París – La italiana Maria Grazia Chiuri presentó este martes el que podría haber sido su último desfile al frente de la moda femenina de Christian Dior, una enorme presentación de más de ochenta conjuntos para la temporada otoño-invierno 2025/26.
Gabardinas por doquier, vestidos largos y cortos y chaquetas con volumen han sido algunas de las propuestas que han desfilado para Dior en esta segunda jornada de la Semana de la Moda de París.
Un gigantesco cubo de color arena en plenos jardines de las Tullerías, que envolvía una pasarela rectangular de alfombra, presidida por un columpio blanco, acogió el desfile.
La primera modelo en salir a la pasarela se sentó en el columpio, con la mirada puesta en el cielo, como si estuviera reflexionando sobre lo que deparará el futuro.
Le siguieron más de ochenta conjuntos, algo inaudito, lo que hizo que el desfile fuera mucho más largo de lo habitual.
La mujer independiente y consciente de su poder vuelve a ser la protagonista, enfundada en prendas con reminiscencias del pasado, como la camisa blanca de volantes y amplios puños, sobre la que se puede añadir un chaleco o una gabardina, algo más contemporáneo.
La gabardina es de modo evidente la prenda comodín que con diferentes formas, aunque predominando la clásica, llega nuevamente para quedarse para la próxima temporada de lluvia y frío.
En el apartado cromático, ningún espacio para los colores vitamínicos, sino para el negro, blanco, verde, burdeos, dorado y camel. Muy propios de las estaciones más frías del año.
En cuanto a accesorios para el otoño-invierno, la bota alta y en color negro es la estrella, con o sin tacón, imponiéndose a los bolsos. Estos se portan la mayoría cruzados, aunque también destacan los modelos amplios para llevar de la mano.
También se vieron pantalones largos y algunos bajo las botas, que recuerdan en parte a los bombachos; combinaciones de materiales en un mismo conjunto, como encaje, cuero y algodón.
Se trata de variantes donde, si bien el pasado inspira, y no solo el de los archivos de la casa, se pretende vestir a la mujer de hoy, que pisa el presente con determinación y se proyecta en el mañana.
El desfile llegó entre informaciones y filtraciones acerca de que Chiuri podría dejar pronto su puesto y ser sustituida por Jonathan Anderson, actualmente al frente de las creaciones de Loewe, firma que, como Dior, forma parte del emporio francés LVMH.
Así, este desfile pudo cerrar el ciclo de Maria Grazia Chiuri, que lleva desde 2016 al frente de la dirección creativa de la moda mujer de Dior. Y lo hizo sobre una pasarela cuadrada, paradojas de la vida, que se ha metamorfoseado a lo largo del desfile de modo constante; fiel reflejo de las tendencias de la moda, que no cesan de mudar.
Antes de Dior, también mostró hoy su nueva colección la diseñadora belga Marie Adam-Leenaerdt, cuyo eje fue el fieltro de color gris, con el que ha modelado, cual escultora, abrigos, chaquetones, vestidos y faldas con volumen. Junto al gris, el negro también estuvo muy presente en la colección.
Finalista del prestigioso premio LVMH el pasado año, Adam-Leenaerdt ha desvelado siluetas que en más de una ocasión recordaban el esplendor del último Cristóbal de Balenciaga. También se ha visto un guiño a Chanel con una amplia chaqueta blanca y ribetes negros, en ‘tweed’, acompañada de collar de perlas.
En los sótanos de una galería de arte parisina, de varias alturas, los invitados ocupaban asientos desparejados la mayoría, en cuanto a formas y colores, observando las modelos de diferentes edades que ascendían y descendían por las escaleras. EFE
