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Los Marcos y los Duterte, cerca de repartirse el poder en Filipinas

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Manila – “Bongbong” Marcos, hijo del dictador Ferdinand Marcos, y Sara Duterte- Carpio, hija del actual presidente, Rodrigo Duterte, cerraron su campaña electoral este sábado en Manila con todas las encuestas otorgándoles una contundente victoria en las elecciones del próximo lunes, en las que buscan repartirse la jefatura de Estado y la vicepresidencia de Filipinas y perpetuar en el poder a las dos poderosas dinastías.

En Parañaque, al sur de Manila, una marea roja y verde de fieles – colores que los herederos han elegido para la campaña – esperó con paciencia la aparición sobre el escenario de Marcos Jr. y Sara, que se presentan formando un tándem político como presidente y vicepresidenta, respectivamente, en los comicios presidenciales.

Tras una larga campaña de tres meses en la que los candidatos han recorrido de punta a punta el archipiélago filipino- que cuenta con más de 100 millones de habitantes-, los favoritos volvieron a darse un baño de masas en su último mitin y congregado a decenas de miles de personas en la capital filipina.

La victoria parece cantada. “Bongbong” Marcos acumula el 57% de los apoyos, según los últimos sondeos publicados esta semana, que también dan a Sara Duterte- Carpio una amplia mayoría.

El hijo del dictador Ferdinand Marcos, que gobernó el país desde 1965 durante 21 años imponiendo un régimen déspota y represivo que acabó con su huida a EEUU en 1986 tras una revolución popular, ha mantenido un perfil bajo durante toda la campaña, evitando todos los debates y preguntas incómodas, parapetándose en unas encuestas que apuntaban una cómoda victoria desde los albores de la campaña electoral.

«Antes estaba en contra de los Marcos, por las muertes y todo lo malo que decían. Empecé a buscar en Facebook y YouTube, y vi que antes hizo mucho para el país”. explicó a Efe Cherisse Sales, una asistente de 52 años.

El ambiente de celebración era evidente. Los asistentes cantaban y ondeaban miles de banderas de Filipinas. «Aquí hay gente normal, de la calle. Esta gente ha nacido en los barrios populares, por eso va a ganar», señaló por su parte Jennifer Lopez, de 28 años, en referencia al gran tirón de Marcos entre las clases sociales más humildes del país.

El entusiasmo se repite hacía la probable vicepresidencia de Sara Duterte- Carpio, que con una imagen de líder fuerte, como la que proyecta su padre, amenaza con afianzar una corriente populista conservadora y autoritaria, con la que Marcos Jr. también se identifica.

Rodrigo Duterte, por su parte, no ha apoyado oficialmente a ningún candidato a la presidencia, movimiento que podría haber favorecido movilizado a un gran número de electores según muchos expertos, pero se ha declarado fiel admirador del dictador Ferdinand Marcos.

No parece, sin embargo, profesar el mismo respeto a su hijo, al que ha acusado de adicto a la cocaína y de ser un líder débil.

OTRA FORMA DE HACER POLÍTICA

No muy lejos del evento de Marcos y Duterte, en Makati, un distrito acomodado de Manila, Leni Robredo, segunda en las encuestas (25%) y la candidata que ha aunado el voto progresista, finalizó su campaña rodeada de miles de jóvenes ilusionados con un improbable cambio de paradigma político en Filipinas.

Robredo, actual vicepresidenta, ha movilizado a un electorado urbano, concienciado con los derechos humanos, feminista y cercano al colectivo LGTBI, en un país muy conservador y tradicionalmente alérgico a avances de gran calado en materia social, y donde su actual presidente está siendo investigado por la Corte Penal Internacional por los miles de asesinatos extrajudiciales cometidos por la policía durante su mandato.

Para muchos, la batalla política que se esclarecerá en las urnas es la lucha entre la vieja manera de hacer política que encarna Marcos Jr, que ha sustentado sus apoyos en redes de clanes y dinastías políticas que fueron fieles a su padre durante la dictadura, y la nueva política que representa Leni Robredo.

La abogada defensora de los derechos humanos ha arrastrado a miles de jóvenes voluntarios que han trabajado desinteresadamente a destajo durante toda la campaña para difundir su mensaje anticorrupción, conciliador y pacifista.

CAMPAÑA PLAGADA DE DESINFORMACIÓN

La campaña que terminó este sábado se ha visto gravemente afectada por la operación de desinformación masiva que ha inundado las redes sociales con noticias falsas y ataques continuos entre candidatos.

Una desinformación, principalmente en Facebook, de la que lleva años advirtiendo la periodista y nobel de la paz filipina, María Ressa, ha permitido reescribir el legado de Marcos e Imelda Marcos, que estuvieron en el poder entre 1965 y 1986.

Los Marcos fueron expulsados del poder tras una revolución popular pacífica, pero dejaron tras de sí al menos 3.257 personas ejecutadas de manera sumaria, miles de torturados y unos 10.000 millones de dólares expoliados del erario público.

Las autoridades han declarado festivo el lunes 9 de mayo, día de la votación, y han prohibido el consumo de alcohol durante la jornada de reflexión del domingo a todo aquel que no presente un pasaporte extranjero, además de vetar la entrada en establecimientos de ocio nocturno para los nacionales filipinos. JS

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