Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco volvió hoy a utilizar su perfil en la red social Twitter para pedir a políticos y autoridades que no olviden «la dignidad de las personas y el bien común», dos factores que, según ha señalado en diversas ocasiones el pontífice, se derivan esencialmente del empleo.
«Les pido a quienes tienen responsabilidad política de no olvidar dos cosas: la dignidad humana y el bien común», tuiteó.
El pontífice argentino ha publicado dicho comentario en el Día Internacional de los Trabajadores y en el que la Iglesia celebra a San José Obrero.
Francisco, durante sus homilías y alocuciones públicas, ha aludido en diversas ocasiones al vínculo entre la dignidad de las personas y el trabajo.
El pasado 22 de septiembre pronunció un discurso improvisado en su viaje pastoral a Cagliari (Cerdeña, sur) en el que recordó que «cuando falta el trabajo, falta también la dignidad».
«Perdonadme por estas palabras duras, pero donde no hay trabajo falta la dignidad (…) Es difícil tener dignidad sin trabajar y sin llevar el pan a casa», exclamó el pontífice.
Asimismo, el pasado 20 de marzo, el papa Francisco aseguró delante de un grupo de trabajadores de una industria siderúrgica de Terni (centro) que el desempleo es la «consecuencia de un sistema económico que ya no es capaz de crear trabajo» porque, a su juicio, orbita entorno a un ídolo que «se llama dinero».
«Por esta razón -continuó- los diferentes actores políticos, sociales y económicos están llamados a favorecer un cambio, basado en la justicia y la solidaridad. Esta palabra ahora parece malsonante porque este sistema pretende rechazarla».
Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo, publicado el pasado 21 de enero, el número de personas desempleadas en el mundo asciende a casi 202 millones.
El pontífice argentino ha publicado dicho comentario en el Día Internacional de los Trabajadores y en el que la Iglesia celebra a San José Obrero.
Francisco, durante sus homilías y alocuciones públicas, ha aludido en diversas ocasiones al vínculo entre la dignidad de las personas y el trabajo.
El pasado 22 de septiembre pronunció un discurso improvisado en su viaje pastoral a Cagliari (Cerdeña, sur) en el que recordó que «cuando falta el trabajo, falta también la dignidad».
«Perdonadme por estas palabras duras, pero donde no hay trabajo falta la dignidad (…) Es difícil tener dignidad sin trabajar y sin llevar el pan a casa», exclamó el pontífice.
Asimismo, el pasado 20 de marzo, el papa Francisco aseguró delante de un grupo de trabajadores de una industria siderúrgica de Terni (centro) que el desempleo es la «consecuencia de un sistema económico que ya no es capaz de crear trabajo» porque, a su juicio, orbita entorno a un ídolo que «se llama dinero».
«Por esta razón -continuó- los diferentes actores políticos, sociales y económicos están llamados a favorecer un cambio, basado en la justicia y la solidaridad. Esta palabra ahora parece malsonante porque este sistema pretende rechazarla».
Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo, publicado el pasado 21 de enero, el número de personas desempleadas en el mundo asciende a casi 202 millones.
