Madrid.– Ha demandado más tiempo del que la mayoría esperaba para el jugador que aterrizaba en el Real Madrid siendo considerado el mejor del mundo. Sin estar a su nivel sus números nunca fueron malos. Su aterrizaje en el vestuario, lejos de lo que se podía pensar de una estrella de su dimensión, fue con la misma timidez que expresó en el campo. Adaptado y ya desatado, Kylian Mbappé pide con su rendimiento ser el líder.
Sin Vinícius Junior, en la grada del Santiago Bernabéu por sanción, y con Rodrygo Goes en su demarcación natural, la banda izquierda, Mbappé encontró al mejor de los asistentes para afinar su puntería. A nadie en el coliseo blanco le sorprendió. El francés va en línea ascendente y sin un techo cercano.
Tres partidos consecutivos marcando. Goles en tres de las cuatro últimas jornadas ligueras. Números que reflejan una progresión pero que se quedan cortos para la importancia que comienza a tener Mbappé en el juego del Real Madrid. Con confianza, liberado de la presión que le atenazó por momentos y que incluso, como confesó, le hizo «tocar fondo» tras fallar un penalti importante en San Mamés, en una de esas derrotas que tanto daño han hecho a los de Ancelotti este curso.
Lanzado en su moral, de nuevo confiando en sus mejores virtudes, Mbappé siente que ahora habla el mismo idioma que sus compañeros. Ataca el espacio y recibe balones. Se descuelga de la zona del 9 y participa con criterio de la acción. Rompe en velocidad. Cae a una banda para colgar un balón picado y escuchar el sonido de admiración del Bernabéu. Disfruta de su momento soñado. Se lo ha ganado.
De regreso la imagen del futbolista que hacía temblar a rivales y aficionados. Cada vez que entraba en contacto con el balón, se esperaba algo desequilibrante de Kylian como ahora ocurre en el Bernabéu. Completado el periodo de adaptación a la exigencia del Real Madrid, lo ha conseguido recuperar el delantero francés, al que se le ve disfrutar en el campo.
Presente en los tres goles del primer acto y protagonista del cuarto anulado. Empató el partido enterrando fantasmas en el lanzamiento de un claro penalti de Sandro sobre Rodrygo. La remontada llegó gracias a un rechace del portero rival a un potente disparo de Kylian desde fuera del área. Colocó en la escuadra su doblete y, por milímetros, le anularon un triplete en 45 minutos, algo que en el siglo 21 solamente han logrado Ruud Van Nistelrooy, Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Vinícius.
Con el deber del gol más que cumplido, con dos goles en seis remates, generador de cuatro ocasiones, tuvo espacio Mbappé para intentar regalar goles a sus compañeros. Lo intentó primero con Jude Bellingham y después con Arda Güler en acciones en las que de ser más egoísta y pensar en sus estadísticas, le habrían hecho firmar su partido más goleador en el Real Madrid.
Alcanza ya Mbappé doce goles en LaLiga EA Sports, marcados en 18 jornadas en las que ha participado. A cuatro del liderato en la clasificación de goleadores que mantiene Robert Lewandowski. En todas las competiciones ya suma el delantero francés 18 tantos en 30 encuentros mientras que su dimensión como jugador del Real Madrid va creciendo en cada partido que juega hasta reclamar el liderazgo.
Ya dejó en Copa del Rey un gesto de brazalete, cuando pidió a la afición madridista en medio de un plebiscito tras la goleada recibida en el clásico de la final de la Supercopa de España, que no se silba a ningún jugador con ese escudo en el pecho. Actos que muestran el crecimiento en personalidad de un jugador que entró en el vestuario respetando a tantos campeones de Europa y va ganando peso, a la par que demuestra su valor en el terreno de juego. EFE/ir