Washington – Organizaciones internacionales y destacados políticos de EEUU condenaron hoy el asesinato de Berta Cáceres, una líder indígena hondureña conocida por defender los derechos humanos y el medioambiente, y pidieron a las autoridades que investiguen el crimen.
Cáceres fue asesinada hoy en su casa en la occidental ciudad hondureña de La Esperanza, al parecer por dos hombres que portaban armas de fuego, según la información preliminar que ha trascendido.
Según el Centro de Investigación Económica y Política (CEPR), un centro de pensamiento con sede en Washington, el Gobierno estadounidense debe sumarse a la investigación internacional del asesinato y dejar de apoyar a las fuerzas de seguridad hondureñas mientras las minorías «continúen siendo asesinadas con impunidad».
«El Gobierno de Obama debe parar de ocultar los abusos en derechos humanos cometidos y perpetuados con total impunidad en Honduras, y dejar de ignorar la implicación de Estados Unidos, que ha apoyado a las fuerzas de seguridad hondureñas en muchos de estos abusos», dijo el codirector de la institución, Mark Weisbrot.
Según subrayó Weisbrot en el mismo comunicado, la represión política y el asesinato de activistas se ha incrementado drásticamente tras el golpe militar de 2009, y recordó que la ahora precandidata a la Presidencia del país Hillary Clinton «hizo todo lo que pudo para ayudar a que este golpe progresara y se legitimara por sí mismo» como secretaria de Estado.
Destacados políticos de Washington se unieron a la condena del asesinato de la activista, como la congresista demócrata Jan Schakowsky, quien calificó el homicidio como una «tragedia» que demuestra «las espantosas condiciones» en que viven los activistas por los derechos humanos en el país.
El senador demócrata de mayor rango del Comité de Exteriores del Senado de EE.UU., Ben Cardin, urgió al presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, a investigar el asesinato de Cáceres, a llevar a sus culpables ante la Justicia, y a aceptar la ayuda ofrecida por el embajador de EE.UU. en Honduras, James Nealon.
«A medida que EE.UU. se expande en su compromiso en Centroamérica, algo que apoyo, el Departamento de Estado y la agencia de cooperación internacional de Estados Unidos (USAID) deben dar prioridad a los esfuerzos para proteger los derechos humanos y fortalecer el uso de la ley», afirmó el senador.
Asimismo, Carlos Ponce, el director para América Latina de Freedom House, una organización internacional no gubernamental que promueve las libertades y la democracia en el mundo, consideró que la muerte de la activista deja un «gran vacío» en la lucha por la justicia y el movimiento por el fin de la impunidad en Honduras.
Cáceres fue una de las fundadoras en 1993 del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), desde el que lideró manifestaciones en defensa del medioambiente oponiéndose a la construcción de proyectos hidroeléctricos en el occidente de su país por considerar que atentaban contra los recursos naturales.
Por su lucha en defensa de los recursos naturales en el occidente de Honduras en 2015, Cáceres, miembro de la etnia lenca y madre de cuatro hijos, recibió el Premio Medioambiental Goldman.
En varias ocasiones, había denunciado amenazas de muerte contra su vida y familiares suyos.