Pineda dijo a los feligreses congregados en la catedral de Tegucigalpa que “tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen, tienen boca y no hablan. Dicho de otra manera – agregó – tienen todos tus sentidos pero estan embotados, tienen corazón de piedra no tienes corazón de carne y eso es un auto destierro”.
El obispo prosiguió diciendo que “no necesariamente hay que ser ciego, sordo y mudo físicamente, sino que algunos de nosotros no queremos ver, ni escuchar, ni amar, mucho menos alabar y nosotros solos nos hacemos a un lado, salimos huyendo y nos vamos y ese es un auto destierro muy triste, fruto de aquel que tiene miedo”.
“El que no debe nada no teme nada y algunas veces no queremos que Dios nos vea y nosotros dejamos de verlo, algunas veces no queremos que Dios nos escuche y dejamos de hablar, y algunas veces nos resulta incomodo escuchar a Dios y nos retiramos y nos escondemos eso también es un destierro”, aseguro el sacerdote en la homilía.
El sermón del obispo Pineda contrasta con la situación política que vive Honduras, donde el diálogo ha sido marcado por la falta de acuerdos y la intransigencia.
Pese a los avances en las conversaciones el punto sigue siendo el desacuerdo en cuanto a la restitución o no del depuesto Manuel Zelaya quien se encuentra voluntariamente encerrado en la embajada brasileña en Tegucigalpa.