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Muere el juez Antonin Scalia, voz conservadora del Tribunal Supremo de EE.UU.

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Washington- El juez Antonin Scalia, voz conservadora del Tribunal Supremo de EE.UU., murió hoy en Texas a los 79 años dejando atrás una vida en defensa de la Constitución y un memorable rosario de comentarios ácidos con los que cosechó tanto admiradores como detractores.

Designado para el Tribunal Supremo en 1986 por el entonces presidente, Ronald Reagan, el juez Antonin Scalia fue hallado muerto, aparentemente por causas naturales, hoy por la mañana en su residencia privada del oeste de Texas, según el Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos.

Nacido el 11 de marzo de 1936 en Trenton (Nueva Jersey), Scalia tenía 79 años, era católico, padre de nueve hijos y tenía 33 nietos.

«Me entristece informar de que nuestro colega, el juez Antonin Scalia, ha fallecido. Era una extraordinaria persona y jurista, admirado y apreciado por sus colegas. Su muerte es una gran pérdida para la corte y para el país que tan lealmente ha servido», indicó en un comunicado el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts.

Líder del renacimiento del pensamiento conservador, durante sus tres décadas en el Tribunal Supremo, Scalia defendió firmemente la Constitución a favor del derecho a portar armas y en contra del aborto, de la discriminación positiva y de lo que él llamaba «la agenda homosexual».

Entre los nueve jueces con cargos vitalicios que componen el Tribunal Supremo, Scalia se caracterizó por sus preguntas incisivas y comentarios ácidos, como el que lanzó en diciembre durante una audiencia destinada a evaluar la discriminación positiva en las universidades a favor de los negros.

En su intervención, el magistrado se preguntó si la discriminación positiva, en realidad, perjudica a los afroamericanos al ayudarles a acceder a universidades de muy alto nivel para las que, en algunos casos, no están preparados y terminan fracasando.

Considerado en 2011 por el magistrado Richard A. Posner como «el jurista más influyente del último cuarto de siglo», Scalia recibió hoy el homenaje de admiradores y detractores.

El presidente de EE.UU. Barack Obama fue uno de los primeros en enviar sus más «más profundas condolencias» a la familia del juez.

Le siguieron el expresidente George W. Bush (2001-2008) y el gobernador de Texas, Greg Abbott, uno de los primeros en conocer la noticia y que habló del juez como «una roca sólida que frenó numerosos intentos de distorsionar» la Constitución.

El juez también recibió las alabanzas de muchos aspirantes a la nominación presidencial republicana, como los senadores Marco Rubio y Ted Cruz.

«La pérdida totalmente inesperada del juez del Tribunal Supremo Antonin Scalia es un revés enorme para el movimiento conservador y para nuestro país», consideró en su cuenta de Twitter el magnate Donald Trump, líder en las encuestas para conseguir la nominación presidencial republicana.

Entre los demócratas, destacaron los comentarios del aspirante a la nominación presidencial, el senador Bernie Sanders, opuesto ideológicamente al magistrado, pero que consideró a Scalia como un «miembro brillante, colorido y abierto» de la máxima instancia judicial del país.

Con la bandera estadounidense izada a media asta en el Tribunal Supremo, la muerte de Scalia abrió automáticamente la batalla para elegir a su sucesor, que debe ser nominado por el presidente del país, pero necesita obtener la confirmación del Senado.

El líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, Mitch McConnell, amenazó con vetar a cualquier sustituto que proponga Obama al considerar que el próximo presidente debe elegir al nuevo juez, y por tanto, el asiento de Scalia debe permanecer vacío hasta que el mandatario deje la Casa Blanca, dentro de 11 meses.

«Los estadounidenses deben tener una voz en la selección del nuevo juez», determinó McConnell en un comunicado.

Frente a él, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, consideró que Obama debe de enviar al Senado un candidato de forma «inmediata» y resaltó que «no tendría precedentes en la Historia reciente que el Tribunal Supremo estuviera un año con plazas vacantes».

Durante sus dos mandatos, Obama ha nombrado a dos juezas de perfil progresista: Elena Kagan, judía y designada por el mandatario en 2010, y Sonia Sotomayor, católica, divorciada, la primera latina del alto tribunal y nombrada en 2009.

El Tribunal Supremo de EE.UU. debe estar formado por nueve jueces, con cargos vitalicios, y hasta ahora se mantenía un equilibrio entre el número de conservadores y progresistas, por lo que un nuevo nombramiento de Obama podría inclinar la balanza a favor de los progresistas, según algunos analistas.

El nombramiento de un nuevo juez, con el poder de moldear las leyes de Estados Unidos, llega en un momento crucial para el país, inmerso en un competitivo proceso de primarias para nombrar al aspirante demócrata y republicano que competirá por la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre de este año. 

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