Tegucigalpa – Una mujer que fue sorprendida por las autoridades mientras vendía drogas en el centro de la capital hondureña, confesó frente a los medios de comunicación que su hija es una prepago y que ella la acompaña en esa actividad.
Tras ser detenida la mujer fue llevada hasta la posta policial del barrio El Edén, junto a otras personas como resultado de operativos nocturnos que la Policía Nacional Preventiva realizó en el centro de la capital.
La fémina fue capturada junto a un hombre en la Calle Peatonal conocida ahora como Paseo Liquidámbar y a quienes se les encontró droga y dinero en efectivo.
La detenida fue identificada como Belinda Yamileth Henríquez Izcano, mientras que su acompañante es Jason Agustín Pérez Gómez quien tenía orden de captura pendiente.
A ellos se les encontró en posesión de cinco piedras de crack , 18 bolsitas transparentes conteniendo supuesta cocaína y más de cinco mil lempiras y su captura se realizó después de varias denuncias que alertaron que en la Calle Peatonal estaban vendiendo drogas.
Tras ser presentada ante los medios, la detenida manifestó enfáticamente que no le teme ir a la cárcel, que no sabe a quién le pertenece la droga y sin ningún tapujo confesó que su hija se dedica a la prostitución.
«La cárcel no come a nadie, es peor estar muerto porque de la tumba nadie regresa y de la cárcel puedo salir; es primera vez que me agarran en algo que no es mío, por eso le digo a la Policía que busque al verdadero dueño de eso (droga)», manifestó Henríquez Izcano quien dijo no saber a quién pertenece las drogas.
Afirmó que ella se dedica a vender esencias, lociones y juguetes en la Calle Peatonal y que fue capturada a altas horas de la noche porque su hija es una prepago y ella le hace compañía porque corre el riesgo que la maten.
«Ella es prepago, una trabajadora sexual y yo la respeto, no puedo decirle que no lo haga y si yo tengo que pagar eso, pues lo voy a pagar; nosotras somos trabajadoras sexuales porque yo lo fuí tres años y mi hija lo hace y todas las que están afuera también, porque preferimos hacerlo que quitarle las cosas a la gente con un cuchillo o una pistola», concluyó la joven madre.
