Tegucigalpa- El coordinador del Foro Social de la Deuda Externa en Honduras (FOSDEH), Mauricio Díaz Burdett, expuso una visión cruda y contundente sobre la corrupción en el país, señalándole como un problema que ha penetrado cada rincón del Estado hondureño y que tiene consecuencias mortales.
-Hay muchos compromisos que asume el gobierno, pero son pocos los que se cumplen por el mal manejo de los recursos, además la distribución del presupuesto también da lugar a corrupción.
«Si hay algo que puede caracterizar la historia de Honduras, es el voluminoso capítulo sobre la corrupción», expresó Díaz Burdett. Según el economista, la corrupción no solo es un acto de enriquecimiento indebido y tráfico de influencias, sino que, en Honduras, se ha convertido en un fenómeno ligado al narcotráfico, lo cual agrava aún más su impacto en la sociedad.
Díaz Burdett fue tajante al afirmar que «prácticamente no hay un espacio del Estado hondureño donde el problema no sea grave y serio». A partir de un análisis conjunto con el Consejo Nacional, el coordinador del FOSDEH describió la corrupción en Honduras como un “agujero negro” que absorbe vastos recursos, superando incluso muchas asignaciones presupuestarias.
«La corrupción en Honduras está manchada de sangre», añadió, subrayando que su impacto se siente directamente en las vidas de miles de personas, quienes han fallecido por falta de recursos básicos en los hospitales, como oxígeno y tratamientos médicos.
Presupuesto
Díaz Burdett, también criticó la construcción del presupuesto público, describiéndolo como otro espacio donde florece la corrupción y que favorece intereses particulares en lugar del bienestar social. A modo de ejemplo, cuestionó que mientras estudiantes asisten a clases en condiciones precarias, hay sectores, incluyendo las Fuerzas Armadas y la Policía, que continúan beneficiándose con asignaciones considerables.
“No es posible que haya niños recibiendo clases en el suelo, mientras otros mandan a traer sus trajes y sus insignias desde el extranjero”, adicionó.
Las declaraciones de Díaz Burdett reflejan una crítica hacia la estructura del Estado y subrayan la necesidad de un cambio real para combatir la corrupción que, en sus palabras, es «un problema tan delicado y tan grande que pesa sobre todos los hondureños». LB