El sondeo, realizado de forma conjunta por el Centro para el Liderazgo Público de la Universidad de Harvard y el Grupo Merriam River, indicó que el 62 por ciento de los estadounidenses recela de la cobertura mediática de la contienda y un porcentaje similar cree que los medios no separan bien sus opiniones de los hechos.
La desconfianza no ha cambiado mucho desde hace un año, cuando aproximadamente el 64 por ciento de los estadounidenses dijo que no se fiaba se la cobertura electoral.
El 89 por ciento de los estadounidenses considera que los medios de comunicación se centran demasiado en asuntos «triviales», el 77 por ciento cree que éstos demuestran sus prejuicios políticos en la cobertura electoral, y el 82 por ciento, que la cobertura tiene «demasiada influencia» en cómo votan los estadounidenses.
Según los encuestadores, la desconfianza proviene en parte de la cobertura «negativa» en los medios: el 42 por ciento dijo que la cobertura negativa influyó su voto en contra de un candidato, mientras que sólo el 28 por ciento dijo que la positiva influyó su voto a favor del aspirante.
Por otra parte, el 77 por ciento de los encuestados cree que la cobertura electoral es demasiado «izquierdista» o demasiado «conservadora», o «ambas», es decir que no ofrece al público una visión objetiva de los hechos.
Preguntados sobre qué medios merecen su mayor confianza en cuanto a cobertura electoral, el 39,5 por ciento dijo que confía en los canales por cable, el 18,9 por ciento en los canales en abierto, y el 10,6 por ciento en la prensa escrita.
El 11,7 por ciento de los 997 encuestados aseguró desconfiar o no utilizar los medios de comunicación como fuente de información sobre la contienda.
«Los estadounidenses creen que afrontamos una crisis en liderazgo y que esta elección es muy importante para el futuro del país», explicó Seth Rosenthal, autor de la encuesta.
«En momentos en que los estadounidenses exigen mejores líderes, su desconfianza de la cobertura mediática de la campaña presidencial es preocupante», agregó.
