Tegucigalpa- El obispo de la diócesis de Danlí, monseñor José Antonio Canales, expresó su profundo pesar por la pérdida del papa Francisco, a quien recordó como un líder cercano, comprometido con las causas humanas más urgentes y, especialmente, con los migrantes.
“Uno de los temas que el papa llevó siempre en el corazón fue el de los migrantes”, expresó el prelado, señalando que Francisco fue un referente para todos los que, dentro y fuera de la Iglesia, trabajan en favor de la movilidad humana. “Gente que no profesa el catolicismo también lo va a extrañar porque fue un compañero de lucha, siempre nos dio aliento y apoyo”, afirmó.
Monseñor Canales destacó que el papa Francisco no solo habló del Evangelio, sino que volvió realidad el mensaje de Jesús: “fui forastero y me disté hospedaje”. En ese sentido, subrayó el respaldo del pontífice a todas las obras que procuran hacer menos dura la experiencia de los migrantes en su tránsito.
El obispo también recordó con gratitud que el papa Francisco fue el fundador de la diócesis de Danlí el 2 de enero de 2017, y que lo nombró como su primer obispo. “Gracias al Señor, tuve muchas oportunidades de estar con él e intercambiar ideas. Recuerdo especialmente nuestra primera reunión en septiembre de 2017, cuando redujo el protocolo al mínimo; el encargado del protocolo, nos pidió que no nos arrodilláramos, que lo saludáramos con un abrazo o un apretón de manos”, rememoró.
Monseñor Canales también elogió la sencillez y humildad del papa, cualidades que atribuyó a su formación jesuita. Los jesuitas tienen una formación de austeridad y modestia. No me sorprendió su cercanía y rechazo a los formalismos; era coherente con su espiritualidad, dijo.
Consultado sobre sus deseos respecto al próximo pontífice, fue claro: “Yo quisiera un nuevo papa con un perfil muy parecido a Francisco, de cercanía, de austeridad, de amor al pueblo. Francisco fue pastor del catolicismo, pero también amigo del mundo”.
Finalmente, el obispo concluyó con una reflexión sobre la dimensión global de la pérdida: “Los ambientalistas, aunque no sean católicos o creyentes, lo sienten como un compañero de lucha. Francisco fue una voz clara y valiente en un mundo que necesita esperanza. El catolicismo pierde a su pastor, pero el mundo pierde a un amigo y un aliado de las causas más urgentes de la humanidad”.LB