Madre y abuela, alma que nunca se apaga,
en tus ojos arde la llama que nunca se apaga.
Científica del amor, ingeniera del hogar,
repostera de sonrisas, cocinera de paz.
Deportista en la vida, psicóloga en el alma,
costurera de esperanzas, matemática del tiempo.
Tu mente es un laboratorio de soluciones,
y tu cuerpo, aunque esté cansado, sigue siendo el templo.
En los días soleados, tu risa es melodía,
en los nublados, tu abrazo es refugio y guía.
Aunque la enfermedad toque tu puerta,
tu espíritu, madre, nunca se quiebra ni se suelta.
Aun enferma, buscas remedios con amor,
en cada gesto, en cada palabra, hay calor.
Tus manos, aunque temblorosas, siguen creando,
y tu corazón, aunque débil, sigue amando.
En los momentos buenos, eres nuestra alegría,
en los malos, nuestra fortaleza y compañía.
Eres la raíz que sostiene nuestra flor,
el faro que ilumina nuestro dolor.
Madre, abuela, mujer de mil oficios,
en cada uno de tus roles, eres prodigiosa.
Tu amor es el hilo que une nuestras vidas,
y tu ejemplo, la lección más hermosa.
Hoy, en este día, te rendimos homenaje,
por ser la heroína de nuestro viaje.
Gracias por ser madre, abuela, amiga y guía,
por enseñarnos que el amor es la verdadera medicina
Feliz Día Madre hondureña
