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Piden a la comunidad internacional que no afloje en ayudar a Haití

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Bogotá – Organismos, Gobiernos y líderes religiosos exhortaron hoy a la comunidad internacional a no cejar en los esfuerzos para que Haití se levante de su postración, al cumplirse el primer aniversario del gran terremoto del 12 de enero de 2010.
 

Casi todos los pronunciamientos incluyeron implícita o explícitamente el reconocimiento de que lo que se ha hecho hasta ahora no ha sido suficiente ni efectivo para reconstruir Haití.

En un mensaje de «esperanza» a los haitianos, el papa Benedicto XVI advirtió de que la reconstrucción no debe ser «solamente de las estructuras materiales, sino también de la convivencia civil, social y religiosa» en ese país, el más pobre del continente americano.

El Pontífice, quien envió a un delegado a Puerto Príncipe para los actos conmemorativos, hizo votos para que el pueblo haitiano sea «el primer protagonista de su historia, contando con la ayuda internacional, que ya ha dado señales de gran generosidad mediante ayuda económica y la presencia de voluntarios llegados de todos los países».

Haití aún sufre las secuelas del terremoto de 7 grados de la escala de Richter que dejó unos 300.000 muertos, un número similar de heridos y 1,5 millones de damnificados.

La situación se ha visto agravada por la epidemia de cólera que estalló en octubre y ha causado más de 3.000 muertos, y también por la inestabilidad política que ha seguido a las elecciones presidenciales y legislativas del 28 de noviembre, cuyos resultados son cuestionados desde diversos ámbitos.

Un año después del terremoto los haitianos viven «una situación de extrema gravedad», según la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien hoy pidió a la comunidad internacional un «renovado esfuerzo» para ayudarles.

La Organización de Estados Americanos (OEA), que conmemoró en una sesión de su consejo permanente el primer aniversario del terremoto, renovó su compromiso «sostenido y a largo plazo» con la recuperación del país caribeño.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se refirió al terremoto y sus secuelas como una «tragedia de proporciones históricas» y opinó que «el trabajo por delante es aún enorme y los desafíos y obstáculos son abrumadores».

En el mismo sentido, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) consideró hoy que no se ha progresado «con toda la celeridad que la comunidad internacional desearía» en los trabajos de reconstrucción y destacó que aún hay 800.000 personas que perdieron sus hogares viviendo en campamentos.

El chileno Heraldo Muñoz, director del PNUD para América Latina y el Caribe, dijo en Santiago que el retraso en la reconstrucción se debe esencialmente a la pobreza y la marginalidad de Haití, pero también a que se ha materializado tan solo un 63% de los 5.600 millones de dólares comprometidos en la conferencia de donantes.

España ha desembolsado hasta la fecha 169 millones de euros (unos 220 millones de dólares) para ayudar a Haití después del terremoto y tiene previsto entregar más de 100 millones de euros (130 millones de dólares) en 2011, según fuentes oficiales.

La secretaria de Estado española de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, subrayó hoy que para reconstruir es necesario «abordar conjuntamente con los haitianos el cien por cien del desescombro de Puerto Príncipe», pues «sin desescombrar, no es posible construir».

Según el director del PNUD en Latinoamérica, el terremoto en Haití produjo un volumen de escombros «diez veces mayor» al que originó la caída de las Torres Gemelas de Nueva York a causa del atentado del 11 de septiembre de 2001.

Aún hoy quedan por retirar de Puerto Príncipe y sus alrededores diez millones de metros cúbicos de escombros, dijo Muñoz.

En Estados Unidos, cuyo presidente, Barack Obama, llamó ayer a la comunidad internacional a cumplir las promesas hechas a Haití, líderes demócratas y republicanos en el Congreso y activistas de diversos grupos humanitarios reiteraron el llamado a continuar la ayuda internacional en ese país.

El grupo «Pan para el Mundo» lanzó hoy una campaña de presión para que el Congreso reforme la asistencia internacional de Estados Unidos, para que llegue donde más se necesita en Haití.

En Nueva York, pese al frío y la nieve, centenares de personas se manifestaron ante las puertas del consulado de Haití y ante la sede de la ONU con carteles que reclamaban «hogares seguros, trabajo, agua potable, sanidad» y otras mejoras para la población de Haití.

«Ha pasado ya un año y la gente sigue sin hogares, trabajo, agua potable y comida. Los enfermos de VIH y Sida no tienen medicamentos. Los fondos llegan al país pero no pasa nada», dijo a Efe el activista Johnny Guaylupo, de Housing Works.

«Estamos aquí para decir a los líderes del mundo que un año es mucho tiempo, que hagan algo, que la gente sigue muriendo en Haití», afirmó el activista.

En Florida (sur de EE.UU.), donde viven 376.000 haitianos, hubo diversos actos conmemorativos y llamamientos para que la asistencia a Haití no decaiga.

El presidente del Parlamento Europeo (PE), Jerzy Buzek, destacó hoy que «los esfuerzos de la comunidad internacional no han logrado todavía sus objetivos» y opinó que «no habrá una solución a largo plazo sin unas elecciones justas, estabilidad política y desarrollo económico».

También la Unesco pidió hoy a la comunidad internacional más implicación con la situación de Haití, donde «la reconstrucción apenas ha comenzado», según la directora general del organismo, Irina Bokova, quien se quejó de que de los fondos prometidos por la comunidad internacional «tan sólo se ha recibido una pequeña parte».

Haití «necesita ayuda, no limosnas», dijo.

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