Los secuestrados son el mayor de la Policía Guillermo Solórzano y el cabo del Ejército Salín Sanmiguel, cautivos desde junio de 2007 y mayo de 2008, respectivamente, y quienes no fueron liberados el domingo, como estaba previsto, porque las FARC entregaron unas coordenadas erróneas, según el Gobierno.
Tras evaluar lo sucedido con representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), organismo que coordina la misión humanitaria junto con la exsenadora Piedad Córdoba, el Gobierno anunció que autoriza la liberación de esos dos secuestrados, por «responsabilidad» con ellos y sus familias.
El interlocutor del Gobierno para las liberaciones, Eduardo Pizarro, explicó en Bogotá a la prensa que será el Ejecutivo el que determinará «la hora cero» para iniciar el operativo desde Cali y advirtió que no se va a permitir que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) «vuelvan a incumplir».
Los helicópteros brasileños que irán a buscar a la selva a los rehenes llegaron hoy al aeropuerto de Cali, donde también están desde este lunes varios miembros del CICR.
Quien no está en Cali es Córdoba, que se reunió a puerta cerrada en Bogotá con miembros de Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP), colectivo que ella lidera, «para tomar una decisión definitiva» con respecto a las liberaciones, según escribió la exsenadora en Twitter, y de la que no ha trascendido por ahora información.
Solórzano y Sanmiguel forman parte del grupo de cautivos cuya liberación incondicional anunciaron las FARC en diciembre como «gesto de humanidad» hacia la exsenadora, destituida de su cargo por la Procuraduría en septiembre de 2010 al determinar que tiene nexos con esa guerrilla.
La operación humanitaria para concretar esas liberaciones comenzó el pasado miércoles con la entrega del concejal Marcos Baquero y continuó el viernes con las del también concejal Armando Acuña y el infante de la Marina Henry López.
El domingo la guerrilla más antigua de América Latina liberó al patrullero de la Policía Carlos Alberto Ocampo, quien no figuraba entre los anunciados en diciembre, pero no hizo lo mismo con Solórzano y Sanmiguel.
El presidente Santos reveló que las FARC «incumplieron con las coordenadas, incumplieron con las entregas y propusieron a última hora, cuando ya no era posible, realizar la entrega en un lugar que estaba fuera de las áreas previamente acordadas».
Por eso, Pizarro fue enfático hoy al señalar que el operativo para las liberaciones sólo se pondrá en marcha «cuando todo esté dispuesto en Cali» y haya una «absoluta certeza de las coordenadas» del lugar de las entregas.
«No estamos dispuestos a que las FARC vuelvan a incumplir. Exigimos total responsabilidad y compromiso con lo que han asumido», remarcó Pizarro.
Además, recordó que el Gobierno exige la liberación «inmediata y sin condiciones» de los 16 policías y militares, algunos secuestrados hace más de 12 años, a quienes el grupo rebelde quiere intercambiar por guerrilleros presos.
Mientras, el comandante de las Fuerzas Armadas, el almirante Edgar Cely, dijo a los periodistas que, si las FARC entregan las coordenadas de las liberaciones antes de las 18.00 hora local de hoy (23.00 GMT), a partir de ese momento se suspenderán las operaciones militares en la zona para que la misión vaya este miércoles por los secuestrados.
Y los familiares de ambos, que han recuperado la esperanza, no quieren «más aplazamientos», indicó a emisoras locales Silda de Valderrama, abuela de Sanmiguel.
«Agradecemos mucho al Gobierno por haber permitido que continuara esta liberación, esperando que las cosas se den pronto en los próximos días», comentó, por su parte, Piedad Solórzano, hermana del mayor Solórzano, de padre ecuatoriano.
