Lisboa – El mayor conjunto mural del siglo XX en Portugal, obra del pionero de la vanguardia José Almada Negreiros (1893-1970), vuelve a mostrarse al público a partir de mañana, martes, en el puerto de Lisboa tras meses de restauración.
El centro interpretativo con catorce frescos monumentales del artista, pintados entre 1940 y 1959 en las estaciones portuarias de Alcântara y Rocha do Conde de Óbidos, fue inaugurado este lunes, fecha del nacimiento de Almada Negreiros.
Las obras fueron encargadas por la dictadura de António de Oliveira Salazar (1933-1974) como parte de una política de obras públicas en la que se construyeron las dos terminales.
En aquel entonces, era habitual que los edificios públicos tuvieran pinturas y mosaicos, que eran encomendados a los artistas más importantes para dar una imagen favorable a aquellos que llegaban al puerto lisboeta, que en ese momento contaba con grandes flujos de pasajeros por el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Así, el Gobierno pidió a Almada Negreiros que pintara unos murales con la historia de los descubrimientos del país para decorar las dos estaciones portuarias, pero el resultado generó descontento en el régimen, porque el pintor retrató a saltimbaquis pidiendo limosna, algo que estaba prohibido, o a migrantes de camino a África.
El alcalde de Lisboa, el conservador Carlos Moedas, aseguró durante la inauguración de hoy que «con este centro interpretativo lisboetas, residentes y turistas tendrán finalmente acceso a una de las mayores obras del modernismo portugués».
Antes de acceder a los murales, que se encuentran en la primera planta, hay un recorrido a lo largo de nueve salas donde se cuenta la evolución del puerto de Lisboa y el proceso creativo de Almada Negreiros.
Hijo de padre portugués y madre de Santo Tomé y Príncipe, José Sobral de Almada Negreiros (1893-1970) nació en el archipiélago africano −entonces colonia portuguesa− el 7 de abril de 1893 y mostró desde joven una inclinación natural por el arte.
Artista heterodoxo y admirador del futurista Filippo Marinetti, destacó como pintor, dibujante e ilustrador pese a dedicar buena parte de su trayectoria al baile y la literatura, llegando a publicar artículos en la revista ‘Orfeo’, dirigida por el escritor Fernando Pessoa.
Vivió en Madrid entre 1927 y 1932, lustro en el que se hizo un hueco en la escena madrileña como pintor y dibujante y durante el cual colaboró con el escritor Ramón Gómez de la Serna y los arquitectos Luis Blanco-Soler y Rafael Bergamín, entre otros. EFE