Tal es el caso de Luisa Ordóñez, quien vive en Dallas desde hace 22 años, es de Tegucigalpa, Honduras, y en días pasados le tocó esperar unas dos horas para tramitar su pasaporte en la sede del consulado de su país, que hace ocho meses abrió sus puertas en la ciudad de Irving.
“Llegué como a las 10 de la mañana, son ya las 11:10 y sigo esperando por la foto”, reclama esta mujer de 36 años.
Aunque frustrada por la espera, entiende la tardanza y la justifica, de cierta manera, pues dice “sólo hay un muchacho para atender a toda la gente”.
Ese “muchacho” como ella lo llama es el licenciado Juan Carlos Vásquez, cónsul en funciones de dicha sede diplomática.
Él es quien hace las veces de recepcionista, saca copias, da información y realiza por entero los trámites que le solicitan. Lo único que no puede hacer a cabalidad es atender las llamadas telefónicas. “Si atiendo las llamadas no podría hacerme cargo de los connacionales que llegan a diario a la oficina, es humanamente imposible”, recalcó.
Vásquez llegó al consulado en febrero de 2014 en remplazo de Vincenzo Balletta. “El cambio se debe al proceso de transición en el gobierno (de Honduras)”, explica Vásquez. “Tras la toma de posesión del presidente José Orlando Hernández, quien fue juramentado el 27 de enero de este año, la mayoría de las sedes diplomáticas sufrieron variantes, entre ellas la modificación en la lista del personal que trabaja en los consulados”, explicó.
Juan Hernández, otro hondureño que esperaba también por su foto para el pasaporte, se quejaba porque todas las veces que intentó llamar nunca le respondieron el teléfono. “Me aventuré a venir porque necesitaba el trámite”, expresó.
“Deberían tener un sistema computarizado de citas como lo tienen otros países, o por lo menos que tengan una persona atendiendo las llamadas para que den la información básica”, agregó Hernández.
Sin embargo, para Vásquez estos reclamos no son nuevos, con más de 15 años de experiencia trabajando en consulados, asegura que la gente siempre se va a quejar de algo. “La prioridad para mí son dos cosas: tarifas adecuadas y buen trato. Esto es lo que me han pedido desde el gobierno”, aseguró.
Al parecer estos objetivos los ha cumplido, pues tanto Ordóñez como Hernández coincidieron en que Vásquez trata a las personas con mucha amabilidad y que los precios son los mismos que aparecen en las gacetas oficiales. Además aseguraron que como quiera, es un alivio que el consulado esté en Irving, así ya no tienen que viajar a Houston, ciudad a la que antes se dirigían para solicitar cédulas, partidas de nacimiento, pasaporte, carta poder, entre otros documentos.
Por su parte, Leonel Ortiz de San Pedro Sula y residente de Dallas, se lamentaba no sólo porque nunca atendieron sus llamadas, sino también por lo tardado del proceso. Él, según nos cuenta, lleva varias semanas esperando su pasaporte no le llega.
El cónsul Vásquez no puede hacer mucho al respecto, pues como explicó, una vez que salen los trámites de aquí depende de los funcionarios en Honduras para agilizarlos y enviarlos de vuelta.
A la pregunta de que si pronto tendrá a otras personas ayudándolo, el cónsul respondió que no sabía con exactitud, pues todo depende del Departamento de Relaciones Exteriores en su país, ya que no sólo se trata de una nueva Administración sino además nuevas leyes, de las cuales depende la selección del personal para las sedes diplomáticas. “Es un proceso de transición”, destacó.
Lo que sí quiso compartir abiertamente fueron un par de consejos para los usuarios de esta oficina: Que traten de llegar entre 9 a.m. y el medio día, pues se atiende por orden de llegada, y que sean flexibles y se armen de mucha paciencia.
Vásquez informó además que todos los pasaportes procesados antes del 27 de marzo ya estaban en su despacho esperando ser reclamados.
Poco después de la entrevista con Vásquez, él mismo informó que Vincenzo Balletta -quien fuera cónsul de esta dependencia hasta febrero de este año- fue reasignado a esta sede ahora como consejero comercial.
Para Vásquez el nuevo nombramiento es un gran aporte al trabajo que ha venido realizando en solitario.
Esta oficina atiende las necesidades de los inmigrantes hondureños de Texas (el Norte del estado), Colorado, Arizona, Nebraska y Utah, donde Vásquez consideró que aproximadamente radican 30 mil hondureños.
Consulado de Honduras en Irving |