Un poco antes de las cuatro de la tarde, la periodista deportiva, sonriente y sin dejar de mirar a su primogénito, agradeció y saludó con la mano a sus compañeros de profesión, mientras Casillas hacía lo propio, al tiempo que decía, esbozando una tímida sonrisa, «muchas gracias por todo».
Ataviados con abrigos azul marino y pantalones vaqueros, la pareja posaba para la prensa gráfica sin dejar de mirar embelesada a su retoño, el cual permanecía oculto y arropado bajo una manta beige, protegido del frío y de los «flashes» de los fotógrafos.
Agradecida y algo tímida, la mediática pareja abandonó el centro hospitalario en su coche, conducido por Casillas, quien demostró paciencia y buen talante cuando nada más llegar al hospital para recoger a su familia se detuvo unos minutos para hacerse una foto con un teléfono móvil, a petición de un fan de mediana edad que salía en ese momento por la puerta del hospital.