Tegucigalpa – Los migrantes hondureños asumen hoy una nueva realidad al tomar el mando presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha prometido deportaciones masivas y restricciones a la comunidad migrante que reside en ese país norteamericano.
– Honduras, como país receptor de deportados, podría ver un aumento considerable en el número de retornados, advirtió la ASJ.
-Se estima que al menos 120 mil hondureños serán deportados durante el primer año de administración de Trump y Honduras no tiene ningún plan.
-Las remesas también se verán perjudicadas, señalan analistas.
El presidente Trump asume un nuevo mandato con una retórica antiinmigrante de la “deportación masiva” de millones de personas y el rechazo a lo que consideran una ”invasión” que pone en riesgo sus valores ante la cantidad de personas que esperan en la frontera entre México y Estados Unidos.
Según datos emitidos por las autoridades estadounidenses alrededor de 261 mil hondureños tienen orden de deportación por tribunales norteamericanos para que sean repatriados al país.
Honduras encabeza el ranking de países con nacionales que tienen orden de deportación en Estados Unidos de acuerdo a un informe del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) dado a los legisladores norteamericanos y que fue revelado por la prensa estadounidense.
Con 261,651 connacionales, Honduras ocupa la primera posición de la lista de naciones que tienen autorizadas órdenes de deportación, pero que no se encuentran bajo la tutela del ICE, admitió la agencia a los legisladores.
Asimismo, la diáspora hondureña está preocupada por las restricciones que piensa implementar Trump en su nuevo mandato para que las empresas no contraten migrantes.
Ante ese panorama las organizaciones de migrantes indicaron a Proceso Digital y Departamento -19 que están listos para apoyar a la diáspora hondureña.
Organizaciones de migrantes preparadas
El representante de la Organización Francisco Morazán, Orlando López, afirmó que los activistas están preparados para interponer las demandas que sean necesarias para proteger a los tepesianos que no hayan cometido ninguna penalidad y que puedan ser requeridos para ser deportados.
Agregó que los tepesianos con el tiempo han adquirido sus derechos y si han pagado sus impuestos tienen esperanzas que los congresistas los apoyen.
Indicó que “hay fe en Dios que los congresistas legalicen a los migrantes que tienen años bajo el programa del TPS y las compañías pueden solicitar a los migrantes para su residencia principalmente a los tepesianos”.
Asimismo, dijo que hay muchos “soñadores” que tienen más derecho que un tepesiano para que se les legalice su estatus migratorio.
Recriminó el accionar del gobierno hondureño ya que solo perjudica a los migrantes que con gran esfuerzo trabajan para mantener a sus familias en Honduras y enviar las remesas.
“Ellos deberían de pensarlo dos veces antes de ponerse a pelear con Estados Unidos que ha sido un aliado con Honduras siempre, por lo que debería de rectificar la extradición, lo de la base militar y no meterse en una ideología que no es la de los hondureños”, apuntó.
Migrantes tienen pánico
El presidente de la Fundación 15 de Septiembre, Juan Flores, sostuvo que hay un pánico en la comunidad migrante hondureña porque están bajo amenaza de ser deportados, incluso de perder el recurso del TPS, que por más de 20 años ha permitido a miles de hondureños construir una vida aquí en Estados Unidos.
Ante ese panorama, lamentó la falta de acciones concretas por parte de la presidenta Castro para establecer un diálogo con la administración estadounidense.
“No vemos a la Presidenta (Castro) buscar estrategias para proteger a los hondureños en Estados Unidos. Tampoco hay un plan estratégico para atender a quienes están siendo deportados. En Honduras no hay empleo, esto solo traerá violencia, desempleo y un impacto grave en las remesas que sostienen al país”, agregó.
Flores señaló que los hondureños en Estados Unidos nos sentimos abandonados y sin representación gubernamental.
La expiración del tratado de extradición y la advertencia de retirar la base militar norteamericana de Palmerola en Comayagua, son dos temas con los que el gobierno de Xiomara Castro recibe al mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Confrontación
La confrontación del Gobierno de Libre con el futuro secretario de Estado Marco Rubio y la embajadora Laura Dogu en diferentes temas bilaterales como el TPS puede tener consecuencias advirtió, el analista y exdiplomatico Ramón Custodio Espinoza.
“Con autoridad puedo decir que los hondureños no son ninguna amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos, los hondureños pagan sus impuestos y contribuyen al sistema del seguro social”, manifestó.
Agregó que en este momento lo que hay es otro cuadro clínico de la confrontación en diferentes temas bilaterales pone en riesgo los más de 9 mil millones de dólares que se reciben en remesas.
Honduras sin ningún plan
Por su parte, Carlos Hernández, director ejecutivo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) señaló que al igual que un país se prepara ante la llegada de un fenómeno meteorológico, Honduras debería contar con un plan frente a las amenazas de deportaciones masivas.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, asume su segundo mandato con un enfoque enérgico en políticas migratorias y comerciales que podrían tener consecuencias profundas en Honduras y la región, sin que hasta el momento el gobierno de Xiomara Castro haya anunciado estrategias para mitigar el impacto de las medidas anunciadas, expresó Hernández.
Vaticinó que en el plano más conservador Honduras podría tener 120 mil connacionales deportados en el primer año de administración del presidente estadounidense.
Hasta la fecha, el gobierno de la presidenta Xiomara Castro no ha presentado un plan claro para mitigar los efectos de estas políticas. Aunque en una cadena nacional del 1 de enero mencionó la posibilidad de cerrar la base militar estadounidense en Palmerola como respuesta a las deportaciones masivas, esta acción ha sido catalogada más como amenaza que estrategia viable, criticó.
Reducción en las remesas y su impacto económico
De su lado, el economista Julio Raudales reflexionó que la deportación de 120 mil hondureños podría reducir las remesas en un 10 %. Una proyección conservadora con una reducción de 20 % en las remesas, implicaría una disminución de mil 789 millones de dólares, casi la mitad de las exportaciones de las maquilas de Honduras hacia EEUU.
Sumado a esto, el Estatus de Protección Temporal (TPS) para 55 mil hondureños expirará el 5 de julio de 2025, sin intención de renovación por parte de Trump. Esto los convertiría en objetivos fáciles para deportación, exacerbando el impacto en las remesas, comentó el también rector de la Universidad José Cecilio del Valle.
Por otro lado, el presidente Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25 % a productos provenientes de países que no controlen el flujo de drogas e inmigración. Honduras, cuyo 51 % de exportaciones van hacia EE. UU. (5 mil 818 millones en 2023), podría enfrentar una crisis comercial que afectaría sectores clave como maquilas, café y otras exportaciones, expuso.
Efecto cascadas
Mientras que Lourdes Cardona, representante del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), indicó que las consecuencias de deportaciones masivas para Honduras puede generar un efecto cascada de innumerables consecuencias.
Dijo que investigaciones del sector privado señalan desde ya un impacto en el envío de remesas.
Existe un impacto social ya que un gran porcentaje de personas que reciben remesas es su único ingreso.
Habría un efecto importante en el mercado laboral, puede haber una alta tasa de desempleo y una oferta de empleo que no satisface las demandas.
Aquí existe un gran reto que es evitar que se afecte la estabilidad laboral de los que ya reciben una remuneración y tampoco encarecer aquellos puestos que pueden ocupar los migrantes deportados, apuntó. IR