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Lactómeda del amor

Chasty Fernández López

Muchos me preguntan que es Lactómeda y por qué siempre hablo de ello. Lactómeda será la colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda, estas son las dos galaxias más grandes de nuestro Grupo Local, se cree que este evento tendrá lugar dentro de 5860 millones de años y en el cual las dos galaxias acabarán por fundirse en una galaxia mayor.

Y de nuevo la pregunta, ¿qué tiene que ver esto con los seres humanos y el amor? No hay duda que el amor es tan necesario como el aire que respiramos. Los vínculos amorosos que se dan en nuestra vida nos permiten querer y sentirnos queridos.

Un día sentimos que nos ha llegado aquella relación especial en la que algo diferente sucede, algo que nos empuja al intento de construir una relación duradera, estable, quizás para toda la vida, en eso aparece un mundo que es muy diferente al nuestro. Sin embargo, ese mundo, que nos hace sentir vibraciones cuando se acerca a nuestro mundo y “nos lleva hasta una nueva galaxia”, necesita ser explorado para conocer cada detalle, cada imperfección.

Esa unión está hecha de las necesidades de dos individuos que construyen una vida juntos día a día, la unión de estas dos galaxias es la suma a lo largo de una vida la cual llamaremos Lactómeda, la colisión de estas dos complejas galaxias. Un proyecto de vida no nace con la pareja, antes tenemos gustos, ambiciones y sueños que van modelando las ideas acerca del lugar que ocupa cada cosa en nuestra vida.

Cuando nos acercamos a alguien y ocurre el encuentro de nuestras galaxias, la chispa del amor nace, pero también se han encontrado dos proyectos de vida. Para que estas dos personas se unan, necesitan compartir un proyecto de vida en común; de lo contrario, no hay conexión. Aparecen entonces tres proyectos: el tuyo, el mío y el nuestro, de la forma en cómo se resuelva la coexistencia de estos tres proyectos depende la calidad de vida de la pareja o, directamente, la posibilidad de su existencia. A veces se menosprecia la consideración del proyecto porque “el amor lo puede todo”.

Sin embargo, volviendo a tomar una de mis metáforas preferidas, necesitamos averiguar si uno es un pájaro y el otro es un pez, porque un pez y un pájaro se pueden enamorar, pero ¿dónde van a vivir?. Es importante prestar atención a lo que se mueve dentro de nosotros cuando el otro cuenta sus proyectos: iremos viendo si se parecen, si nos resultan curiosos y nos inquietan o si nos generan rechazo.

No me gustaría que de esto se deduzca que la pareja ideal es aquella que tiene proyectos idénticos, que se superponen totalmente. No hace falta que sea así, al contrario, es necesario que una parte de los proyectos coincidan, formando lo que va a ser el proyecto en común; pero es muy enriquecedor que cada uno conserve una parte personal, lugares donde nutrirse fuera de la pareja, que aporten variación y aire fresco.

No podemos convertirnos en fanáticos de nuestros proyectos, es decir, de las realizaciones materiales únicamente. De nada sirve llegar a la meta sonriendo para la foto donde posamos junto a la casa, el coche, los niños y el perro si el amor se ha ido. Aunque suene obvio, el amor es lo primordial. Esta colisión se trata de compartir el mismo sentido de una nueva vida con un centro de tres núcleos, que siempre, siempre, este el amor en su centro.

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