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Libre. Enero 27… comienza la cuenta regresiva

Julieta Castellanos

No es lo mismo imaginar cómo sería el Gobierno del presidente Donald Trump, que estar frente a sus políticas. Tocará a la presidenta Xiomara Castro gobernar su último año, en correspondencia con el primer año del Gobierno de Donald Trump; y hemos observado, por ahora, como la manecilla del discurso ha girado, suavizando el tono y el mensaje; a decir verdad, desde que el republicano arrasó en las elecciones, dejaron de responderle a la embajadora Dogu, como lo había venido haciendo toda la manada, y algunos funcionarios hasta eliminaron su contacto de la cuenta X, para evitar la tentación.

El año electoral lo enfrentará Libre con unos indicadores económicos complejos: a nivel continental, Honduras encabeza la lista de países con ciudadanos que solicitan asilo en USA, 27,888 hondureños varados en México, solicitando asilo mediante aplicación CBP ONE, programa cancelado la primera hora de Trump en el poder. Honduras ocupa el primer lugar con ciudadanos que tienen orden final de deportación, 261, 651 en lista de espera. Tiene también el más alto nivel de Riesgo-País de la región, 411 puntos. Las remesas representan el más alto porcentaje respecto al PIB, 27%. Tiene el mayor número de pobres del CA-4, 68.9%. Y Estados Unidos compra más del 50% de las exportaciones.

Desde el inició, Libre optó por distanciarse y confrontar con el imperio. No le gusta el imperio norteamericano. Al Gobierno del presidente Biden le dio la espalda cuando no atendió la invitación a la Cumbre de las Américas; en vez de asistir la presidenta Castro, asistieron sus dos hijos, el canciller, y el entonces ilusionado con el poder Pedro Barquero, ministro de Desarrollo Económico. Maltrató a España, al rechazar un préstamo concesionado por 75 millones de euros para construir tres hospitales, después que la presidenta viajó (23/02/23) y se reunió con el Rey Felipe VI y con el presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Pero a Libre le gusta el imperio chino y el ruso.

La presidenta en una “histórica visita” viajó a China (15/06/23), sacó a Taiwán del país y estrechó relaciones con Rusia. En el plano económico China no resultó lo que esperaban; están en la quiebra camaroneras del sur y en consecuencia, miles de desempleados; y el Gobierno calla cuando de condenar a Rusia se trata por la invasión a Ucrania. Alguien le dijo al comandante que Honduras podía ingresar y terciar en las “grandes ligas de la geopolítica mundial” y se lo creyeron; en abril 2023, en la primera Cumbre Antinflacionaria convocada por AMLO, la presidenta Castro pidió “exigir un acuerdo de paz entre la OTAN, Ucrania y Rusia” y el último episodio, el comandante se colocó la kufiya, por la causa de Hamas.

Y los amigos bolivarianos: Ortega-Murillo y Maduro-Cabello-Padrino, muy bien, consolidándose como dictadores y caminando hacia una dinastía, sin legitimación, pero en el poder. En su peor momento están los del cono sur, Cristina Fernández inhabilitada y condenada a seis años de prisión por corrupción, Alberto Fernández, imputado por lesiones de gravedad y abuso de poder contra su expareja; y Evo Morales, imputado por trata de personas, una hija “escondida” que le nació de una relación con una quinceañera en el año 2016, siendo presidente. Evo, arropado por el silencio vergonzoso del feminismo, igual arroparon a Ortega, frente a la denuncia de Zoilamérica, su hijastra, y parte de la Izquierda latinoamericana, subida en el último vagón.

En tres años, ni el Gobierno ni el Estado lograron levantar la confianza institucional. Los datos de Latinobarómetro 2024: confianza en el Gobierno, 15%; en la presidenta, 16%; en las Fuerzas Armadas 32%; en la Policía: 27%; en el Poder Judicial, 19%; en el Congreso Nacional, 16%; en los partidos políticos, 11%; en la institución electoral, 16%. Y hay razones suficientes. La Corte Suprema de Justicia llegó para legitimar capitales de procedencia ilícita, ha cumplido a plenitud la misión de devolver los bienes incautados, sobreseer juicios y “limpiar” rostros y nombres, aunque los magistrados/as ensucien el suyo. El Poder Legislativo llegó a aprobar nuevos pactos de impunidad, más paralizado que trabajando, y con puntualidad distribuyendo dinero a algunos diputados, a imagen y semejanza del Gobierno anterior.

Un Poder Ejecutivo invadido de nepotismo, con funcionarios que han estado dedicados a la confrontación y al ataque, amenazando e intimidando para callar; funcionarios que en tres años no aprendieron a comprar medicamentos, a licitar las placas de los vehículos… unas FFAA en tareas civiles y pasando la línea hacia la política partidaria, un Ministerio Público y una Policía que en sus investigaciones criminales continúan llegando solo a los operadores del crimen, como lo evidencia los asesinatos de Keyla Martínez en Intibucá, las 48 mujeres que fueron asesinadas en CEFAS, estando bajo la custodia del Estado y el asesinato del ambientalista Juan López 14/9/2024. Tampoco saben contar. Funcionarios que después de tres años no conocen el monto de los fondos que llegan de cooperación de USA, en qué se destinan y quién los ejecuta; deben guardar el celular y comenzar a trabajar, incluyendo al canciller.

Pero hay más en el Poder Ejecutivo: la CICIH no vendrá. Se filtró un documento de negociación y la máscara se cayó; al menos hay 20 mínimos previos que no ha cumplido el Gobierno a la ONU. Y la extradición llegará a su fin. Esta decisión tan inesperada como irresponsable, evidenció la prioridad de la presidenta Castro de proteger a su familia. La difusión del narcovideo donde aparece Carlos Zelaya negociando $ 650.000.00 para la campaña del año 2013, es un narco episodio más que se suma a los del 2006, cuando un avión aterrizó en Toncontín, y luego el asesinato en mayo de ese mismo año de un diputado por Colón con presuntos nexos con el narcotráfico, según hechos desentrañados en la Corte de NY en el caso del exdiputado Midence Oquelí.

La presidencia pro tempore de Honduras en la CELAC, termina en un mes; le continua el presidente Gustavo Petro, y la presidencia llevada desde Honduras profundizó las diferencias en la región, al menos en dos ocasiones, más de una decena de países se deslindaron, y pidieron que se aclarara que la posición contenida en los documentos publicados en nombre de la CELAC, no representaban el conjunto de países. El último episodio fue la “Declaración de Tegucigalpa” publicada bajo el nombre CELAC Social; diez países: Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Uruguay, Perú, y República Dominicana aclararon que CELAC Social no existe, y que el documento no fue consensuado. De diez países, cuatro integran el SICA. Y es revelador, que 72 horas después de la llegada de Trump a la Casa Blanca, el presidente Lula y la presidenta Sheinbaum se han citado para hablar de la CELAC y de su fortalecimiento, sin incluir a la presidencia pro tempore. Y el presidente Petro, sin mencionar a CELAC ha pedido una reunión extraordinaria de los gobiernos de América Latina.

Y vamos a elecciones primarias e internas en marzo, y en noviembre a elecciones generales, con la misma y mayor incertidumbre, incluyendo la pregunta ¿habrá elecciones? Este proceso está con las mismas piedras colocadas en el camino. Sin reformas electorales. Sin la confianza que requiere porque los partidos políticos son parte, administradores, jueces y árbitros. El Partido Nacional, sin revisarse por los doce años de gestión del poder, con la secuela de corrupción y de vínculos con el crimen; sin renovación, apostando a que es el partido de oposición más grande, y al desgaste de Libre.

El Partido Liberal, atrapado como ha estado los últimos cuatro gobiernos, acompañando al partido de Gobierno, a veces en la sombra y otras bajo la luz, con un grupo de diputados en su interior, tratando de desmarcar al partido del Gobierno, enfrentando y atajando la intención de Libre de terminar de subsumirlo o de desguazarlo, grupo que no logró consolidarse, y que se dispersó cuando al partido retornaron o se integraron nuevos aspirantes políticos; un partido ávido de volver a ganar elecciones después de 20 años, ha recibido a viejos militantes y otros que pidieron ingreso, también ávidos de llegar a la presidencia de Honduras; veremos si después del 9 de marzo, más que sumar, restarán.

Y Libre, que demostró que es hijo legítimo del bipartidismo, le costará, o no encontrará, con quien hacer alianzas, le apuesta al Presupuesto 2025 para retener y conquistar el Voto Rural, y sin reformas electorales, especialmente segunda vuelta, valora que le basta, para retener el poder el 32%-35% del electorado, apostando siempre a un gobierno de minoría, decidiendo por la fuerza, e imputando a diputados de otros partidos, para tenerlos bajo control; creyendo además, que le basta distribuir la otra mitad en Santa Barbara, Olancho y Colón, para volver a ganar. Pero llegó un invitado no deseado, el Gobierno Trump y sus políticas, especialmente las migratorias, de consecuencias todavía impredecibles en la economía y el país en su conjunto. El telón se corrió, y casi ya no quedan máscaras por caer. Por ahora Colombia es el epicentro. Y CELAC está convocada para el jueves 30.

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