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Los pasos de San Agustín desde Argelia a Roma caminan hacia la Unesco

Annaba (Argelia) .- Los pasos de San Agustín de Hipona, nacido en el siglo IV en el norte de África, caminan hacia la Unesco, anunció el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, desde Roma, en lo que será una candidatura conjunta entre Italia y Argelia que honra al primer papa agustino de la historia, León XIV.

«Con el Ministerio de Cultura (argelino) estamos preparando un proyecto denominado ‘Sobre los pasos de San Agustín’ que abrirá las puertas al turismo religioso, dada la convivencia de creencias en nuestro país», declaró Saliha Berkouk a EFE desde las ruinas de la antigua Hipona, directora de Cultura de lo que hoy es la ciudad argelina de Annaba, donde San Agustín (354-430) ofició de obispo y falleció.

Su esencia la mantienen hoy tres agustinos en la nueva basílica decimonónica que custodia como reliquia lo que se considera el cúbito del brazo derecho de San Agustín, con el escribió conocidas obras como «Confesiones» y «La Ciudad de Dios», claves en la historia del cristianismo mundial.

El emblemático lugar arqueológico consta como una de las paradas estrellas del itinerario que recorre tierras argelinas e incluye la antigua ciudad de Tagaste (actual Souk Ahras), donde nació el santo, y Madaura, donde estudió y se apasionó por la retórica que le llevó, después de una estancia en Cartago (actual Túnez), a viajar a Italia.

San Agustín, «bereber»

Para el joven argelino Rachedi Salah, guía de este museo al aire libre, San Agustín es bereber (autóctono), un origen que marcó su identidad, como concluyó el simposio celebrado en Argel en 2001 con destacados expertos.

«San Agustín es africano. Cien por cien argelino», afirma en declaraciones a EFE el padre Fred Wekesa, rector de la actual basílica, abierta cada día a los visitantes.

La ruta de este filósofo y teólogo universal conserva tanto elementos materiales como edificios y ruinas, e inmateriales, como cuentos y rituales, por ejemplo, en torno al olivo milenario que se mantiene en pie en la ciudad natal del santo.

En Hipona, permanece el poyo de la basílica ancestral donde San Agustín se sentaba a reflexionar ante los fieles y dirimía las disputas de los habitantes del pueblo como juez de paz.

Las dos orillas del Mediterráneo

A la espera de la visita de León XIV, la comunidad agustina en Argelia confía en que el nombramiento del pontífice atraiga más «vocaciones» y visitantes.

Su legado perdura en las dos orillas del Mediterráneo que San Agustín transitó y cuyo viaje fue definitivo para su conversión al cristianismo.

Hijo de Patricio, un funcionario romano y pagano, y de Mónica, devota católica y canonizada, el fallecimiento de su madre en Italia poco antes de embarcarse de vuelta al norte de África determinó su fe.

El cuerpo del santo reposa hoy en la basílica de San Pietro in Ciel d’Oro, en Pavía, localidad de Italia donde diversos templos y comunidades recuerdan al considerado uno de los padres de la Iglesia católica. También las historias de los milagros que se le atribuyen.

La Orden de San Agustín (OSA), en la que el papa León XIV ingresó como noviciado en 1977, es una de las órdenes más antiguas, marcada por un momento histórico en la interacción de las culturas romana, bereber, norteafricana y cristiana dominaban el Mare Nostrum.

El presidente argelino se reunió este jueves con el nuevo pontífice, a quien le obsequió con hojas del olivo de Tagaste, donde San Agustín meditaba. El día antes, anunció junto a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que impulsarán una candidatura conjunta ante la Unesco para incluir sitios emblemáticos de los dos países.

«Es un proyecto en el que deseamos trabajar con mucho cuidado, no solo por lo que representa para nuestras naciones, sino también por su fuerte valor simbólico, si pensamos que hoy, en el trono pontificio, se encuentra el primer papa agustiniano de la historia de la Iglesia», inspirado por el filósofo africano.

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