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Seísmo de gran magnitud en California está cada vez más cerca, según estudio

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San Diego (California) – Debido a que los seísmos en la falla de San Andrés son más comunes de lo que se creía, las probabilidades de que suceda uno mayor son cada vez más altas, según un estudio dado a conocer hoy.
 

Estadísticamente, indicó el informe, el «Gran Terremoto» del sur de California debería haber ocurrido, ya que el último de gran magnitud se registró en 1857, cuando su tiempo promedio es de entre 41 a 88 años.

Por esto es importante crear conciencia sobre los riesgos que implica un fenómeno natural cuyas probabilidades de producirse son grandes, sostuvo el estudio publicado hoy en la revista científica «Geology» por investigadores de la Universidad de California Irvine y la Universidad Estatal de Arizona.

En su informe, los científicos indican que el tiempo promedio entre los últimos seis terremotos que fracturaron la Falla de San Andrés ha sido significativamente menor que los 153 años ocurridos desde el último gran seísmo en el área, lo que sugiere que otro de gran magnitud se acerca.

«Ese tiempo promedio es también significativamente menor que los promedios reportados en relación son seísmos prehistóricos en la falla y significativamente menor que el promedio de 235 años utilizado en evaluaciones sísmicas recientes», afirmaron los científicos Sinan O. Akçiz, Lisa Grant Ludwig, J. Ramón Arrowsmith, y Olaf Zielke.

El equipo busca entender la cronología de ocurrencia de seísmos en la región al hacer un análisis de los seis más recientes terremotos que fracturaron la falla de San Andrés en la Planicie de Carrizo.

Utilizando técnicas de radiocarbono, los investigadores analizaron los movimientos telúricos ocurridos en los períodos que se remontan incluso hasta el año 1360.

El trabajo busca contribuir a una de las metas incumplidas, pero que se ha perseguido por largo tiempo en la ciencia, de desarrollar modelos de predicción de terremotos que permitan reducir las graves pérdidas humanas.

El terremoto de 1857 en California quebró la Falla de San Andrés en una extensión de cerca de 225 millas (362 kilómetros), con una magnitud de 7.9, comparable a la del terremoto de San Francisco de 1906.

Afortunadamente, los mayores daños en 1857 se dieron en la extensión escasamente poblada de Fort Tejón, y con solo dos muertes registradas, pero la situación podría ser mucho peor en la California de nuestros días.

La ausencia de terremotos desde principios del siglo veinte en esta área, una de las más intensamente estudiadas en el mundo, sugiere que los siguientes movimientos telúricos pueden estar caracterizados por seísmos similares al de Fort Tejón.

Los científicos basaron sus análisis en 33 muestras de carbono, recolectadas durante los años pasados en la Planicie Carrizo, ubicada a cerca de 100 millas del noroeste de Los Ángeles.

Otro estudio, dado a conocer el miércoles pasado, recreó los efectos del esperado «Gran Seísmo» que con una magnitud 8 en la escala de Richter sobre la falla de San Andrés afectaría a cerca de 25 millones de personas en el área del sur de California.

Los investigadores consideraron probable que el seísmo afecte la sección sur de la falla, que se extiende desde Fresno, en el norte de California, hasta Yuma, Arizona, y Ensenada, en México.

En este nuevo estudio, los científicos de la Universidad de California San Diego, la Universidad Estatal de San Diego y la Universidad Estatal de Ohio completaron la mayor simulación jamás hecha con computadoras sobre un movimiento telúrico.

Esta investigación fue seleccionada como finalista del premio Gordon Bell, que se otorga anualmente a logros destacados en aplicaciones que utilizan sistemas computarizados de alto poder, y será otorgado durante la Conferencia de Supercomputación que se efectuará del 13 al 19 de noviembre en Nueva Orleans.

Kim Olsen, profesor de ciencias geológicas por la Universidad Estatal de San Diego, hizo notar que los rascacielos son más susceptibles a movimientos de baja frecuencia, tipo montaña rusa, mientras que las estructuras de menor tamaño sufren más daño por las sacudidas de alta frecuencia que se experimentan como una serie de sacudidas repentinas.

«Nuestra simulación es uno de muchos escenarios posibles, pero nos han ayudado a ver cosas que nos eran invisibles. Nuestro trabajo se concentrará ahora en tratar de entender los efectos en los rascacielos de Los Angeles», dijo Olsen.

La simulación asumió que el terremoto tendrá una duración de seis minutos y afectará un área rectangular de cerca de 500 millas (804 kilómetros) de largo por 250 millas de ancho y 50 millas de profundidad.

El estudio utilizó un récord de núcleos de CPU de computadora, con más de 223.000 de ellos trabajando en un período de 24 horas en la Supercomputadora Jaguar Cray XT5 del Laboratorio Nacional Oak Ridge en Tennessee.

«Esta simulación representa un logro en sismología tanto en términos de tamaño y escalabilidad computacional. Es la mayor y más detallada simulación de un terremoto mayor, abriendo nuevo territorio para la reducción de pérdidas potenciales de vida y propiedad», dijo Yifeng Cui, científico de la Universidad Estatal de San Diego.

La simulación, financiada con fondos de la Fundación Nacional para la Ciencia, involucra a supercomputadoras operando al nivel de petaescala, que significa cálculos de más de un cuatrillón de operaciones de punto flotante, o cálculos, por segundo.

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