Líneas de la muerte en manos de presidiarios

Por:

Compartir esta noticia:

Tegucigalpa – Son escuelas del crimen, califican observadores de la problemática de inseguridad en Honduras al referirse a las cárceles hondureñas de donde cotidianamente salen órdenes para matar, extorsionar, secuestrar, asaltar, robar automóviles y cometer delitos de las más variadas e inimaginables dimensiones. Una llamada telefónica desde un penal puede ser letal.
 

– El uso de teléfonos móviles desde las cárceles hace que muchos crímenes y otro tipo de delitos se cometan por órdenes de los privados de libertad.

De los 24 centros penales ubicados en diferentes regiones de este país centroamericano ninguno reúne las condiciones de seguridad para los presos ni mucho menos para quienes desde otros escenarios pueden convertirse de un momento a otro en sus potenciales víctimas. Las condiciones mínimas de dignidad y de rehabilitación tampoco dejan verse en ninguno de esos centros donde muchos entran por un delito leve, pero salen convertidos en sicarios, narcos o asaltantes.

Ancestralmente la desatención y el abandono han rondado las cárceles donde la mano de las autoridades no parece acercarse a su población. Al par, buena parte de los reclusos construyen sus agendas que se alejan de recuperarse socialmente y más se inclinan al ilícito.

Reyertas, incendios, crímenes, hacinamiento, extorsiones, maltrato, inseguridad y tragedias, son algunos de los términos que la prensa utiliza para destacar hechos que se generan desde las prisiones hondureñas.

El Estado dispone para cada privado de libertad de un presupuesto diario, para sus tres tiempos de alimentación, de 15 lempiras.

El presupuesto aprobado este 2014 para el Instituto Penitenciario es de 460 millones 266 mil 416 lempiras y esta entidad está bajo el mando del ministerio de Gobernabilidad y Descentralización.

De los 13 mil 600 internos que componen la población penitenciaria de las cárceles del país, un poco más de la mitad no han sido sentenciados debido a la lentitud en los procesos judiciales.

La mayoría de las cárceles no reúnen las condiciones mínimas para mantener a los privados de libertad y más bien se han convertido en “depósito humanos”.

Los teléfonos que siembran el pánico

Desde el interior de las cárceles las operaciones criminales son dirigidas en significativos porcentajes. Autoridades han dicho que bandas de extorsionadores son las que principalmente operan desde el interior de los presidios. Otras acciones que el crimen dirige desde las cárceles son el narcotráfico, el asalto a bancos y otros negocios a través de llamadas y mensajes por teléfonos móviles, según datos de la Policía hondureña.

El último caso que evidenció este extremo es el asalto a una financiera de Choloma, donde además los malvivientes dieron muerte a un guardia de seguridad, hecho que fue captado por las cámaras de seguridad de la agencia.

La información divulgada por el director de la Policía, Ramón Sabillón Pineda, da cuenta que una banda criminal fue la encargada del ilícito. La mitad de los integrantes de este grupo criminal están presos en la cárcel de El Progreso desde donde ordenan sus operaciones.

En las cárceles hondureñas, pese a la prohibición oficial, en la realidad, los teléfonos móviles y hasta el uso de computadoras y aparatos tecnológicos de primera generación es un hecho contundente. Allí las autoridades encargadas no han querido o no han podido detener esta violación constante a la ley. La impunidad allí solo se muestra una vez más como en otros estamentos del sistema de justicia.

“No nos queremos quedar hasta ahí, esto viene desde el penal de El Progreso. Hay miembros de la banda que están presos en esa cárcel, pero los descubrimos porque planificaban una fuga, vamos a acabar con la banda hasta lograr sentenciarlos a todos”, apuntó el jerarca policial.

Para frenar esos ilícitos el Gobierno nuevamente está intentando regular el uso de la telefonía celular desde las prisiones, en coordinación con las dos empresas que operan ese servicio a nivel nacional. La administración Hernández ha impulsado una serie de medidas anticrimen, por ello inhabilitar el uso de los teléfonos desde las cárceles implica una misión particularmente crucial en su ruta por la seguridad ciudadana.

Informes de la Policía Nacional también registran que muchos asesinatos son ordenados desde las cárceles hondureñas, que se caracterizan por edificios obsoletos y el hacinamiento de reos, entre otros problemas.

La Comisión de Transición de los Centros Penales asumió en junio de 2013 el mando total del sector y se espera que en el 2015 haga el traspaso administrativo de las cárceles al Instituto Nacional Penitenciario creado en 2012 por el Congreso hondureño.

Más de tres mil millones de lempiras se mueven desde cárceles

Esta semana sorprendieron las declaraciones del coordinador de la Comisión de Transición de los Centros Penales, José Augusto Ávila, quien reveló que el crimen organizado en Honduras mueve tres mil 600 millones de lempiras desde el interior de las cárceles.

Por su parte, la subdirectora del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura (CPTRT), Alba Mejía, demandó más responsabilidad al momento de hablar de las escandalosas cifras que presuntamente se mueven desde los recintos carcelarios.

“Hay una debilidad en la investigación para sustentar ese tipo de declaraciones porque en otros sistemas deberíamos tener un sector de la Policía Penitenciaria trabajando en materia de inteligencia para determinar las relaciones que existen entre grupos que están privados de libertad y los que operan fuera. Tengo la impresión que se trata de una fuerte sospecha que eso sea así o quizás el director de la Policía (Ramón Sabillón) tenga una muy buena información”, aseveró Mejía.

Abogó por sustentar científicamente las aseveraciones que argumentan que la mayor parte de los crímenes se ordenan desde los centros penales.

Reconoció que la percepción de la población es que la mayoría de los privados de libertad están vinculados a actividades criminales que se ejecutan desde los centros penales. “En las cárceles tenemos un poco más de 13 mil internos, ¿será que el diez por ciento de la población privada de libertad está metida en esas organizaciones?”, se preguntó.

Continuó que “cuando capturan una banda, apresan entre ocho y diez personas… pero veo que ahí hay gente desarrapada que eso lo hace pensar a uno que los autores intelectuales de estas tramas nunca son detenidos”.

Mejía lamentó la falta de investigación rigurosa para poder hablar de cantidades, tanto de personas como de la “fantástica cantidad de millones que se dice se mueven desde las cárceles y viviendo de una autoridad penitenciaria habrá que ponerle mucha atención”.

La subdirectora del CPTRT lamentó que con la actual política de Estado promueva la detención masiva de personas sin darles la oportunidad de defenderse. “Hay muchos más procesados que condenados y la mora judicial se mantiene”, manifestó.

Abandono

Para el director del Instituto Penitenciario Nacional, Santos Simeón Flores, el sistema penitenciario se encuentra completamente descuidado desde hace más de dos décadas.

Sin embargo, aceptó que dentro de la administración penitenciaria existe “un alto nivel de corrupción” que se prolonga hasta el interior de las celdas desde donde se ordenan hasta las insospechadas actividades criminales.

Informó que desde hace algún tiempo pidió dos mil 500 hombres, de los que apenas dispone de 1 mil 200 para cuidar las 24 cárceles del país. “En algunos centros penales no me ajusta la seguridad para mandar a reos a los juzgados… por eso se mira una debilidad porque la estructura como mando penitenciario está muy frágil”, refirió.

Citó que aún hay deudas por el orden de 40 millones de lempiras que corresponden a ocho meses de comida que dejó la administración anterior.

Con respecto al bloqueo de la señal de las llamadas telefónicas desde el interior de las cárceles, Flores manifestó que “los picaritos ya hicieron una plataforma afuera porque no toda la extorsión viene de los centros penales debido a que la sociedad afuera aprendió a hacerlo a nombre de los privados de libertad”.

Añadió que “estas operaciones las ejecutan gente de afuera… creo que esas personas están con un perfil que supera a las fuerzas de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas. Sin duda tienen un gran poder económico”.

Mencionó que “cuando el señor presidente (Juan Orlando Hernández Alvarado) expresó que se le terminó la fiesta a los delincuentes… yo dije, cuanta gente va a venir acá, aunque el que delinque tiene que pagar por sus errores”.

“Si descuidan los centros penales, se nos van a volar a la m… suerte que tenemos a los militares en las dos cárceles mayormente pobladas”, estimó.

Pese a todos estos problemas, el director del Instituto Penitenciario Nacional aseguró que es factible tener un control de los recintos penitenciarios.

Puntualizó que “el Estado debe voltear su mirada hacia el sistema penitenciario porque todo lo que haga la Policía Nacional, los fiscales y los jueces, va a parar a los centros penales. Los módulos carcelarios son los mismos de hace 15 años y no cabe más la gente”.

Relator de la ONU: Caos y descontrol en cárceles de Honduras

El pasado 12 de enero, el argentino Juan Ernesto Méndez, relator especial de la ONU sobre tortura, dijo que el caos y el descontrol reinan en cárceles hondureñas.

El funcionario de la ONU agregó que «en las cárceles hay mucha libertad y eso genera caos, descontrol» y conduce a la violencia recurrente en los sistemas penitenciarios de varios países latinoamericanos, entre los que citó Honduras, México, Brasil y Venezuela.

spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_img
spot_imgspot_img