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“Necesitamos comenzar este año desarmando nuestro corazón”: Cardenal Rodríguez en mensaje de año nuevo

Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, demandó este 31 de diciembre en su homilía de fin de año concelebrada en la iglesia catedral San Miguel Arcángel de Tegucigalpa que “necesitamos comenzar el año nuevo desarmando nuestro propio corazón”.

-“Solo Dios es capaz de desarmar en el corazón humano los mecanismos irrefrenables del odio y la agresividad”, manifestó el prelado.

Durante la misa, el purpurado pidió perdón por tantas guerras, tanta violencia que enfrentan a los pueblos. “Queremos la paz y fabricamos armas, queremos la paz y somos violentos; necesitamos comenzar este año desarmando nuestro propio corazón y buscando caminos de paz para nuestro mundo”, cuestionó.

Acotó que sólo Dios es capaz de desarmar en el corazón humano los mecanismos irrefrenables del odio, la agresividad fruto de las heridas y por eso la paz hay que implorarla del Señor para que no haya ni vencedores ni vencidos y sea Dios quien venza todos los corazones.

Recordó que el año nuevo que hoy comenzamos es un llamado a renovar nuestras vidas y por eso se necesita iniciar el 2017 con un deseo de renovación profunda.

“El año nuevo es un tiempo abierto, un tiempo lleno de posibilidades nuevas, porque es un tiempo que se nos ofrece como gracia y salvación. En medio de la nostalgia de un año que se va y la incertidumbre de un año nuevo que comienza, todos intuimos que hemos nacido para vivir una vida más plena y con más sentido”, reflexionó Rodríguez.

En ese sentido, pidió a la feligresía y a los hondureños preguntarse: “¿Qué es lo que realmente deseamos en este año nuevo que hoy comienza?, ¿será un año más, un año vacío y rutinario o un año para crecer y vivir más plenamente?”.

Refirió que la iglesia celebra este primer día del año la fiesta de Santa María Madre de Dios, quien es la mujer creyente, por eso medita en su interior lo que sucede y se dice de Él. “Nosotros necesitamos aprender de María la interioridad, a vivir interiorizados como María escuchando la palabra que da vida a nuestro corazón”, acotó.

No obstante, preguntó qué “¿quién se en la actualidad se toma el tiempo para ello?, justo en estos días del ministerio de la Navidad, ¿no son demasiado bulliciosos?, ¿A qué hemos reducido estos días, a compras, a compromisos sociales, a comidas abundantes, diversión?, ¿Quién pone como centro, en esos días, el ministerio que estamos celebrando?, el misterio de Emmanuel, del Dios con nosotros”.

Apuntó que necesitamos poner a Dios como una prioridad en nuestras vidas, pues Dios es de primera necesidad y si Él está ausente, nuestra vida enferma, ya que el ser humano ocupa una respuesta que no se puede dar a sí mismo.

“Si Dios desaparece de nuestro horizonte, por más ilustrada que sean nuestras ideas, todo se nos derrumba, se nos derrumba lo esencial y nuestro mundo no puede cambiar. ¿Tiene sentido una vida sin Dios?, la cultura moderna ha desplazado a Dios del centro de la vida, intenta arrinconarlo y ese centro lo ocupan hoy los ídolos modernos”, cuestionó el líder religioso.

Recordó que el año 2016 ha estado marcado por la violencia, la muerte y el sufrimiento de los refugiados en ese sentido pidió abrir el corazón al mensaje de paz y abrir el corazón a Cristo, el hijo de la Virgen María.

Durante la misa, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, monseñor Juan José Pineda pidió perdón al cardenal Rodríguez si a lo largo del 2016, “si en algunas ocasiones no fuimos buenas ovejas para tan buen pastor, sabemos que usted es un reflejo del Señor Jesús, un reflejo del Santo Padre el Papa Francisco que lo tiene muy cerca, a su lado y nosotros queremos aprender de ese reflejo que usted nos enseña, feliz año nuevo su eminencia”.

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