París.- Reporteros Sin Fronteras (RSF) interpretó el asesinato del periodista y productor televisivo Igor Padilla como «un ataque a toda la prensa hondureña» y urgió hoy a Tegucigalpa a que frene «la espiral mortífera» contra los periodistas.
«Con este ataque a Igor Padilla, es toda la prensa hondureña la que es agredida. Honduras sigue siendo uno de los países más peligrosos del continente para los periodistas», dijo en un comunicado Emmanuel Colombié, responsable del Despacho América Latina de RSF.
Padilla, de 37 años, fue asesinado el martes pasado por desconocidos que lo acribillaron a tiros en una calle en San Pedro Sula, norte del país centroamericano.
El comunicador, quien trabajaba para el canal de televisión Hable Como Habla (HCH) en San Pedro Sula, fue asesinado al salir de un establecimiento en el que estaba grabando un material para un anuncio, al parecer, después de recibir una llamada telefónica de una mujer.
Para Colombié, «el Gobierno hondureño debe establecer de forma urgente un mecanismo de protección eficaz para detener esta espiral mortífera».
RSF, organización con sede en París, recordó en su comunicado «el tenso clima en el que trabaja la prensa en Honduras, asediada por la violencia del crimen organizado y la corrupción de los políticos, que genera uno de los niveles de impunidad más altos de América Latina».
La organización, que recordó que Honduras ocupa el puesto 137 de 180 países en el ránking de libertad de prensa, también denunció las amenazas que recibió la semana pasada Eduardo Maldonado, precisamente propietario del canal HCH para el que trabajaba Padilla.
En el mensaje le pedían que despidiera a la periodista Elsa Oseguera, a quien acusaban de pertenecer a la pandilla de los Mara Salvatrucha (MS), o de lo contrario matarían a Ernesto Rojas y Suly Cálix, corresponsales del canal en la ciudad de San Pedro Sula.
El asesinato de Padilla ha conmocionado al país centroamericano y a la comunidad internacional.
Estados Unidos reclamó hoy a Honduras una investigación «exhaustiva y precisa» para esclarecer las circunstancias del asesinato, tal como la propia ONU.
