Blackwell reconoció ante los periodistas que la «tregua» es «frágil», pero descartó que esa alza temporal de homicidios, la cual «hay que investigar», haya significado una «crisis» en ese proceso, del que la Organización de Estados Americanos (OEA) es garante.
«Esto es un proceso complicado», pero «yo no tengo dudas que es la cosa correcta» para acabar con la violencia en El Salvador y «voy a seguir hasta el final» apoyándolo, sentenció, mientras asistía a un pequeño acto público en Ilopango (centro).
La «tregua», que el Gobierno salvadoreño y la OEA consideran como un «proceso de pacificación», fue pactada por la Mara Salvatrucha y la Mara 18, y consiste en que sus miembros no se maten entre sí.
«Es un proceso riesgoso, es un proceso inédito, es un proceso frágil, es un proceso que va a tener buenos días y malos días», pero «no vamos a convertir El Salvador en un país con cero homicidios en un día u otro; esto va a necesitar un esfuerzo de todos», insistió el alto cargo de la OEA.
Empero, «más violencia siempre es alarmante», expresó, al admitir su preocupación por ese repunte que hubo entre finales de junio e inicios de este mes y que elevó a una veintena el promedio diario de homicidios, tras haber bajado de 14 a alrededor de cinco desde 2012.
«Hay que investigar, hay que rendir a la justicia (a) los culpables, sin duda; es una gran preocupación, violencia siempre es insoportable», enfatizó Blackwell en relación al repunte.
El ministro de Seguridad, Ricardo Perdomo, señaló recientemente a la prensa que el aumento se debió a varios factores, entre ellos un conflicto interno de «expansión territorial» en la Pandilla 18, que también propició ataques a miembros de la Mara Salvatrucha.
Las autoridades han confirmado que tras ese inesperado aumento el promedio de homicidios volvió a bajar a unos seis diarios, lo que ratificó hoy el presidente Mauricio Funes en su programa semanal de radio «Conversando con el Presidente».
Blackwell llegó hoy a El Salvador para una visita de cinco días para darle seguimiento al programa de «Municipios libres de violencia», que es parte del pacto entre las pandillas.
En Ilopango, unos nueve kilómetros al este de San Salvador, Blackwell presenció la entrega de purificadores de agua y zapatos donados por una organización no gubernamental a una treintena de familiares de pandilleros involucrados en la «tregua».
El pacto entre pandillas ha bajado en 52 % los homicidios y ha dejado al menos cinco días sin asesinatos desde marzo de 2012, según el Gobierno.
