Doha – En Catar desde la noche del viernes, el primer entrenamiento de la selección portuguesa en Al Shahania, al oeste de Doha, devolvió al grupo a Cristiano Ronaldo, fuera del último amistoso y la goleada por 4-0 contra Nigeria por un cuadro digestivo y reincorporado al trabajo este sábado, entre las turbulencias que han provocado sus declaraciones sobre el Manchester United y la incógnita sobre su futuro más allá del Mundial de Qatar 2022.
El astro luso, siempre el centro de atención, es ahora también el foco de la polémica, por las declaraciones hacia su club actual, mientras encara la recta final de su selección hacia el estreno del próximo jueves en Catar frente a Ghana, cuando igualará al mexicano Rafael Márquez como el futbolista con más Mundiales de la historia, con cinco (también alcanzará esa cifra en esta edición Lionel Messi), mientras su ciclo en el United está agotado, reducido a 10 partidos sólo de titular y tres goles este curso.
«Sus declaraciones no tienen nada que ver con la selección», contestó Bernardo Silva, su compañero en el equipo portugués y su rival en el Manchester City. «Tampoco tienen nada que ver conmigo. Es un tema de Cristiano», abundó el centrocampista, que no ve «ningún ambiente extraño» entre el atacante y Bruno Fernandes, con el que juega en el United, cuando Cristiano Ronaldo saludó al media punta.
«Lo veo motivado y concentrado, como todos los jugadores. Es uno más para ayudar a nuestro país y a la selección. Tenemos un Mundial por jugar», advirtió Bernardo Silva en la comparecencia de prensa antes del entrenamiento vespertino, en el que no participaron ni Joao Félix ni William Carvalho, entre otros futbolistas, por el trabajo de recuperación que deriva de su titularidad en el amistoso del pasado jueves.
Entre el laberinto de Cristiano, ofrecido el pasado verano a varios equipos de la Liga de Campeones, decidido entonces y ahora a salir del United, con el que tiene contrato hasta el próximo verano, Portugal ganó 4-0 al conjunto africano, sin el mejor goleador de la historia de la selección lusa, autor de 117 tantos en 191 partidos como internacional. «Cuando no está, sabemos responder. Estamos listos. Somos 26. No importa si uno u otro no está», advirtió Silva.
Su primer entrenamiento despertó la expectación propia de su figura en Doha, a cinco días de su debut en el Mundial, contra Ghana. Uruguay y Corea del Sur, enfrentados a la vez el mismo día, completan el grupo. «Mucha ambición y mucha confianza. Sabemos que es una competición especial, corta e imprevisible, contra grandes equipos. Los portugueses esperan mucho de nosotros. Estamos listos. Venimos a ganar», remarcó el futbolista del City, el club a la altura del Benfica, el Oporto, el United y el París Saint Germain en la aportación a la nómina de futbolistas elegida por Fernando Santos.
Entre la «confianza» que aporta el 4-0 a Nigeria, con la advertencia de que «todos los rivales lo darán todo, como si fuera el último partido de sus vidas», a Bernardo Silva y sus compañeros les parece «indiferente» contra quién sea el inicio del torneo. «Tenemos que sumar para llegar a octavos», apuntó.
Es la octava fase final de un Mundial para Portugal. En tres no fue más allá de la ronda de grupos (en México 1986, en Japón y Corea 2002 y en Brasil 2014). En Sudáfrica 2010 y en Rusia 2018 se quedó en octavos. En Inglaterra 1996 fue tercera, su mejor marca en este torneo, mientras que en Alemania 2006 fue cuarta, cuando Cristiano Ronaldo disputó su primera Copa del Mundo. Ahora divisa la quinta. JS