Además de suprimir el puesto de portavoz «a la estadounidense» que había introducido tras su llegada al Elíseo el pasado mayo, se ha creado un nuevo equipo político encargado de «explicar las reformas» que Sarkozy quiere proseguir y de mejorar las relaciones con los parlamentarios de su partido conservador, la UMP.
Tras la derrota han aflorado críticas en la UMP, como la de su número dos y ex primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, que ha pedido que se «rectifique el tiro» en ciertos puntos y que se deje de «asustar» hablando de reformas sin evocar «progresos y resultados».
Un líder parlamentario de la UMP ha pedido que los legisladores participen más en la elaboración de las reformas venideras, mientras una portavoz del partido, derrotada ayer, quiere que se «escuche a los electores» y que el poder adquisitivo sea una «prioridad real».
Sarkozy, resuelto como su primer ministro, François Fillon, a seguir las reformas, ha hecho saber que no debe esperarse ahora una gran remodelación del Ejecutivo. Sólo ajustes «técnicos».
Tres «ministrables» se sucedieron esta tarde en la sede del Gobierno: Luc Chatel, secretario de Estado de Consumo que conquistó una alcaldía de izquierdas, su colega de Antiguos Combatientes, Alain Marleix, y el diputado Yves Jégo, portavoz de la UMP.
Del primero se dice que podría ser el nuevo portavoz del Ejecutivo -cuyo titular, también victorioso, pasaría a otra Cartera; y de los otros dos que pueden suceder en Ultramar a Christian Estrosi, que se va para hacerse cargo de la Alcaldía de Niza.
Se baraja la creación de nuevas secretarías de Estado, como Economía Digital o el «Gran París», ésta última confiada quizás a la ex presidenta de ferrocarriles Anne-Marie Idrac.
Esos «ajustes» no responderán a las exigencias de los victoriosos socialistas de un cambio de «política».
«Pocas veces un presidente de la República, después de diez meses en el cargo, había conocido un fracaso tan sonado» y tal «desconfianza», dijo el líder socialista (PS), François Hollande.
Tras afirmar que la izquierda es ahora «mayoritaria» en el país, exigió a Sarkozy que modifique su «comportamiento y su política», y que suba de inmediato las pensiones bajas y el salario mínimo. También que oiga la «frustración» de los franceses por la falta de mejora del poder adquisitivo y la «exigencia de justicia social».
El PS, que ya dominaba las regiones de Francia, va a controlar ahora la mayor parte de las grandes ciudades (sólo Marsella, Burdeos y Niza han quedado en manos de la UMP) y 60 de 101 departamentos.
Desde ayer se han oído voces en el seno del PS para que no se repitan los errores del pasado: después de aplastar a la derecha en las Regionales de 2004, los socialistas perdieron las Presidenciales y Legislativas de 2007.
Aunque los tenores del PS dejaron de lado sus rivalidades personales en la noche de victoria, no tardarán las maniobras por la sucesión de Hollande, que dejará el cargo en un congreso previsto el próximo otoño, y la carrera presidencial de 2012.
La lista de aspirantes incluye a la ex candidata al Elíseo, Ségolène Royal, el reelegido alcalde de París Bertrand Delanoe, la ex ministra Martine Aubry, también reelegida en Lille, entre otros.
Hollande, que salió reforzado de las elecciones locales, dijo que anunciará el calendario del «proceso de renovación» del PS en una reunión del Consejo Nacional del partido el próximo día 25, y reafirmó la importancia de la unión de las fuerzas de izquierda.
Algo que se ha interpretado como una crítica a Royal, que, entre las dos vueltas electorales, pedía alianzas «en todas partes» con el MoDem de François Bayrou.Bayrou perdió ayer su apuesta por la alcaldía de Pau y su partido ha conseguido pocos electos, lo que ha suscitado feroces críticas en su propia formación contra su estrategia, mientras que los comunistas resistieron bastante bien en estas elecciones, pese a la pérdida de algunos bastionesEl declive del ultraderechista Frente Nacional se confirmó en los comicios, en los que perdió la hija de su líder, Marine Le Pen.