En una Declaratoria, los ombudsman destacan que desde su creación el Consejo ha priorizado el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia, particularmente en el tema del femicidio, en virtud de la incidencia y consecuencias de los asesinatos de las mujeres en la región.
Según el CCPDH “el asesinato de mujeres ha producido un enorme daño a la democracia y a sus instituciones, afectando la credibilidad y eficacia de los Estados que han demostrado ser incapaces de ejercer justicia y brindar seguridad a las mujeres”.
Además, esta incapacidad se extiende al momento de enfrentar “fenómenos como los conflictos armados internos, la inmigración y el tráfico de personas, la prostitución, el narcotráfico y el uso y abuso de armas de fuego que nutren el femicidio y que atentan contra la convivencia pacífica”.
En una investigación realizada, en agosto del 2006, el organismo humanitario regional definió el femicidio como la muerte intencional y violenta de mujeres, por el hecho de ser mujeres.
Esta situación, se constituye, según el CCPDH, en la máxima violación a los derechos humanos de las mujeres por tratarse de la eliminación de la vida, principal bien jurídico protegido por los sistemas jurídicos nacionales e internacionales.
El estudio reveló que entre los años 2003 y el 2005 se registraron 1398 femicidios en Guatemala; en El Salvador se contabilizaron 1320 entre el 2001 y el 2005; en Honduras del año 2002 al 2005, 613; en Belice, 8 casos en el 2005; en Nicaragua 269, en los años 2002 al 2006 y en Panamá 188, entre el 2000 y el 2005
En el caso particular de Honduras, un informe del CONADEH basado en publicaciones periodísticas indica que entre el 2002 y el 2007 se registraron al menos 950 crímenes contra mujeres, mientras que, en lo que va del 2008, cerca de 50 mujeres han muerto en circunstancias violentas.
Según Ramón Custodio, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras, el femicidio, definido como la muerte violenta de mujeres ya sea producto de un asesinato, homicidio o parricidio, por el hecho de ser mujer, se constituye como la mayor violación a los derechos humanos.
El ensañamiento que hay por parte del victimario, al mutilar, desmembrar o dejar marcas en el cuerpo, aplastarle la cara o quemar su cuerpo para borrar la identidad de la víctima, es el más grave delito de violencia contra la mujer, señaló Custodio.
El informe del CONADEH revela que en Honduras muchas mujeres perdieron la vida producto de heridas de arma blanca, heridas de bala, algunas murieron por asfixia, otras fueron decapitadas, descuartizadas, estranguladas, golpeadas, quemadas, semi-decapitadas y hasta torturadas
Agrega, que la mayor parte de las mujeres que pierden la vida violentamente, sus cadáveres aparecen en lugares desconocidos, en la calle o en la casa de habitación, otras son encontradas en abismos, taxis, hospedajes, hoteles, solares baldíos y a la orilla de los ríos.
Establece, además, que los principales agresores, contra las mujeres que pierden la vida, son, en su mayoría, personas desconocidas, sin embargo, hay casos en donde el principal responsable es el compañero o el ex compañero de hogar, el vecino, un familiar, el novio o el ex novio y hasta miembros de maras.
Los integrantes del CCPDH, a través de las Áreas de Defensa de los Derechos Humanos de las mujeres se comprometieron a darle continuidad al trabajo iniciado sobre el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia y exhortar a los Estados al cumplimiento de las responsabilidades internacionales adquiridas para la vigencia de los derechos de las mujeres.
El CCPDH es una instancia regional que la integran los Procuradores, Defensores y Comisionados de Derechos Humanos de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Belice, fue creado en 1994 para velar por la protección y la promoción de los derechos de la población centroamericana.