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Los Raudales, 19 contagiados de COVID, viven para contarlo

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Tegucigalpa – Son 19 integrantes de la familia Raudales contagiados con el virus del COVID-19. Ellos luchan por superar el virus y sacarlo de sus cuerpos y todo indica que están próximos a lograrlo.

– Solo la matriarca de la familia llegó a visitar la sala de un hospital, los demás tuvieron condiciones menos graves y algunos fueron asintomáticos.

– Entre los 19 integrantes de la familia, se incluyen siete niños de entre 9 meses y 11 años, los que no presentaron problemas de gravedad.

Aún confinados en su casa, en un poblado cercano a Tegucigalpa, los Raudales hacen lo propio para salir de su crisis de salud y son un ejemplo de disciplina en el manejo de la enfermedad.

El jefe de familia, Teodoro Raudales de 56 años y de profesión diseñador gráfico compartió su testimonio con Proceso Digital con la intención de hacer conciencia en la población y no permitir que el virus les arrebate la vida a muchos pacientes que en determinado momento desconocen qué hacer para sortear el virus.

Todos ellos son trabajadores que luchan día a día por la vida y sobre todo son unidos y solidarios.

En 101 días de pandemia, Honduras registra 12 mil 772 casos, 363 muertos y 1 mil 293 recuperados. La mayoría de los hospitales que atienden COVID permanecen con la ocupación total y se hacen esfuerzos para habilitar más cupos.

Frente a esto, Teodoro, el patriarca de la familia narró que la única razón por la que decidió hacer público su testimonio es para hacer conciencia en los hondureños y que se den cuenta de la gravedad de la enfermedad.

“Se trata de un caso de impacto, con muchos contagios y algo maravilloso que Dios nos ha concedido, y además que sirva esta experiencia a muchísima más gente que no le da importancia al asunto”, expresó.

Todo comenzó en Tatumbla, ahí viven las dos familias en igual número de casas a siete metros una de la otra.

Detalló que en una de las viviendas vivé él junto a su esposa y una hija. En la casa de al lado habita su hijo con su familia conformada por su esposa y dos pequeños.

Pero en la víspera de la pandemia, otro los otros hijos de Teodoro, decidieron regresar a su casa de origen para pasar en ella la cuarentena.

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En la gráfica aparecen la mayoría de los integrantes de la familia.

“En mi casa vivíamos en ese momento mi esposa, una hija y yo, pero tengo otro hijo que también está casado y tiene una niña que vive por la salida hacia Olancho, que cuando comenzaba la pandemia decidió venirse a vivir conmigo acá para estar aislados. Asimismo, otro hijo que estaba auto aislado en San Pedro Sula tenía como tres semanas de no salir de su casa, me pidió venirse con sus dos hijas y refugiarse aquí”, detalló el jefe de la familia.

Luego continuó contando que ya para ese momento en su casa “éramos 14, teníamos tres semanas juntos y estábamos todos en casa, pero lamentablemente había tres que teníamos que salir a trabajar diariamente tomando todas las medidas de precaución”, agregó.

contagiosFAM4El yerno de don Teodoro con su familia.Dijo que no se sabe quién de los tres que salían pudo haber contraído el virus, pero “el primero que presentó síntomas fue mi hijo mayor el sábado 16 de mayo y se fue poniendo peor los primeros días”.

Posteriormente, fue su esposa y él mismo quienes empezaron a sentir “dolorcitos de cabeza, fiebre y tos, por lo que decidimos ir al mismo médico que estaba yendo mi hijo”.

Con ese escenario, siete miembros de la familia decidieron someterse a una prueba en una clínica privada y el resultado fue positivo para todos. “Eso nos dio a pensar que los otros siete que estaban en casa también eran positivos. En efecto, a los tres días les hicimos las pruebas y cuatro de ellos resultaron con el virus”, ahondó.

El jefe de la familia dijo que el sábado 16 de mayo recibió la visita de un hermano, quien conversó un rato y luego se fue. En ese momento no sabían que eran portadores de la enfermedad.

A los 14 miembros de la familia se sumó el hermano de Teodoro, así como otra hija, su esposo y dos de sus retoños para sumar 19 contagios.

Contó que desde que fueron confirmados con el virus pudieron por su cuenta conseguir los medicamentos para todos.

“Investigué un poco sobre el tratamiento MAIZ, me di cuenta de que era el camino y empezamos todos con este tratamiento. No sé si esto cura, pero nos ayudó a combatir los primeros síntomas”, exclamó.

El protocolo MAIZ consiste en cuatro componentes: Microdacyn Azitromicina Invermectina y Zinc. Es un tratamiento preventivo para pacientes con afectación leve.

Sin embargo, dos miembros de la familia -el hijo y su esposa- a los siete días estaban tirados en una cama con dolor de cuerpo, fiebres constantes y afectaciones más profundas.

IVETodos los contagiados tuvieron que usar el tratamiento MAIZ.

Teodoro Raudales adicionó que “gracias a Dios y al apoyo de la familia, amigos e iglesia tuvimos la capacidad de pagar a un doctor la consulta vía video llamada y pedir consejos a otra doctora de aquí del pueblo, lo que nos sirvió mucho para llevar con precisión lo que habría qué hacer con cada uno de nosotros”.

“Mi esposa a pesar de tomar MAIZ a los tres días cayó un poco grave y tuve que llevarla al hospital. En el Seguro Social me la rechazaron porque nada más es beneficiaria mía, eso no me gustó, pero la pude llevar al Hospital María que en ese momento tenía cupos para pacientes con COVID-19. Me la atendieron, la trataron bien y la estabilizaron después de estar cinco días”, desglosó.

Luego la señora tuvo que estar siete días con tratamiento en casa, gracias a Dios y al apoyo de la doctora Genésis Vallecillo -que salió positiva de la enfermeda- logró recuperar su estado de salud. La galena se contagió al tratar a la familia, pero la enfermedad no tuvo mella en su humanidad.

Teodoro, que a lo más que llegó fue a tener una bronquitis severa, dijo que el virus le provocó mucha dificultad respiratoria sin necesitar cuidados intrahospitalarios.

Las muertes nos tocan el alma

contagiosFAM3Uno de los hijos de don Teodoro,
junto a su familia.
El entrevistado criticó la ausencia de los hospitales móviles adquiridos, la tardanza en la entrega de los resultados de las pruebas PCR y la falta de transparencia en el manejo de los datos sobre la pandemia.

Dijo que dejó de ver noticias cuando recibió el resultado positivo porque eso solo le provocaba nervios. “Me daba tristeza ver que moría gente a diario y saber que nosotros que somos 19 logramos vencer la enfermedad, que nosotros no somos más que nadie como para no haber sido una de esas víctimas, entonces eso nos toca el alma”.

Muchos de los que mueren por la enfermedad -reflexionó- son personas desposeídas que no reciben la atención primaria a tiempo. “No se está recibiendo la atención inmediata, por más que se diga que hay millones de lempiras para enfrentar la pandemia”.

Apoyo del pueblo

Refirió que en ningún momento fueron discriminados. “Mis vecinos nos dieron su apoyo inmediato cuando les comunicamos lo que pasábamos. De mi circuito y fuera de él nos trajeron víveres, nos estuvieron preguntando qué necesitábamos, trajeron leche y otras cosas”, manifestó.

Insistió que “esto es un milagro de Dios. Hubo cadenas de oración aquí y fuera de Honduras, logramos conseguir oxígeno y aparatos para medir la saturación; jamás nos discriminaron, es más el alcalde me llamó varias veces y estaba pendiente de nosotros. Hubo apoyo total y solidaridad generalizada”, reafirmó para agradecer al edil Marco Tulio Martínez de su paradisíaca comunidad, aledaña a la capital del país.

Quizás lo más complicado fue deshacerse de la basura porque no podíamos pedirle a nadie que lo hiciera en vista que estaba contaminada, entonces un familiar salía en horas de madrugada y la llevaba al crematorio municipal, mencionó.

“Lo maravilloso de esta historia es que, de 19 personas, solo una necesitó hospital y todos los que estuvieron críticos están bien gracias a la disciplina de tomar los medicamentos que los médicos indicaron en su momento”, señaló.

Insistió en decir que “estamos en la quinta semana confiando que no vamos a retroceder, esperando los resultados de las pruebas que nos hicieron la semana anterior”.

El virus no es broma

Pidió a la población no tomar a la ligera la pandemia de coronavirus y darse cuenta de que lo ocurrido en estos últimos tres meses no es ninguna broma. Los números de contagios, muertos y hospitalizados son la mejor evidencia que la enfermedad es mortal.

“Si no están obligados a salir no lo hagan y si van a hacerlo que sea por una necesidad extrema, no salgan de casa y si pueden trabajen desde casa tratando de ser lo más honestos posibles con la empresa para devengar dignamente los salarios”, esbozó.

Sugirió que, incluso dentro de casa, se tomen las medidas de bioseguridad para evitar contagios en la familia. “Hay que tratar que solo salga una sola persona y que tome todas las precauciones” concluyó.

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