Los manifestantes, entre 8.000 y 10.000, ocuparon una franja de unos cien metros frente a la terminal y quemaron algunas llantas, sin que se produjeran incidentes con la Policía, que acordonó el lugar para impedir el acceso a las instalaciones del aeródromo.
En el techo de la terminal también fueron dispuestos varios francotiradores del Ejército, según pudo comprobar Efe.
El asesor del Comité Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras, Rafael Alegría, uno de los promotores de las movilizaciones que se repiten desde el domingo pasado a favor de Zelaya, indicó a Efe que el objetivo de la marcha era «dar un mensaje a los golpistas de que somos muchos».
Alegría tildó la aproximación al aeropuerto de «acto simbólico» y descartó que los manifestantes se vayan a quedar en el lugar hasta mañana, día en que Zelaya ha anunciado que regresará al país acompañado por «varios presidentes» de Latinoamérica.
También en el lugar se concentraron varias decenas de taxis que acordonaron las vías de acceso a la terminal aeroportuaria.
«Mañana vamos a hacer una marcha similar, pero con mucha más gente y vamos a estar desde la mañana, vamos a llegar hasta el aeropuerto y recibirlo», explicó Alegría.
«Él (Zelaya) ha dicho que va a abrazar a su pueblo y esperamos que eso suceda», agregó.
Zelaya ratificó hoy que regresará este domingo a Tegucigalpa junto con «varios presidentes», pidió a sus seguidores que lo vayan a recibir sin armas y advirtió a quienes lo derrocaron que «están rodeados».
«Nos vamos a presentar en el aeropuerto en Tegucigalpa con varios presidentes, varios miembros de comunidades internacionales», dijo en una alocución transmitida por la emisora Telesur.
«Este domingo estaremos en Tegucigalpa abrazándolos, acompañándolos para hacer valer lo que tanto hemos defendido en nuestra vida, que es la voluntad de Dios a través de la voluntad del pueblo», añadió el depuesto mandatario.
Por su parte, el ex canciller Milton Jiménez indicó en declaraciones a una emisora local que Zelaya regresará el domingo e hizo un llamamiento a sus seguidores para que se manifiesten sin violencia.
Zelaya fue detenido y expulsado del país por las Fuerzas Armadas el domingo pasado y, posteriormente, destituido por el Congreso, que nombró en su lugar a Roberto Micheletti, hasta entonces presidente del Legislativo, en un acto repudiado por toda la comunidad internacional.
El Ministerio Público hondureño cursó esta semana una orden de búsqueda internacional contra Zelaya, acusado de abuso de autoridad, violación de los deberes de los funcionarios y traición a la patria, entre otros delitos.
El presidente destituido podría ser condenado a 20 años de cárcel, según el Ministerio Público, que advirtió que si Zelaya regresa al país será detenido inmediatamente.










