Durante su estancia en Guatemala, el relator de las Naciones Unidas se entrevistó con representantes del gobierno, el Parlamento y organizaciones de la sociedad civil que protegen los derechos de los inmigrantes.
En esos encuentros, indicó Bustamente, recibió numerosas denuncias sobre casos de violaciones a los derechos humanos sufridas por migrantes de diferentes naciones que utilizan el territorio guatemalteco como «puente» en su camino hacia Estados Unidos.
«Muchos de estos casos permanecen en la impunidad, lo que parece estar ligado a situaciones de abusos de poder por parte de las autoridades», denunció Bustamente.
El relato señaló que los migrantes son «objeto de abusos, sobornos y extorsiones» por parte de funcionarios guatemaltecos, entre estos miembros de las fuerzas de seguridad y las agencias que vigilan las fronteras.
Estos hechos, indicó, se deben a que la Ley de Migración, la cual data de hace diez años, «contiene numerosas lagunas e imprecisiones (…) que permiten un amplio margen de discrecionalidad de las autoridades migratorias y policiales en la ejecución y tramitación de los procedimientos migratorios».
Bustamente presentará los resultados de su visita a Guatemala al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en los próximos meses, en un informe que incluirá observaciones y recomendaciones al gobierno.
Una de las principales recomendaciones, adelantó Bustamente, será que se adecúe la legislación local sobre emigrantes a la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y sus familias, para garantizar la protección de sus derechos humanos.
Miles de emigrantes latinoamericanos, asiáticos y africanos se desplazan a diario de forma ilegal por Guatemala, para continuar su viaje hacia el norte.
