Obispos se alejan de la negociación entre Gobierno y oposición de Nicaragua

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Managua – La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) dijo este lunes que ni el Gobierno de Daniel Ortega ni la oposición han mostrado interés en que los obispos tengan algún rol en las negociaciones entabladas por las partes para superar la crisis nacional, por lo que han decido distanciarse del proceso.

En un comunicado, el Episcopado reiteró que el cardenal Leopoldo Brenes asistió por «cortesía» a la primera sesión de las negociaciones el pasado miércoles, e «hizo saber a los participantes que, si necesitaban algún servicio de la CEN, ambas partes hicieran llegar sus respectivas cartas de invitación».

«Ya que hasta el momento no hemos recibido ninguna correspondencia al respecto, comprendemos que no somos de ineludible necesidad para dichas negociaciones», resaltó el Episcopado.

Agregó que a partir de ahora su aporte «seguirá siendo acompañar al pueblo en sus sufrimientos y dolores (…) para que Nicaragua encuentre caminos civilizados y justos para una solución pacífica en vista del bien común».

Brenes, quien es el presidente de la Conferencia Episcopal, aclaró el domingo a los periodistas que a la sesión de instalación de las nuevas negociaciones el miércoles pasado había sido invitado «para la oración», que no acudió a las dos reuniones siguientes y que tampoco estaría en la de este lunes.

En la mesa de negociación, los representantes del Gobierno y de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia han avanzado lentamente en la definición de la agenda y de los mecanismos del proceso, y durante la semana pasada se informó que Brenes, junto al nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag, actuaban como testigos.

El Episcopado nicaragüense jugó un rol trascendental como mediador y testigo en el diálogo nacional entre el Gobierno y la Alianza Cívica iniciado en mayo pasado, que fue abandonado de forma unilateral por el presidente Daniel Ortega dos meses después.

Hasta ahora, la Iglesia católica era vista como el único mediador confiable en cualquier diálogo o negociación para buscar salida a la crisis de Nicaragua.

Durante las protestas del año pasado fueron muchas las imágenes e historias de sacerdotes salvando la vida de manifestantes antigubernamentales heridos por armas de fuego, una actitud que le valió a los curas la enemistad de Ortega, quien los acusó públicamente de «golpistas».

La crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde abril de 2018 ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 777 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, según organismos humanitarios.

El presidente Ortega reconoce 199 muertos y 340 detenidos, a los que llama «terroristas», «golpistas» o «delincuentes comunes».

Ortega, que lleva doce años seguidos en el poder, no acepta la responsabilidad de la crisis ni tampoco las acusaciones generalizadas sobre graves abusos de las autoridades contra los manifestantes antigubernamentales, y denuncia ser víctima de un intento de «golpe de Estado fallido».

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dicho que el Gobierno de Nicaragua ha cometido crímenes «de lesa humanidad», mientras que la aplicación de la Carta Democrática Interamericana está en proceso en la Organización de Estados Americanos (OEA) y podría suponer la suspensión del país centroamericano en este organismo. 

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