Zelaya dijo agradecer la oferta del presidente, Porfirio Lobo, quien la semana anterior ofreció ir personalmente a traerlo.
Según informes de agencias de prensa internacional, el ex gobernante dijo no estar dispuesto a ir a Honduras para entregarse al “circo romano de las cortes golpistas nombradas por (el ex presidente Roberto) Micheletti”.
Zelaya parece haber olvidado que los miembros de la actual Corte Suprema de Justicia no fueron nombrados en la administración de Micheletti, sino que cuando él todavía ocupaba la primera magistratura del país.
Incluso, el nombramiento de esa Corte generó un conflicto político en el país ya que su Gobierno pretendía reelegir y nombrar como magistrada presidenta del Poder Judicial a Sonia Marlina Dubón, esposa de su ministro de la presidencia Enrique Flores Lanza, en abierto desconocimiento a lo establecido en las leyes de la república.
La noche del miércoles, Zelaya se reunió en el exclusivo balneario dominicano de Punta Cana con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, con quien habló del retorno de Honduras a ese organismo.
Dijo que también hablaron de un plan de reconciliación nacional que promociona a nivel internacional, y que tiene como «el principal punto» que «se pueda depurar el sistema judicial hondureño.
Más temprano informábamos
«Mel» Zelaya ahora condiciona su retorno a «depuración» del sistema judicial
Punta Cana (R.Dominicana) – El ex presidente de Honduras Manuel Zelaya conversó hoy con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, sobre la necesidad de encontrar un acuerdo político para su país, en vísperas de la asamblea general de ese organismo en Lima.
«Fui invitado por el secretario Insulza con el fin de compartir algunos momentos, antes de su salida a Perú, del caso de Honduras, y sobre la necesidad de lograr un acuerdo político en base al plan de reconciliación que yo he presentado al país y a la comunidad internacional», indicó a Efe Zelaya vía correo electrónico.
Zelaya, derrocado en junio del año pasado y que se encuentra exiliado desde enero en República Dominicana, se acercó hoy hasta el hotel de Punta Cana (este del país) en que tuvo lugar la Cumbre sobre el Futuro de Haití, aunque sin participar la reunión, explicó.
El ex presidente recordó que «el principal punto» de su propuesta es que «se pueda depurar el sistema judicial hondureño», que, dijo, está integrado por personas que nombró el ex mandatario de facto Roberto Michelettí.
Zelaya, que cenó con el ex presidente panameño Martín Torrijos y el canciller venezolano, Nicolás Maduro, indicó que otro de los puntos tratados con Insulza antes de la 40 asamblea general de la OEA, el próximo fin de semana, fue el de la necesidad de que cese la «persecución judicial y el cese de la represión política a los opositores al régimen».
En ese sentido, responsabilizó a las autoridades hondureñas de la muerte de siete periodistas en lo que va de año, porque «no pueden cerrar medios, entonces matan periodistas para acallar a los medios independientes», aseguró.
Zelaya explicó que además charló con el secretario de la OEA de la necesidad de «que se dé participación política y libertad política» para la inclusión de quienes se encuentran exiliados del país, según él, «más de 200 personas».
El ex mandatario también se reunió con el presidente dominicano, Leonel Fernández, y con el embajador español en República Dominicana, Diego Bermejo, así como con Torrijos, con el fin de «trazar un camino para buscar el plan de reconciliación» en su país.
Con Maduro, precisó, sólo hubo una «plática de cortesía» por su «afinidad prosocialista».
«El argumento que se dio para dar el golpe de Estado no era para parar a Mel (Manuel) Zelaya sino para parar a (el presidente de Venezuela, Hugo) Chávez», dijo.
«A Chávez no le han hecho nada con darle un golpe de Estado a Honduras, quebraron Honduras, afectaron al pueblo, me afectaron a mi, afectaron mi Gobierno, la democracia y a Centroamérica, pero no afectaron a Chávez», agregó.
En ese sentido, dijo que «se equivocaron los sectores de la extrema derecha de Estados Unidos y especialmente los del Comando Sur, que fueron los que planificaron ese zarpazo a la democracia centroamericana».
