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Latinoamericanos esperan en tiendas de campaña para tramitar el asilo en España

Melilla (España).– Una quincena de solicitantes de asilo, varios de ellos latinoamericanos, lleva dos noches durmiendo en la calle después de que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad española de Melilla (norte de África) les denegara el acceso.

Aseguran que su situación no es fácil, pero muestran empeño en seguir así porque no tienen otra opción.

Los migrantes, que proceden de países latinoamericanos y de Mali, conviven en varias tiendas de campaña cedidas por la ONG Mec de la Rue (MdLR) a escasos metros del CETI, donde esperan poder entrar como otros 800 que llegaron antes y que sí recibieron una asistencia que a ellos se les niega.

María (nombre ficticio) es una de las cuatro mujeres del grupo de migrantes acampados. Esta joven venezolana prefiere no revelar su identidad para no preocupar a su familia, que en su país desconoce la situación en la que se encuentra junto a su pareja, sin un techo bajo el que cobijarse, sin trabajo, documentación ni recursos.

Pese a que el panorama ahora es tan gris como el cielo que les amenaza con lluvia desde que viven en la calle, esta migrante veinteañera confía en que se pueda revertir la situación. Asegura, llegaron antes de que entrara en vigor el cambio del sistema de citas de asilo del Ministerio del Interior español, que los ha dejado fuera del CETI.

Llegaron antes del anuncio de cambio

Según explica a EFE, viajaron desde Barcelona hasta Melilla porque sabían que en la ciudad norteafricana pedir asilo era más fácil que en el territorio peninsular español, donde el colapso del sistema de citas es habitual. Además, en la región de Cataluña no tenían apoyo de nadie ni sustento para seguir adelante.

Por ello, María y su marido embarcaron rumbo a Melilla y se plantaron en el norte de África el 27 de febrero. Ese mismo día, poco antes de las cinco de la tarde, ya tenían cita para pedir asilo, aunque se encontraron con la novedad de que la solicitud ya no era presencial, sino telemática, en internet.

Ellos estaban ya al tanto de que se iba a producir ese cambio, pero a partir del 28 de febrero, de ahí que decidieran viajar a Melilla antes. No les sirvió de nada, pues Interior ya había puesto en marcha la petición de cita telemática, lo que les ha cerrado las puertas del CETI a todos los que han ido llegando desde entonces.

«En el CETI nos negaron el acceso porque dicen que para entrar se necesita una manifestación de voluntad, pero la Policía, cuando regresamos a la frontera para solicitarla, nos respondió que ese trámite es el mismo papel que la cita del asilo», explica María.

El caso es que, después de «un cambio de reglas de la noche a la mañana» y varias idas y venidas de la frontera al CETI, se han visto «en un callejón sin salida». Ni siquiera pueden retornar a la península, donde la Policía sí hace ese trámite, al no tener recursos, visado en regla o documentación para viajar.

La incertidumbre se ve agravada ahora por la situación de calle en la que se han visto estos solicitantes de protección internacional, lo que ha llevado al propio presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), a acusar al Gobierno de España de haber adoptado con ellos una decisión «inhumana».

«Una respuesta de Madrid»

Todo ello coincide con días de mal tiempo en Melilla, con «frío muy intenso» y lluvias que van calando en el ánimo de esta quincena de migrantes sin techo mientras esperan que «una respuesta de Madrid» o «algo que se pueda hacer» desde Melilla les abra el CETI.

Eso es lo único que quieren, ya que la mayoría no tiene concertada la entrevista para pedir asilo hasta mediados o finales de abril. Esperan, mientras tanto, poder estar bajo un techo, no en una tienda de campaña.

De momento, llevan dos días durmiendo, cocinando y haciendo vida en el pequeño campamento junto al CETI, gracias a la ayuda de MdLR, que ha enviado una queja al Defensor del Pueblo de España, y de otros migrantes acogidos en el centro que les ofrecen mantas, agua y alimentos.

Otras entidades de índole nacional e internacional también están trabajando sobre el terreno para tratar de buscar una solución a este problema, del que los migrantes afectados solo esperan poder pasar página cuanto antes. EFE

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