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Obispo nicaragüense pide a gobierno reconozca hay grupos políticos en armas

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Managua – El obispo auxiliar y vicario general de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, afirmó hoy que existen rearmados por motivos políticos en las zonas montañosas del norte de Nicaragua y que el Ejército y la Policía Nacional deben reconocerlo.
 

«Existe ese problema, es verdad que en esas bandas armadas se mezcla de todo, pero hay gente armada por motivos políticos, es algo que nuestros hermanos obispos del norte lo han podido comprobar, lo que al Ejército y la Policía les toca es aceptar esta verdad y afrontarla», dijo Báez, al canal 12 de televisión local.

En las últimas tres semanas el Ejército de Nicaragua se ha enfrentado dos veces con grupos armados, con resultado de dos civiles muertos.

«El único camino para poder solucionar estos problemas sin llegar a extremos de violencia, es ser transparentes, la honestidad con la realidad es el principio de todo cambio social, de todo auténtico camino de reconciliación, pero cuando la realidad se niega, no logramos solucionar los problemas», insistió Báez.

El Ejército sostiene que se trata de delincuentes comunes, pero la Iglesia Católica denuncia que los militares atacan a pobladores que consideran son parte de grupos armados en contra del gobierno de Daniel Ortega.

Según el obispo, la situación que enfrenta el gobierno con los rearmados podría tener raíces profundas.

«La solución no sólo es el diálogo con estos grupos, es una recomposición del tejido social de Nicaragua», sostuvo.

Citando al monseñor de origen alemán Bernardo Hombach, Báez dijo que «cuando se van cerrando los cauces democráticos, cuando se van cerrando los cauces legales, se van abriendo las compuertas de la violencia».

Báez dijo además que el obispo de la Diócesis de Estelí, Juan Abelardo Mata, quien denunció haber recibido amenazas de muerte por asegurar que existen rearmados, «ha intentado buscar un diálogo con estos grupos en armas para conducirlos a la paz, no hay que darle otra interpretación».

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció hoy que la última víctima del Ejército, Jairo Díaz, no parecía haber sido tratado como un delincuente común, ya que su cuerpo presentaba huellas de maltrato.

Un total de ocho hombres, siete de ellos civiles y un militar, han muerto en enfrentamientos entre el Ejército de Nicaragua y grupos armados en las montañas.

La Policía Nacional coincide con el Ejército, en que los civiles son grupos de delincuentes.
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