Tegucigalpa – Ella, es una cocinera de emociones, alquimista de platillos que hechizan, apasionada de los contrastes de sabor y texturas, e investigadora en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Él, catador de vinos, amante de la buena mesa, más amante aún del buen vino. Apasionado de los puestos de comida y restaurantes donde se sirve algo más que comida, y doctor en Ciencias Sociales, cuando no está comiendo.
Juntos, como pareja unida por el amor, conforman el «Lempira que come (y chupa)», un blog «para el disfrute gastronómico en su máxima expresión», según relataron a Acan-Efe en Tegucigalpa, donde residen.
El nombre del blog fue tomado del cacique Lempira, quien según apuntes históricos murió peleando cuerpo a cuerpo contra los conquistadores españoles en el occidente de Honduras.
En honor al cacique, la moneda nacional y uno de los 18 departamentos de Honduras lleva el nombre de Lempira, quien más de 500 años después de la conquista no solamente come, sino que también «chupa» (bebe) de todo.
«Lempira» bebe desde el mejor de los vinos en un bar de lujo, hasta un «calambre», bueno para la resaca, en el «New Bar», la cantina más famosa de Tegucigalpa conocida como «Tito Aguacate» porque ese fruto, con queso y otros bocadillos, no falta en ninguna temporada para acompañar el trago de la casa.
La pareja «Lempira que come (y chupa)» explicó que su blog nació como un homenaje a uno de los mejores cocineros del país, a sus carnitas catrachas (hondureñas) y su salsa picante: el Chele (Iván Godoy).
«El Chele» vendía una sabrosa carne asada en un puesto situado frente al Estadio Nacional de Tegucigalpa y un mercado popular sabatino que vende productos alimenticios frescos.
«Cuando el Chele sufrió el 23 de octubre de 2013 en carne propia la violencia que azota a Honduras desde hace ya demasiado tiempo, pensamos que algo había que hacer al respecto», agregó el «Lempira», que ya tiene un buen número de «hambrientos» lectores.
Para la pareja «El Chele era puro corazón y transmitía su candor en forma de las mejores carnitas que han existido en Tegucigalpa, y probablemente en Honduras y el mundo».
«Así lo sentimos el primer día que las probamos. Las carnitas del Chele eran una auténtica delicia, la carne jugosa, tersa, el chimichurri recién hecho, con aceite de oliva virgen, el fríjol elaborado con tanto mimo y cariño y las tortillas, que hacía su esposa, culminaban un platillo perfecto», expresa un «Lempira» conmovido.
Por ahora la pareja prefiere mantener la reserva de su nombre señalando que «a fin de cuentas los protagonistas no somos nosotros, sino la comida, los que la elaboran y los que la disfrutan».
«El Lempira que come es nuestro mejor pseudónimo, pero existimos y somos de carne y hueso», añaden.
El blog de «Lempira», con sus críticas sanas, tiene «una categoría especial para valorar los puestos de comida, esos lugares imprescindibles que dan vida y alma a la ciudad, al pueblo».
«En esos puestos de comida se respira el pulso de la gastronomía popular y es posible comer tan bien en ellos, como en los más reputados y laureados restaurantes del mundo», acotó.
La pareja considera que escribir sobre gastronomía, con la crítica oportuna, es casi tan apasionante como comer, y como comer les encanta, lo mismo que escribir, entonces decidieron publicar de manera habitual y sistemática sus notas sobre gastronomía hondureña, centroamericana y de otras partes del mundo.
«Afortunadamente hemos tenido tanto la posibilidad de vivir en muchos países, lo que nos ha permitido probar múltiples gastronomías, ingredientes, sabores, vinos, cervezas, como la posibilidad de adquirir formación en relación a la cocina y la cata de vino», enfatiza «Lempira».
Como catador, «Lempira que come (y chupa)» ha sido secretario general de varias organizaciones de cata en España. Además, ha participado en varios concursos de cata a ciegas incluso ganando alguno.
En tanto que la parte que más cocina del «Lempira que come» es una apasionada de las recetas del mundo y ha aprendido de manera autodidacta muchísimo en relación a técnicas y combinaciones mágicas de ingredientes.
«Nuestro bagaje y nuestro amor por la gastronomía, el vino y la vida son, a fin de cuentas, lo que nos impulsó a poner en marcha este blog que reivindica la buena gastronomía», apostilló la pareja, que ahora es seguida a través de las siguientes direcciones: https://www.facebook.com/lempiraquecome ) o Twitter (@lempiraquecome) o directamente en el Blog (www.lempiraquecome.com), mediante comentarios.
Juntos, como pareja unida por el amor, conforman el «Lempira que come (y chupa)», un blog «para el disfrute gastronómico en su máxima expresión», según relataron a Acan-Efe en Tegucigalpa, donde residen.
El nombre del blog fue tomado del cacique Lempira, quien según apuntes históricos murió peleando cuerpo a cuerpo contra los conquistadores españoles en el occidente de Honduras.
En honor al cacique, la moneda nacional y uno de los 18 departamentos de Honduras lleva el nombre de Lempira, quien más de 500 años después de la conquista no solamente come, sino que también «chupa» (bebe) de todo.
«Lempira» bebe desde el mejor de los vinos en un bar de lujo, hasta un «calambre», bueno para la resaca, en el «New Bar», la cantina más famosa de Tegucigalpa conocida como «Tito Aguacate» porque ese fruto, con queso y otros bocadillos, no falta en ninguna temporada para acompañar el trago de la casa.
La pareja «Lempira que come (y chupa)» explicó que su blog nació como un homenaje a uno de los mejores cocineros del país, a sus carnitas catrachas (hondureñas) y su salsa picante: el Chele (Iván Godoy).

«Cuando el Chele sufrió el 23 de octubre de 2013 en carne propia la violencia que azota a Honduras desde hace ya demasiado tiempo, pensamos que algo había que hacer al respecto», agregó el «Lempira», que ya tiene un buen número de «hambrientos» lectores.
Para la pareja «El Chele era puro corazón y transmitía su candor en forma de las mejores carnitas que han existido en Tegucigalpa, y probablemente en Honduras y el mundo».
«Así lo sentimos el primer día que las probamos. Las carnitas del Chele eran una auténtica delicia, la carne jugosa, tersa, el chimichurri recién hecho, con aceite de oliva virgen, el fríjol elaborado con tanto mimo y cariño y las tortillas, que hacía su esposa, culminaban un platillo perfecto», expresa un «Lempira» conmovido.
Por ahora la pareja prefiere mantener la reserva de su nombre señalando que «a fin de cuentas los protagonistas no somos nosotros, sino la comida, los que la elaboran y los que la disfrutan».
«El Lempira que come es nuestro mejor pseudónimo, pero existimos y somos de carne y hueso», añaden.
El blog de «Lempira», con sus críticas sanas, tiene «una categoría especial para valorar los puestos de comida, esos lugares imprescindibles que dan vida y alma a la ciudad, al pueblo».
«En esos puestos de comida se respira el pulso de la gastronomía popular y es posible comer tan bien en ellos, como en los más reputados y laureados restaurantes del mundo», acotó.
La pareja considera que escribir sobre gastronomía, con la crítica oportuna, es casi tan apasionante como comer, y como comer les encanta, lo mismo que escribir, entonces decidieron publicar de manera habitual y sistemática sus notas sobre gastronomía hondureña, centroamericana y de otras partes del mundo.
«Afortunadamente hemos tenido tanto la posibilidad de vivir en muchos países, lo que nos ha permitido probar múltiples gastronomías, ingredientes, sabores, vinos, cervezas, como la posibilidad de adquirir formación en relación a la cocina y la cata de vino», enfatiza «Lempira».

En tanto que la parte que más cocina del «Lempira que come» es una apasionada de las recetas del mundo y ha aprendido de manera autodidacta muchísimo en relación a técnicas y combinaciones mágicas de ingredientes.
«Nuestro bagaje y nuestro amor por la gastronomía, el vino y la vida son, a fin de cuentas, lo que nos impulsó a poner en marcha este blog que reivindica la buena gastronomía», apostilló la pareja, que ahora es seguida a través de las siguientes direcciones: https://www.facebook.com/