violentas en los primeros cinco meses de este año, son algunos de los números que retratan la radiografía de inseguridad que no da tregua.