“Nosotros desde la secretaría estamos de acuerdo que las cotizaciones que los profesores hagan, primero que exista una sola cotización y segundo que esos valores de las cotizaciones tengan un impacto o un retorno en los docentes”, comentó Escoto.
Añadió que en los últimos años, se ha podido evidenciar, incluso el año pasado se afrontaron problemas por la retención de las cotizaciones, que no existe retorno hacia los profesores y tampoco mecanismos de auditoría ni siquiera la Secretaría de Educación, ha podido tener acceso a conocer en qué se han invertido esas cotizaciones de los docentes, ni tampoco lo ha podido hacer el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP).
En ese sentido, “es optativo que puedan explicar y decirle a los profesores donde se invierten (esos fondos); tampoco la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), que debería regular los servicios financieros que ellos (colegios magisteriales) prestan y el Estado tiene potestad de incidir en ese tipo de cotizaciones y valores porque los profesores están exentos del pago del Impuesto Sobre la Renta y cuando eso sucede, el Estado tiene pertinencia para legislar a favor de los profesores, en este caso para que esa cotización sea más eficiente”, arguyó el funcionario.
Indicó que no desaparecerían todos los actuales colegios magisteriales pues lo que existiría, es una sola cotización por el mismo valor a una sola organización.
Explicó que los maestros se vieron obligados en algún momento a cotizar en más de un colegio magisterial porque intentaban tener más de un voto en la junta de selección para poder ingresar o tener algún beneficio de traslado, ascenso o cualquier beneficio. “Como las juntas de selección las controlaban ellos (dirigentes magisteriales), entonces si alguien estaba afiliado a más de un colegio magisterial, era más de un voto y tenía más posibilidad de lograr su objetivo”, explicó.
“Ese es el tráfico de influencias a gran escala que ellos practicaban y que en alguna medida, nosotros hemos dicho y lo repetimos, ha existido un secuestro financiero y mental de la dirigencia hacia los profesores porque utilizando sus recursos, provocaban el movimiento que cerraban los centros educativos, y de paso le hacía creer a los profesores que era el Estado que tenía la culpa”, acotó.
Añadió que en los últimos días ha habido reacciones en algunos colegios magisteriales donde hay denuncias y demandas, que demuestran y evidencian la inconformidad de un sector dentro de los mismas instituciones gremiales por el mal manejo de los fondos.
Los seis colegios magisteriales en que se congregan los docentes hondureños son: el Colegio de Profesores de Educación Media (Copemh), el Colegio Profesional Superación Magisterial Hondureño (Colprosumah), el Colegio Profesional Unión Magisterial de Honduras (Coprumh), el Colegio de Pedagogos de Honduras (Colpedagogosh), el Sindicato Profesional de Docentes Hondureños (Sinprodoh) y el Primer Colegio Profesional Hondureño de Maestros (Pricphma).
