Tegucigalpa – En una entrevista con Proceso Digital, el alcalde de Danlí, El Paraíso, Abraham Kafati denunció que los migrantes extranjeros que ingresan al país por la zona oriental han invadido y convertido los parques de su ciudad en “chiquero”.
Expresó que los migrantes irregulares hacen sus necesidades en el parque donde se concentran, mientras reúnen los 40 dólares que les cobran en promedio para trasladarlos hasta la frontera con Guatemala después de recibir un salvoconducto otorgado por el Instituto Nacional de Migración (INM)
“Los parques los hemos tenido invadidos con todos los migrantes y no podemos hacer nada, tenemos ese problema serio”, declaró.
Cabe señalar que la ciudad de Danlí declaró emergencia por este tema y ordenó la reubicación de los migrantes, pero a causa de que los flujos migratorios siguen creciendo los migrantes se siguen concentrando en los espacios públicos de esa ciudad.
“Chiquero”
El problema es que los pobladores no pueden llegar a los parques porque los migrantes tienen invadidos los espacios públicos.
“Esas cosas dañan y molestan a la población permanente de Danlí”, externó al tiempo que dijo que el gran problema es que los migrantes hacen sus necesidades en los parques.
“A la gente de Danlí ya no le gusta ir a los parques, los parques ya se han convertido en chiqueros”, apostilló el edil.
La solución está en que desde que lleguen a la frontera estos migrantes deben ser montados en vehículos y ser enviados a la siguiente frontera, externó.
Salubridad
A causa de que los migrantes hacen sus necesidades en los espacios públicos, a corto plazo puede derivar en problemas de salud, advirtió el alcalde de Danlí.
“Esa gente duerme a la intemperie y hace sus necesidades y esas son cosas que nos pueden traer a corto plazo un problema serio en cuanto a salud significa”, remarcó.
El edil no ocultó su molestia y pidió a la Administración Central hacer lo propio ya que esta no solo es una problemática de la ciudad de Danlí.
Evitó hablar de enfermedades, pero alertó que a corto plazo se puede lamentar si no se resuelve esta problemática.
¿Qué Sucede?
Proceso Digital trasladó su equipo periodístico a Danlí para conocer sobre esta problemática y constató que la capacidad de atención estatal es insuficiente.
Sin embargo, lo que provoca la acumulación de migrantes es que estos no pueden pagar los 40 dólares que les cobran los transportistas por trasladarlos hasta la frontera con Guatemala.
Varios migrantes, principalmente de Venezuela, expresaron a Proceso Digital que de nada sirve solicitar el salvoconducto que otorga el INM si no cuentan con el dinero suficiente ya que no solo se trata de 40 dólares ya que suelen viajar en núcleos familiares o grupos de amigos.
Los migrantes externaron que deben esperar a que sus familiares les envíen dinero, eso puede tardar en promedio tres días, es el mismo tiempo que en promedio permanecen en Honduras.
Trabajar en Honduras para sobrevivir
Aunque la amnistía migratoria no les concede un permiso de trabajo, muchos migrantes buscan alternativas, para generar los fondos suficientes para su pasaje, en Honduras.
Ese es el caso de Juan Carlos Matos quien decidió vender cigarrillos para poder ajustar el pasaje y la alimentación diaria.
Solo de costo de pasaje debe ajustar 120 dólares ya que viaja con dos hijos, más algo que le permita comparar los tiempos de comida, declaró a Proceso Digital.
Misma situación pasa el migrante Junior de origen venezolano quien decidió vender arepas para costear el pasaje de su esposa y dos hijos.
Este migrante prevé ajustar lo suficiente como para poder concluir su viaje hasta Estados Unidos, por lo que su estancia en Honduras se ha prolongado.
Otro migrante que solo quiso identificarse como “el colombiano” por su procedencia confió que inició vendiendo agua en Honduras y el negocio ha progresado y ahora se asoció para vender arepas y toda clase de refrescos.
Confesó que salió de Colombia porque en su país mandan las guerrillas y le querían reclutar a su hijo, algo que no permitió y tuvo que huir.
“No nos queremos quedar en Honduras”
De su lado, la migrante venezolana Esperanza Crespo señaló a Proceso Digital que su objetivo y quizás el de todos sus connacionales no es quedarse en Honduras.
Aunque dijo haber sido tratada bien en Honduras respecto a otros países, no se quiere quedar ya que su objetivo es llegar a Estados Unidos.
Retrató que su principal problema es ajustar el pasaje para poder salir del país centroamericano.
Según sus cuentas requiere de al menos 500 dólares para poder cruzar Honduras, Guatemala y México hasta llegar a la frontera estadounidense.
Al igual que ella miles de migrantes más solo buscan cruzar Honduras ya que es un país de tránsito para la migración irregular, pero nunca el plan es quedarse ya que el sistema económico y nivel de vida es muy similar al de su país del que huyó en busca de mejores oportunidades. (RO)