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Sicarios matan a 17 personas y dejan heridas a 18 en fiesta en norte mexicano

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México.- La espiral de la violencia en México atribuida al crimen organizado se cobró hoy la vida de 17 personas que participaban de una fiesta en el norteño estado de Coahuila, mientras en el centro del país miles oraban por la paz.
 

El ataque fue perpetrado la madrugada de este domingo en una comunidad de Torreón (Coahuila), donde en la quinta «Italia In» se celebraba una fiesta de cumpleaños, cuando los sicarios abrieron fuego matando a 17 personas e hiriendo a otras 18.

De los muertos, doce son hombres y cinco mujeres, de los que hasta ahora han sido identificados diez y se sabe que tenían entre 38 y 20 años.

Los agresores llegaron al lugar en varios vehículos y al descender abrieron fuego sin mediar palabra contra los asistentes al festejo.

Las autoridades desconocen el motivo de este ataque, pero se cree que fue perpetrado por la delincuencia organizada por lo que la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) ya inició averiguaciones.

En el lugar, la Fiscalía estatal halló 116 casquillos de balas disparadas con fusiles de asalto A-15 y ocho de fusiles AK-47, armas que utilizan las bandas del crimen organizado.

Coahuila es uno de los estados sacudidos por la ola de violencia atribuida a la guerra que libran los carteles de las drogas del Golfo y de Los Zetas, antiguos aliados que desde principios de este año rompieron y se pelean a muerte por el dominio de rutas y mercados de estupefacientes.

La ola de violencia en México se ha cobrado la vida de 25.000 personas desde diciembre de 2006 a junio de este año, cuando asumió el poder el presidente Felipe Calderón y declaró la guerra al narcotráfico, enviando 45.000 soldados y 20.000 agentes federales a los estados conflictivos, en ese entonces varios del norte y centro de México.

La violencia se ha extendido y afecta ya a varios estados del país, un panorama que este domingo describió monseñor Diego Monroy, vicario general de la Basílica de la Virgen de Guadalupe, al recibir a cerca de 50.000 peregrinos que oraron durante varios días por la paz.

«Miren cuanta violencia, inseguridad, extorsión, secuestros, robos, injusticias, corruptela, cuanta porquería por todos los rumbos del país, cuanta sangre derramada por todos lados», dijo hoy en su homilía monseñor Monroy.

El líder religioso pidió a los peregrinos regresar a sus comunidades en el centro del país o, en caso de los inmigrantes, a Estados Unidos, como «promotores de paz» y contrarrestar la cultura de muerte, la violencia «terrible que se está dando en todos los órdenes» en México.

En palabras del prelado, la situación de violencia en México «se agrava día a día», por lo que pidió a los fieles reaccionar.

De enero a junio de este año han muerto, de acuerdo con informes oficiales, 7.048 personas, una cifra que se acerca a las 7.724 de todo 2009, que ha sido el año más violento de los últimos cuatro, cuando se recrudeció la ola de violencia.

Desde hace cuatro años las matanzas en México ocurren con frecuencia y bañan de sangre a los estados donde los carteles de las drogas se disputan las rutas de envío de estupefacientes hacia Estados Unidos y el mercado local.

Los niveles de violencia han ido escalando y de «ejecutados» (asesinados) de un tiro se pasó a las decapitaciones, masacres y exhibición en lugares públicos de cadáveres, a los que se les dejan narcomantas con mensajes grotescos para infundir terror.

El más reciente paso en esta escalada tuvo lugar el pasado jueves cuando un grupo de agentes fue atacado con un coche bomba, un hecho inédito en el país, por sicarios que se vengaban por la captura de uno de sus líderes en la norteña Ciudad Juárez, la urbe más violenta de México.

Hasta ahora, solo una autoridad militar ha asegurado que el atentado del jueves fue con un coche bomba, cargado con diez kilos del explosivo C-4.

La Fiscalía señaló que sus peritos aún no concluyen las investigaciones por lo que no puede confirmar si se trató de un ataque con explosivos.

Este sábado, el presidente Calderón reconoció que la inseguridad pública es el principal desafío en el país porque amenaza la libertad, la democracia y la tranquilidad del pueblo mexicano.

En tanto, el nuevo ministro del Interior, José Francisco Blake, señaló que el gobierno federal va «a seguir luchando con determinación, con carácter, con responsabilidad para recuperar la paz y la tranquilidad».
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