spot_img

Por falta de flujos migratorios, MSF finaliza proyecto de atención a migrantes en Danlí

Tegucigalpa – Debido a una drástica disminución del flujo migratorio y con la existente respuesta local, Médicos Sin Fronteras (MSF) decidió finalizar sus actividades en Danlí de atención a población en movimiento en mayo de 2025.

Luego de cuatro años de trabajo en atención a personas migrantes, la organización médico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) ha decidido finalizar su proyecto de asistencia médica y humanitaria a la población en movimiento en la ciudad de Danlí. Esta decisión se toma debido a la importante disminución del flujo migratorio y a la existente respuesta local en la zona, indicó el organismo internacional a través de un comunicado.

El fenómeno migratorio en los últimos cuatro años ha sido cambiante y complejo, y Honduras ha sido testigo de esta movilidad. En este tiempo, según las estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM), han ingresado de manera irregular en los diferentes puntos fronterizos del país más de un millón de personas. Esto responde en parte a las actuales crisis sociopolíticas que se han agudizado en la región, principalmente la pobreza, la violencia generalizada y las barreras administrativas migratorias que dificultan la obtención de un estatuto migratorio legal.

Esta situación conllevó a una crisis humanitaria en diferentes lugares que requerían de una atención urgente. Las necesidades a las que se enfrentan las personas migrantes eran múltiples, muchas de ellas vinculadas a temas de salud física y mental. En vista a esta situación, MSF en Honduras decidió crear equipos compuestos por personal de medicina, enfermería, trabajo social, salud mental y promoción de salud, para dar una respuesta integral a través de clínicas móviles en los diferentes lugares que se requería de la asistencia humanitaria.

Los municipios de Danlí, Trojes y Las Manos del departamento de El Paraíso, zona fronteriza entre Honduras y Nicaragua, se convirtieron en el epicentro del ingreso para la población en movimiento que se encontraba transitando hacia los países del norte. Estos fueron los principales puntos donde MSF estuvo trabajando desde el 2021 hasta la fecha.

“En MSF fuimos testigos en todos estos momentos, de las múltiples necesidades médicas y humanitarias que enfrentaron y siguen enfrentando las personas migrantes. En la ruta migratoria se refleja la urgente necesidad de la respuesta humanitaria y del compromiso de los gobiernos para garantizar este acompañamiento. Como MSF, nuestra naturaleza es brindar una pronta respuesta a las poblaciones en situación de vulnerabilidad, de esta manera colaboramos para reducir las principales afectaciones físicas y emocionales”, señaló Jorge Castro Armijo, coordinador del proyecto de MSF en Danlí.

Con la llegada del nuevo gobierno estadounidense y los cambios en las políticas migratorias, se redujo el número de personas que viajaban de sur a norte. A su vez, se identificó a personas que retornaban de manera voluntaria a sus países de origen o que están en búsqueda de refugio en otros países de la región.

Necesidades de atención primaria en salud

Debido a las condiciones precarias durante su experiencia migratoria, las personas en movimiento enfrentan diversas enfermedades como infecciones respiratorias, enfermedades gastro-intestinales y problemas de la piel. En estos cuatro años, MSF realizó 58 mil 45 consultas de atención primaria en salud.

Otra de las consecuencias importantes que se detectaron y trataron, fueron las afectaciones en salud mental, mismas que requieren de un acompañamiento especializado.

Estas personas enfrentan emociones como la tristeza, el miedo y la angustia debido a las dificultades del viaje, la incertidumbre sobre el futuro y de vivir en lugares inadecuados. Durante este tiempo el equipo de psicología realizó 2,022 consultas de salud mental. Además, se identificaron diagnósticos más complejos como estrés post-traumático, depresión, reacción aguda al estrés, ansiedad, duelo, entre otros.

En las consultas de MSF también se han atendido a personas que han experimentado diferentes situaciones de violencia durante su viaje. Esto incluye asaltos, amenazas, extorsión, secuestro, ser testigo de muertes y sobrevivientes de violencia sexual. En este período de tiempo, los equipos de MSF atendieron 878 casos de violencia sexual. Estas situaciones sucedieron en diferentes puntos de la ruta migratoria y lograron ser atendidos 24 casos dentro de las 72 horas, tiempo para responder a la emergencia médica y poder prevenir infecciones de transmisión sexual, como el VIH, un embarazo no deseado y la atención en salud mental.

MSF se ha enfocado en un trabajo interdisciplinario (promoción de salud, trabajo social y de salud mental) que permitió identificar las necesidades, comprender el contexto y tener un análisis más realista sobre cuáles han sido las prioridades de la población en movimiento. Además, para fortalecer enlaces con otros actores y crear en conjunto un sistema de referencia médica y social.

Asimismo, se trabajaron en espacios para crear acciones de empoderamiento de las personas migrantes en sesiones grupales, esto permitió llegar a más de 138 mil 270 personas. Mucho del trabajo de MSF en estos cuatro años fue gracias a la apertura y el acompañamiento de diferentes actores estatales, humanitarios y de la sociedad civil. En coordinación con MSF, estos enlaces contribuyeron en el fortalecimiento del acceso a la atención en salud, políticas públicas, entre otras; respondiendo a las necesidades médicas y humanitarias a las que se enfrentan las personas migrantes.

Continuación de la respuesta humanitaria

La población en movimiento está expuesta a vulneraciones a lo largo de la ruta y muchas de estas situaciones son repetitivas. Las políticas y prácticas migratorias existentes en Honduras han favorecido a la protección de las personas migrantes y con ello reducir los riesgos a los que se exponen en el tiempo de espera o en su tránsito. En los últimos años, se aprobó una amnistía a la multa migratoria y se crearon espacios de descanso, como el Centro de Atención al Migrante Irregular (CAMI) en Danlí, mismos que evidencian el compromiso del gobierno en garantizar una migración digna y segura.

“Como MSF instamos en la continuación de la respuesta humanitaria y Estatal para trabajar en conjunto en la reducción de las barreras de salud, seguridad, idiomáticas y de albergue para esta población. También, para que se destinen más recursos a la atención y protección de las personas migrantes. Así como el mantener las discusiones para que se proceda la aprobación de la nueva Ley de Migración que garantice la eliminación de la multa migratoria”, enfatizó Castro Armijo.

“Desde MSF hacemos el llamado para mejorar la coordinación de la respuesta humanitaria. El Estado hondureño debe de continuar mitigando los riesgos que enfrentan las personas migrantes en su tránsito por este país, dar protección y respeto a sus derechos desde una perspectiva social y humanitaria”, concluyó.

MSF mantiene su compromiso en Honduras con la continuidad de dos proyectos en el país, en San Pedro Sula para acercar el acceso a la salud sexual y reproductiva a población adolescente, personas trabajadoras del sexo y de la comunidad LGBTIQ+; y en Tegucigalpa para la prevención de arbovirus. Por su carácter de respuesta a emergencias, también queda atenta a las diferentes necesidades que surjan con relación a desastres de origen natural, epidemias, entre otras, indicó el organismo internacional. (RO)

spot_img
spot_img

Noticias recientes

spot_img
spot_imgspot_img