Miami, (EEUU) – Son los únicos aviones en el mundo que se atreven a penetrar dentro de un huracán en busca de su centro, llamado “ojo”.
Estos aviones “caza huracanes” van equipados con aparatos de alta tecnología para medir, entre otras pruebas, la fuerza del huracán, la presión interna y, sobre todo, su trayectoria.
Los datos son enviados por satélite al Centro Nacional de Huracanes (CNH) en Miami y ayudan a tener una visión más precisa para poder elaborar sus informes meteorológicos.
Los aviones, Lockheed WEC-130J pertenecen al Escuadrón 53 de Reconocimiento Aéreo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y están estacionados en la base Keesler, en Biloxi (Mississipi).
Estos “Hurricane Hunter” (como se llaman en inglés) están siendo utilizados al máximo para seguir la trayectoria del huracán “Florence” que amenaza la costa este de Estados Unidos y la tormenta tropical “Isaac”, a punto de convertirse en huracán, y que se dirige hacia Centroamérica.
Un “caza huracanes” (esencialmente un Hércules C-130 militar modificado de cuatro motores turbohélice) vuelan generalmente entre ocho a diez horas, gracias a dos tanques externos de combustible que les permite una mayor autonomía.
La misión que tienen está considerada una de las más peligrosas en la historia de la aviación: entrar deliberadamente dentro de un huracán hasta llegar al centro del mismo.
Son los únicos en el mundo que hacen esta proeza y sus pilotos (generalmente ex pilotos militares) son reconocidos con admiración por su valentía, que ellos consideran como “un trabajo profesional más”.
Además de los dos pilotos, estos aviones llevan también un equipo de expertos en meteorología que lanzan dentro de los huracanes globos sondas para hacer varias mediciones, cuyos resultados son enviados inmediatamente al CNH.
Pero ante de llega al centro del huracán, estos “Hurricane Hunter” tienen que atravesar lo más difícil, una muralla que protege al “ojo”, como en un vórtice o flujo de fuertes vientos que giran en círculos, en sentido de espiral, como un remolino o un torbellino.
Estos aviones tienen la fuerza para mantenerse en el aire, a pesar de las fuertes vibraciones que sufren, al tiempo que tratan de no ser engullidos por el remolino de los giratorios círculos de viento.
En los videos que ha visto este periodista, cortesía de la “National Oceanic Atmospheric Admnistration” (NOAA), en los momentos cruciales, cuando un avión de estos estaba siendo zarandeado por los vientos de más de 180 kilómetros por hora, con fuertes turbulencias, los pilotos, mantenían su sangre fría y no entraban en pánico.
Para llegar al “ojo” pueden tardar unas dos horas y pueden saber que han llegado porque la furia del huracán es menor. El diámetro de ese centro puede ser de unos 65 kilómetros.
Para salir del “ojo” y de la muralla a su alrededor, los “caza huracanes” tienen los mismos obstáculos que al entrar.
En agosto pasado, los “Hurricane Hunter” lograron un hito con un vuelo comandado por dos pilotos mujeres, por primera vez en su historia de casi 75 años.
Fue en un vuelo con la Teniente Comandante Rebecca Waddington y la Capitan Kristie Twining al mando de un avión Golfstream IV por el Pacífico en busca del huracán “Héctor”, de categoría cuatro.