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Políticas, de precandidatas a la Vicepresidencia , a posición de “relleno”

Tegucigalpa.- El último entuerto jurídico político orientado a “enmendar” la Constitución , significó para las mujeres un duro golpe en su lucha por abrir espacios dentro de la participación política, ya que las precandidatas a la Vicepresidencia de la República pasaron de una posición notoria a una de “relleno” al volver a la figura de los Designados Presidenciales.
 

Así, la conservadora clase política hondureña truncó las aspiraciones de muchos electores interesados en ver el desenvolvimiento de una mujer en la Vicepresidencia del país. Las más afectadas con esta decisión, a nivel político y mediático sin duda han sido la liberal, Gabriela Núñez por la corriente de Roberto Micheletti y la periodista Rossana Guevara, de la facción del precandidato nacionalista Mario Canahuati.
Núñez quien en la última contienda interna de su partido se postuló para la Presidencia y quedó como tercera fuerza política, esta vez, decidió acompañar a Micheletti en la fórmula de la Vicepresidencia , pero ahora tendrá que compartir el puesto con otros dos precandidatos a Designados Presidenciales, por ahora desconocidos, y quizá nada congruentes con las propuestas y pensamiento técnico y pragmático de Gabriela Núñez.


Rossana Guevara
Rossana Guevara, por su parte, sacrificó su impecable carrera periodística para aceptar una invitación de Mario Canahuati, a cuya campaña dio dinamismo y una energía que no se veía en ese movimiento, pero ahora, tendrá que sortear su suerte con otros dos precandidatos a Designados Presidenciales, a escasas dos semanas que faltan para los comicios internos. En una facción tan conservadora como la de Canahuati, donde según los medios locales de prensa, los altercados entre el precandidato y sus aspirantes a diputados son cada vez más frecuentes por visión y enfoque, la fórmula que acompañará a Rossana Guevara, no sólo es una incógnita, sino que puede prestarse a una pequeña “lucha internita de poder”.


Lo mismo puede ocurrir en las facciones de Elvin Santos, del partido Liberal, y Porfirio Lobo, del Nacional. Las otras precandidatas a la Vicepresidencia , unas más conocidas que otras, unas con un trabajo más destacado y silencioso, que el resto, pero todas, mujeres con aspiraciones e ideas, deben ser conscientes que de ganar las internas los movimientos políticos por los cuales participan, la mitad del pastel, ya no les pertenece, al menos en teoría.

El pastel ahora tendrá más partes

Los primeros nombres que salen a la luz pública como sus presuntos compañeros de fórmula de Designados Presidenciales, no son nada halagadores; de ser cierto lo que trasciende, la mayoría representa el oscurantismo de los dos partidos políticos tradicionales, y en más de alguna de esas facciones, pueden haber sorpresas vinculadas a los grupos paralelos de poder como la narco política, por ejemplo, una advertencia que con mucha insistencia la ha venido haciendo el comisionado de derechos humanos, Ramón Custodio.

Hasta ahora, las únicas precandidatas a la Vicepresidencia que han protestado por el entuerto jurídico y político que hiciera la clase política hondureña, han sido las aspirantes por el movimiento del actual vicepresidente, Elvin Santos, y de la corriente del periodista y político, Eduardo Maldonado, ambas del gobernante partido Liberal.

La cuña para que apriete…

María Cristina de Handal, del movimiento elvincista, y María Martha Díaz, del movimiento Ahora Sí, de Maldonado, han sido las únicas en protestar por esas “reformas” a las reformas de los acuerdos políticos y electorales suscritos en el 2001, al amparo del Foro de Fortalecimiento a la Democracia , las Naciones Unidas, la cooperación internacional y la sociedad civil. Existe hasta un libro de los alcances de esos acuerdos y su significado en la democratización de la política hondureña en un afán por dar respiro a una cada vez más deteriorada clase política representada en los partidos políticos legalmente inscritos.
María Cristina de Handal

El resto de las precandidatas a vicepresidencia, ha guardado silencio, por dos hipótesis: por lealtad a su partido político o por desconocimiento de lo que ello representa en términos de participación y representatividad de la mujer en la política.
Lo más paradójico del proceso, es que quien se encargó de darle el tiro de gracia a la participación de las precandidatas a la vicepresidencia, fue precisamente el actual Vicepresidente de la República , en su empecinado y accidentado camino por querer ser Presidente de Honduras, el cual pudo allanar fácilmente, si hubiese renunciado a su cargo, dejar de ganar su salario de funcionario público, y buscar con el “liderazgo” que dice “poseer” la silla presidencial.

Desde que a mediados de los años cincuenta, las mujeres lograron obtener su derecho al voto, su participación en la política no ha sido fácil. Las primeras parlamentarias que surgieron con el retorno al orden constitucional hace 26 años, tuvieron que romper muchos mitos y tabúes en la política, como lo hizo también, en la lucha por los derechos civiles, políticos y sociales, la activista Visitación Padilla, entre otras destacadas féminas hondureñas.
María Martha Díaz

De las primeras mujeres diputadas que tuvo el país desde la Constituyente de 1982, muchas historias se pueden escribir; algunas se enfrentaron a la resistencia de su familia o esposos que demandaban mayor atención a las jornadas de la casa y cuestionaban su activismo político, otras, la resistencia la encontraron en el hemiciclo legislativo donde muchos de sus colegas creían que tenían a su servicio una “elite especial” de meseras, consejeras, mandaderas o cocineras, %26nbsp;hasta la última oleada de mujeres parlamentarias de inicio de siglo y milenio, donde muchas, con algunas excepciones, han llegado a esos puestos para destacar, no por sus propuestas, sino por el desfile de modas, los peinados y un certificado que les otorgue un mayor “status” social.

Un sueño cada vez más prolongado
En la última década del siglo pasado, el extinto ex gobernante hondureño, Carlos Roberto Reina, rompió un nuevo tabú al nombrar a Guadalupe Jerezano como la primera mujer que ocupó un puesto en la historia política hondureña como Designada Presidencial, con un rol muy protagónico a favor de los derechos y reivindicación de la mujer.


María Antonieta de Bográn
Otros ex gobernantes, no tan convencidos de la participación femenina en política, pero conscientes que cada vez son un electorado decisivo que ha ganado espacios y luchas a pulso y tenacidad, optaron en sus fórmulas presidenciales por incorporar a otras mujeres, pero fueron siempre los hombres Designados Presidenciales, los que tuvieron un rol más protagónico que las féminas

A esa lucha por una mayor reivindicación de la participación femenina en la política se sumó la entonces primera mujer alcaldesa de Tegucigalpa, Nora de Melgar, quien logró romper un duro cerco al interior de su partido, El Nacional, al lograr convertirse, en la primera fémina en la historia hondureña y de ese instituto político, en aspirar a la Presidencia de la República. Ella rompió una prohibición implícita y abrió un camino que hasta ahora ninguna mujer política ha podido obtener como es la primer magistratura de la Nación.
Fue la última campaña electoral, donde se inauguraba la figura de la Vicepresidencia , que las mujeres nuevamente cobran un mayor vigor en esa escala de posiciones, al grado que el ex candidato presidencial del izquierdista Partido de Unificación Democrática (UD), Juan Almendares, anunció como compañera de fórmula en su campaña a la ex comisionada de policía, María Luisa Borjas.
De cara a los comicios internos del 2008, la fiebre por una mayor participación de las mujeres en la política brotó a flor de piel. Casi todas las corrientes políticas internas de los partidos que irán a comicios internos, con escasísimas excepciones, colocaron como compañeras de fórmula a la Vicepresidencia a candidatas mujeres.


Gabriela Nuñez
Ello sin duda generó expectativas y notoriedad, la mayoría de las precandidatas en los diversos foros de debate incluso se mostraron más congruentes en sus propuestas que los propios precandidatos presidenciales, pero el sueño duró poco. Pese a ser más de la población total de Honduras, las mujeres, en política, deberán seguir luchando para hacerse sentir y respetar.


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