En un comunicado el gobierno chiapaneco informó que durante los hechos ocurridos en el centro penitenciario El Amate, ubicado en el municipio de Cintalapa, a dos horas de Tuxtla Gutiérrez, las autoridades descubrieron un túnel «para provocar una fuga masiva».
El motín comenzó el jueves pasado tras la reubicación de uno de los reos y de la protesta de un grupo de presos, con lo que 105 mujeres y 90 menores que acudieron a visitar a sus familiares quedaron atrapados, indicó la fuente.
Las autoridades señalaron a Ermidio Castro Rangel, procesado por asociación delictiva y extorsión, de mantener desde hace 6 años «un autogobierno caracterizado por los permanentes actos de represión y extorsión en contra del resto de los internos».
Participaron en el operativo 2.123 policías de distintas corporaciones federales y locales que ingresaron al penal sin armas de fuego ni ningún tipo de gases, y se enfrentaron a los amotinados, explicaron las fuentes.
La información detalla que «durante la embestida, los agresores lanzaron cerca de cuatro mil bloques de cemento en pedazos, los cuales habrían sido construidos por ellos mismos en los últimos meses, con la finalidad de construir una iglesia adventista al interior del penal».
Además del líder fueron detenidos siete reclusos más señalados por el resto de la población como los principales instigadores y quienes fueron trasladados en el transcurso del sábado a diversos penales del país.
Los policías heridos, dos de ellos de gravedad, fueron trasladados a hospitales de la región. Además, se rescataron ilesos a los familiares de presos secuestrados.
En el operativo se decomisaron cinco granadas de gas lacrimógeno, una bomba molotov, una pistola calibre 40 milímetros y un revolver calibre 22, además de cartuchos, cargadores, 120 grapas de cocaína, 700 gramos de marihuana, 85 cuchillos, entre otros objetos.
