Pekín – China y la Unión Europea (UE) celebran este jueves una cumbre con motivo del 50 aniversario de lazos bilaterales, con presencia de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo, António Costa, los cuales se reunirán en Pekín con el presidente chino, Xi Jinping.
Estas son algunas claves para entender el momento que atraviesa la relación bilateral y los principales puntos de fricción.
El comercio, crucial
Se espera que los líderes comunitarios pidan a China más acceso al mercado chino y garantías sobre las tierras raras después de que Pekín impusiese restricciones a la exportación de esos materiales, clave para los sectores de defensa, energía y automoción.
China, que controla la producción mundial de tierras raras, decretó este año que los exportadores necesitarán licencias adicionales antes de poder exportar desde el país asiático, una baza que ha utilizado en negociaciones con otros países, particularmente Estados Unidos.
Además, Pekín y Bruselas mantienen todavía fricciones a cuenta de la imposición de aranceles a vehículos eléctricos (VE) fabricados en China. En abril, ambas partes pactaron reanudar las negociaciones para alcanzar un acuerdo de precios mínimos.
El país asiático ha respondido a los gravámenes de la UE con tasas al brandy y con investigaciones sobre las importaciones de lácteos y sobre la carne de porcino del bloque, esta última potencialmente dañina para España.
Divergencias sobre Ucrania
Algunos analistas aventuraron un posible acercamiento entre China y la UE a raíz de la guerra comercial desatada por Donald Trump, pero Pekín ha recibido con desagrado las críticas europeas por su connivencia con Rusia tras su invasión a Ucrania.
En ese sentido, el diario hongkonés South China Morning Post reveló recientemente que el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, dijo a la principal diplomática de la UE, Kaja Kallas, que Pekín no quiere que Rusia pierda esa guerra porque entonces EE.UU. centraría toda su atención en China.
La UE ha exigido a China que debe dejar de enviar material que sustente el complejo militar-industrial ruso y que respalde un alto el fuego total e incondicional en Ucrania, mientras que Pekín niega haber suministrado «armamento letal» a Moscú e insiste en que nunca instigó el conflicto.
Pekín y Bruselas sí podrían mostrar más sintonía sobre otras cuestiones como la situación en Oriente Medio, donde ambas partes han pedido un alto el fuego inmediato en Gaza y el acceso de ayuda humanitaria sin trabas a quienes lo necesitan.
Intercambios sobre cambio climático
Otro campo sobre el que las dos partes sí parecen dispuestas a dialogar es el cambio climático. La vicepresidenta ejecutiva de la CE para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera, resaltó la semana pasada en Pekín la importancia de evitar que el exceso de capacidad industrial «afecte a otros lugares».
Esto es una crítica a las prácticas industriales de Pekín repetida por los Veintisiete en los últimos años, si bien Ribera describió las conversaciones con las autoridades chinas como «fructíferas».
Así, aseguró que tanto China como la UE están de acuerdo en que necesitan transformar sus economías «en sintonía con las agendas medioambientales», y destacó «avances sustanciales» en campos como mercados de emisiones de carbono, políticas hidrológicas, economía circular y protección de la fauna.
China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero, se fijó alcanzar el pico de sus emisiones de CO2 antes de 2030. Sin embargo, organizaciones como Greenpeace han pedido que fije «un calendario claro para la eliminación gradual del carbón», todavía protagonista en el plan energético nacional.
Los derechos humanos, omnipresentes
Dentro de su último Diálogo Conjunto sobre Derechos Humanos la UE trasladó a China su «preocupación persistente por las restricciones a las libertades fundamentales y los derechos laborales» en el país.
Pekín, a su vez, reiteró su «oposición a la interferencia en sus asuntos internos», aunque confió en que ambas partes puedan «aprender mutuamente y contribuir a la gestión global de los derechos humanos».
Queda por ver si estos temas se mencionan durante la cumbre, tal y como han reclamado a Bruselas varias organizaciones como Amnistía Internacional o China Human Rights Defenders. EFE
(vc)