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Más de 500 hondureños han sufrido discapacidad en la ruta migratoria; autoridades temen cifra se duplique

Tegucigalpa – Hasta la fecha han sido deportados más de 500 hondureños, quienes han sufrido algún tipo de discapacidad durante la ruta migratoria, informó este jueves una fuente no gubernamental.

La coordinadora nacional de la Pastoral de la Movilidad Humana de la Iglesia Católica, Lidia Mara Silva de Souza, dijo al portal especializado en temas migratorios Departamento 19 que a Honduras han retornado más de 500 personas con algún tipo de discapacidad sufrida durante el trayecto mientas intentaban llegar a Estados Unidos.

La religiosa explicó que de los 500 deportados con discapacidad solamente 300 reciben atención y temen que la cifra ya se haya o se vaya a duplicar ya que por diferentes motivos no todos han sido registrados.

“Tenemos el conocimiento que a nivel nacional existen 500 hondureños que han sufrido discapacidad principalmente mutilaciones por La Bestia, pero la cifra podría ser mayor ya que por temor o diversos motivos ello -los discapacitados- evitan ser registrados y hasta deportados pues muchos se regresan por sus propios méritos”, subrayó.

Explicó que la Comisión Nacional de Apoyo a Migrantes Retornados con Discapacidad (Conamiredis) empezó a registrar el ingreso de hondureños con discapacidad a partir del año 2006 y hasta la fecha se han identificado a más de 500 discapacitados retornados.

Sin embargo, a nivel nacional existen 700 mil discapacitados que necesitan ayuda, ya que cada uno en la mayoría de los casos son cabezas de familia, es decir que tienen varios familiares que dependen de ellos, acotó.

Por su parte, la presidenta de la Fundación Sol de Vida, Ileana Cerrato, manifestó que las posibilidades de heredar una malformación congénita aumentan en el caso de los hijos de madre migrantes ya que durante el camino se exponen a muchos peligros como contraer enfermedades infecciosas.

Acto seguido, reveló que en Honduras cada semana nacen entre cinco y siete personas con algún tipo de discapacidad que en la mayoría de los casos corresponde a enfermedades hereditarias.

Señaló, que la enfermedad congénita más común en el país centroamericano es la espina bífida la cual es una malformación en la que existe un cierre incompleto del tubo neural producida por la falta de ácido fólico durante el embarazo.

En ese orden, reiteró que la incidencia de padecer una enfermedad congénita aumenta en el caso de los hijos de madres migrantes ya que durante la ruta migratoria no tienen acceso a medicamentos como el ácido fólico y por ende el sistema inmunológico se debilita y esa podría ser la herencia a un hijo aunque no se esté embarazada durante se realiza la ruta migratoria.

Por lo anterior, lamentó la cantidad de personas a que a diario emigran no sólo de Honduras sino de todos los países del Triángulo Norte de Centroamérica ya que no cuentan con un sistema de salud que brinde una asistencia completa a los discapacitados.

“En la mayoría de los casos se van con un sueño y regresan con una pesadilla”, concluyó.

Ambas entrevistadas coincidieron que pese a que en Honduras existe desde el 2005 la Ley de Equidad y Desarrollo Integral para las Personas con Discapacidad esta se aplica en “muy pocos lugares” ya que ni en las farmacias ni en el transporte público y privado se otorga descuentos a los discapacitados como lo estable la legislación.

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