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La violencia contra mujeres en política, una batalla pendiente

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Tegucigalpa. – Una reciente investigación revela que, si bien Honduras avanza positivamente en términos jurídicos en la promoción y condición de la situación de las mujeres en la sociedad, en la práctica las distancias siguen siendo marcadas, en particular en la participación política donde los espacios públicos siguen dominados por los hombres.

Las desigualdades y las discriminaciones se mantienen y se profundizan cuando el género se entrecruza con la etnia, raza, clase social o la edad, asegura un trabajo investigativo sobre “Violencia contra las mujeres en la política”, efectuado por el Instituto Nacional Demócrata (NDI, por sus siglas en inglés).

El avance de las mujeres en la participación política si bien ha aumentado, persisten importantes brechas en el goce y el ejercicio pleno, en igualdad y sin ningún tipo de discriminación, de sus derechos políticos.

mujeres politica3Las mujeres se destacan en el país por luchar por sus derechos en protestas.

En este sentido, la investigación se centró en identificar los tipos de violencia política que más se caracterizan contra las mujeres en Honduras por parte del sistema de partidos políticos. Se seleccionaron cinco partidos políticos como objeto de estudio en el orden de los resultados de las elecciones generales de 2013.

Estos partidos son: Partido Nacional (PN), Partido Libertad y Refundación (LIBRE), Partido Liberal (PL), Partido Anticorrupción (PAC) y Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU/SD).

Se entiende por violencia política contra las mujeres, cualquier acción, conducta u omisión realizada de forma directa o a través de terceros que, basada en su género, cause daño o sufrimiento a una o a varias mujeres, y que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos políticos. La violencia política contra las mujeres puede incluir, entre otras, violencia física, sexual, psicológica, moral, económica o simbólica.

mujeres politica4En Honduras las mujeres se desempeñan en todas las áreas.

Los ámbitos en que se ejerce la violencia política contra las mujeres pueden ser en el público, el privado/familiar y el estatal. En este último puede darse cuando la pareja impide el voto a la mujer o la posibilidad de acudir a las urnas, señala el documento de NDI, en tanto en lo público destaca el tipo de violencia que pueda ocurrir en un partido político o a través de un medio de comunicación, por ejemplo. Mientras, en lo estatal, se refiere a la violencia perpetrada por personas que ocupan cargos de gobierno.

Patrones de violencia política

En Honduras, los patrones identificados de violencia política contra las mujeres obedecen a causas institucionales, socioculturales e individuales. En las institucionales se encuentran falta de mecanismos, leyes o políticas que impidan la discriminación o limiten la capacidad de las mujeres a participar en la vida pública.

En las causas socio culturales, el estudio indica que éstas se originan a partir de normas discriminatorias de género, incluyendo aquellas que relegan a las mujeres a la esfera privada y privilegian a los hombres como políticos por naturaleza.

mujeres politica2La hondureña se caracteriza por aprender a laborar en todos los sectores.

Dentro de las causas individuales, éstas se refieren a que las personas comprendan o reconozcan la violencia contra las mujeres políticamente activas, así como la falta de oportunidades, conocimientos o recursos disponibles para las mujeres en la política.

En materia de discriminación hacia las mujeres en la vida política, algunos de los testimonios de las mujeres políticamente activas entrevistadas indican que “no se nos busca a las mujeres como líderes para que ocupen un espacio en la mesa principal y usen el micrófono, pero si las buscan para tocar puerta a puerta para el proselitismo”.

Las hormiguitas de los partidos políticos

“Hay un esfuerzo de la mujer de base, que está trabajando siempre, que no se reconoce suficiente por el partido, ni por muchos líderes. Las mujeres estamos como hormiguitas, en todas las actividades de base del partido y detrás del candidato o el líder. Pero siempre nos piden hacernos cargo de la cocina, del protocolo, de la decoración, de asistir al líder y llevarle su vasito con agua.

Las mujeres tienen bastante participación en las mesas electorales.

Y las mujeres por lo cultural, como que nos prestamos naturalmente a eso”, dicen los testimonios de las mujeres políticas de distintos niveles consultadas para la investigación de NDI.

Con un poco más de 8,4 millones de habitantes, de los que la mayoría son mujeres, la participación política de las mismas tiene muchos retos por delante, pues, aunque han alcanzado cuotas y algunas transformaciones legales, en la práctica la desigualdad y discriminación la identifican muy bien quienes se mantienen políticamente activas.

Una de las dirigentes de base resumió así la participación política de la mujer: “hemos visto que la base del partido no vota por las mujeres, vota por los hombres. Tienen mayor credibilidad los varones. Y eso ocurre mucho más en el campo”.

Las mujeres son emprendedoras y venden frutas en las carreteras del país.

Otra de ellas, agregó: “Las mujeres tienen que trabajar el doble para que sean vistas por el partido. La vara de la medida es más alta para las mujeres”, aseguran las entrevistadas para el trabajo de investigación sobre violencia política contra las mujeres.

En este sentido, las posibilidades de liderazgo de las mujeres políticas también se ven obstaculizadas por los “patrones aprendidos” y transmitidos socialmente respecto a “qué es ser mujer”, afirma la investigación. Si bien las hondureñas han accedido a la educación y se han incorporado al mundo laboral, existen marcadas diferencias en el nivel educativo y de ingresos, que influyen en la mayor o menor asunción de los roles tradicionales femeninos.

“Se señala que el nivel educativo de las mujeres políticas varía para los cargos de mayor poder (como diputación o alcaldía) es medio y superior, mientras que para cargos menores llega a educación primaria o secundaria.

Nora de Melgar fue la candidata del Partido Nacional n las elecciones de 1997.

En este sentido, algunas de las recomendaciones que se sugiere a los partidos políticos como espacios de interacción y representación a la ciudadanía en su diversidad y pluralidad es garantizar la participación de la mujer y su acceso a puestos de elección popular o a los cargos de decisión partidaria, por ser éstos “la puerta de entrada” de la política institucional.

“Los partidos políticos tienen el reto de asumir con plena responsabilidad las obligaciones de igualdad y no discriminación, así como la implementación eficaz de la paridad con alternancia, en concordancia con los principios constitucionales y electorales de democracia e igualdad”, apunta la investigación.

Para ello se propone a los partidos políticos promover procesos participativos entre la militancia femenina, más allá del activismo partidario electoral, asimismo, una democratización interna partidaria que pasa por procedimientos regulados y definidos, en lugar de un sistema de “lealtad” o “influencias” hacia quienes se encuentran en el poder.

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